El legado del maestro Dámaso González permanece presente en la ciudad de Albacete, especialmente entre la afición taurina. Este lunes, 26 de agosto, se cumplen 7 años sin ‘El Rey del Temple’, ya que el diestro albaceteño fallecía en 2017.
Un emotivo recuerdo al que precisamente este año se une el de Juan Cantos, ‘Pimpi de Albacete’, quien fuera picador junto al ‘Rey de Temple’ durante 25 años. Un vínculo que iba más allá de las plazas de toros y que se convirtió en una profunda amistad.
Más allá de su impagable aportación al arte de la Tauromaquia, Dámaso González continúa siendo recordado por su espíritu altruista, solidario y dedicado hacia quienes más lo han necesitado. El diestro hacía siempre gala de su cercanía, calidad humana y compromiso, un carácter que dejó una profunda huella que Albacete aún siente y aplaude.

Dámaso González fallecía el 26 de agosto de 2017 a los 68 años después de plantar cara a una enfermedad. Ahora, cuando se cumplen 7 años de su fallecimiento, Albacete sigue recordando su legado profesional y humano, y probablemente la estatua del diestro situada en las inmediaciones de la Plaza de Toros volverá a llenarse de flores como homenaje.
Albacete por bandera
El torero albaceteño destacó como uno de los profesionales más importantes del mundo de la tauromaquia de nuestro país en los años 70 y 80. Gracias a su figura y a su temple en el albero, Dámaso González logró poner en el mapa el nombre de Albacete, a nivel nacional e internacional, llevando siempre su tierra por bandera.
El apodado como ‘Rey del Temple’ se forjó como torero en la provincia de Albacete, Concretamente, el diestro tomó la alternativa el 24 de junio de 1969 en la Plaza de Toros de Alicante con Miguel Mateo, ‘Miguelín’, como padrino y Francisco Rivera, ‘Paquirri’, como testigo.

El maestro Dámaso González formó parte de la élite del toreo durante dos inolvidables décadas hasta su retirada definitiva de los ruedos en el año 1994. El torero nunca olvidó su tierra y sus raíces y tras triunfar en las mejores plazas de toros, quiso participar en la tradicional corrida de Asprona en el año 2000, despidiéndose de la Plaza de Toros de Albacete el 16 de septiembre de ese mismo año.
En agosto de 2017 Dámaso González daba su última vuelta al ruedo de ‘La Chata’, pero su legado permanece latente en el corazón de Albacete.