Viajar en el tiempo es posible en la provincia de Albacete. Se trata de un viaje que nos remonta a nuestro pasado y que es necesario para comprender la evolución de esta tierra manchega. Hablamos del Parque Arqueológico de Libisosa, un legado histórico que es una joya del patrimonio histórico y cultural de Albacete.
El Parque Arqueológico de Libisosa fue un asentamiento humano con un horizonte crono-cultural que arranca en la Edad de Bronce y que da pie a un importante ‘oppidum’ ibérico, que sería un embrión de una importante colonia romana denominada Libisosa. Más tarde alojó un complejo defensivo religioso-militar tras la Reconquista, hasta su posterior abandono.
La colonia romana de Libisosa se encuentra junto a la actual Lezuza, localidad ubicada en el occidente de la provincia de Albacete. Situada sobre un elevado promontorio, este ha sido testigo, gracias a su estratégica situación, desde la prehistoria, del paso de diferentes culturas y sociedades.
Además de su privilegiada situación, el territorio contaba con abundantes recursos hídricos, agrícolas y cinegéticos que favorecieron desde la prehistoria el asentamiento de comunidades humanas, beneficiadas también por la existencia de salinas en su proximidad y de rutas ganaderas de transhumancia que le proporcionaron una gran riqueza.
Huellas del pasado de la provincia de Albacete
El Parque Arqueológico de Libisosa está integrado por innumerables huellas de nuestro pasado, que suponen un vital legado para Albacete. En concreto, en Libisosa se encuentran restos de tres importantes civilizaciones: la íbera, la romana y la medieval. Así, según estos importantes hallazgos se sabe que los romanos llegaron a esta próspera ciudad en el año 180 a.C. atraídos por el río que la rodeaba y por su valor estratégico y defensivo.
Cabe recordar que esta importante ciudad era el paso de la Meseta hacia Andalucía y de Levante a Extremadura y Portugal. Un auténtico cruce de caminos que era vital para que Roma emprendiese la conquista del sur de la Península Ibérica. Este estratégico enclave fue amurallado y tras ello el Imperio Romano declaró a esta población colonia romana Libisosa Forum Augustana.
Esta colonia romana fue mencionada por Plinio el Viejo y registrada por Ptolomeo, gozó de un emplazamiento privilegiado, ya que presidía una encrucijada viaria fundamental en la Península Ibérica. Además este territorio basaba su riqueza en el control de las rutas ganaderas, lo que la convirtió en un enclave de excepcional importancia en la antigüedad, constituyendo en la actualidad un punto de referencia arqueológica, histórica y monumental.
A lo largo del tiempo, algunos materiales hallados en el yacimiento, ubicado en el llamado ‘Cerro del Castillo’, han ayudado a los arqueólogos e historiadores a perfilar la imagen de un notable conjunto romano en este punto de la provincia de Albacete. Se trata del único parque arqueológico con el que cuenta la provincia de Albacete y que puede ser visitado para descubrir de primera mano los vestigios de la historia que entraña este enclave único.
Hallazgos que forman un relato único que narra la historia de quienes hace siglos poblaron la que es ahora la provincia de Albacete y que revelan la eminente vocación comercial del asentamiento. Pero además, quienes visiten el Parque Arqueológico de Libisosa podrán imaginar lo que antaño fue una barriada artesanal con actividad predominante en el período ibérico y que quedaría amortizada por la construcción de la Puerta Norte de la muralla romana. Restos de una muralla de tres metros de anchura que de los que aún queda su huella y que englobaba cerca de ocho hectáreas de cerro y que caería en desuso coincidiendo con la fundación de la colonia en época del emperador Tiberio.
Lugares esenciales que no te puedes perder en tu visita a Libisosa
Pasear por el Parque Arqueológico de Libisosa supone sumergirse en la historia de la provincia de Albacete y hace al visitante sentirse un ciudadano más de los que poblaron hace siglos este elevado promontorio en la localidad de Lezuza. Así, durante la visita a este yacimiento arqueológico, el visitante no debe dejar escapar ciertos detalles y emplazamientos para comprender más en profundidad la evolución de este histórico asentamiento.
El primero de estos enclaves es el barrio ibérico de Libisosa. El perímetro ocupado por este particular barrio se intuye por dos proporciones considerables, conociéndose principalmente el sector localizado en la ladera norte.
Así, los restos hallados reflejan que la vida en esta barriada atravesó dos fases, siendo la primera de ellas la de la construcción de buena parte de los ambientes o departamentos, así como de dos tramos de calle orientados en sentido norte-sur; y que articulan un mínimo de tres manzanas que se adaptan a la irregular orografía del terreno. Mientras que también se aprecia una segunda fase, paralela a la anterior, de ampliación y de reformas en algunos de los ambientes donde los elementos constructivos utilizados en estos edificios fueron zócalos de mampuesto seco, de espesores variables, alzados de adobe, de los que aún se conserva alguno in situ, aunque también de tapial. Pavimentos a base de tierras arcillosas y cantos rodados, y algún indicio de techumbre vegetal, también formaron antaño parte de esta barriada íbera.
Otro de los espacios que llama poderosamente la atención son los restos de la muralla romana que rodeaba este asentamiento y de los que aún hoy en día el visitante puede imaginar protegiendo a quienes residían en este punto de la provincia de Albacete. Algún pliego de carácter militar y urgente propició la construcción de una muralla de tres metros de anchura que rodea la parte más alta del cerro, siguiendo la cresta de uno de los desniveles orográficos más significativos del mismo y delimitando una extensión cercana a las ocho hectáreas.
Matizan los expertos sobre este hallazgo histórico que la construcción de esta muralla se llevó a cabo de forma apresurada en algún momento de la primera mitad del siglo I a.C., llegando a mantenerse activa hasta finales de ese mismo siglo y principios de la siguiente centuria, instante en el que tuvo lugar la fundación colonial. Hasta el momento se conocen tres puertas de acceso e indicios de una cuarta, todas ellas defendidas por sendos bastiones laterales de tendencia cuadrangular.
Además, el aparejo externo de la muralla está formado por un doble paramento de mampostería ordinaria en la que se combinan grandes bloques desbastados, no siembre bien careados, con otros más pequeños intercalados, mientras que en el interior se rellena con piedras y tierra.
El foro era el corazón de las ciudades romanas, espacio en el que se desarrollaba la actividad comercial, los negocios, o se administraba justicia. De este modo, el centro neurálgico de la colonia de Libisosa lo constituye precisamente el foro. Se trata de un complejo constructivo que aglutina funciones políticas, administrativas, económicas y judiciales.
En el caso concreto del Parque Arqueológico de Libisosa este foro se encuentra en las proximidades del centro geométrico dibujado por el espacio amurallado y cerca de su parte más elevada, la de mayor control visual del territorio y sus vías de comunicación. Este conjunto monumental del que podrá disfrutar el visitante se articula alrededor de una gran plaza de la que se conservan huellas de la preparación de su pavimentación, así como de la cimentación de un doble corredor porticado de nueve columnas cada uno, y de pedestales de estacas en su zona meridional.
En su lado este el foro cuenta con una entrada monumental y una fachada que presenta dos grandes hornacinas rectangulares simétricas. En el flanco meridional se localiza la curia, sede del Senado local, mientras que en el lado meridional aparece dominado por una gran nave sin compartimentar, en la que se hace más patente la destrucción de este espacio por causas naturales que tiene lugar entre los siglos I y II a.C. y que iría seguida de una remodelación en la que destacaría la construcción de una monumental fuente.
Pero además de estos espacios el visitante quedará asombrado por la basílica de Libisosa, considerado el edificio más imponente de los que se localizan en el foro. Cuenta con una planta rectangular, y se erigió, al igual que la curia, sobre una plataforma don dos accesos desde la plaza del foro en los extremos porticados.
Las enormes dimensiones de este edificio van de la mano de la importancia y razón de ser económica y comercial del asentamiento de Libisosa desde sus orígenes ibéricos, porquero que la basílica, junto a las funciones judiciales, contaba también con un carácter de espacio para los intercambios.
Pero además de adentrarse en la vida pública y en la historia de este asentamiento, el visitante tendrá la oportunidad de conocer cómo vivían quienes hace siglos poblaban Libisosa. Concretamente, se han descubierto las huellas de una casa con dos fases habitadas, una ibérica y otra romana que aprovecha parte de lo que ya se encontraba construido.
Un inmueble muy especial con doce estancias que cuentan con una distribución fuera de lo común. El hecho de estar presidiendo una gran manzana de la considerada zona privilegiada de la ciudad, abriéndose al eje del barrio norte-sur, lleva a deducir que esta ‘domus’ debió ser el hogar de una familia relevante de la élite de este asentamiento.
Nuestro recorrido finaliza en el complejo religioso-político medieval que se encuentra también en este mismo punto. Además de la conocida torre de vigía, que da nombre al cerro, las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz un complejo de grandes dimensiones de filiación histórica medieval y moderna.
Este conjunto histórico está formado por un patio rectangular con silos para el almacenamiento de grano, una estancia central alargada que articula la estructura del edificio y un conjunto de ambientes que se abren a ella.
Visita el Parque Arqueológico de Libisosa
Además, puedes completar el recorrido por el yacimiento con la visita al Centro Sociocultural Agripina (Lezuza) que funciona como Centro de Interpretación del yacimiento de Libisosa y cuenta con una sala de exposiciones de la colección museográfica, sala de audiovisuales y salón de actos.
Retazos de nuestra historia y nuestra cultura que han quedado congelados en el tiempo y que pueden visitarse, siendo una oportunidad única para hacerlo este 2024, ya que cabe recordar que hasta final de año la visita a los parques arqueológicos de Castilla-La Mancha será gratuita. Además, el Parque Arqueológico de Libisosa dispone de visitas guiadas con una duración aproximada de tres horas para bucear en el rico pasado de las civilizaciones que poblaron este punto de la provincia albaceteña. Concretamente, las visitas guiadas se realizan de miércoles a domingo bajo cita previa llamando al teléfono 689 51 17 21 o a través del correo electrónico [email protected].
Pero además, el visitante tiene la oportunidad de disfrutar de una experiencia de realidad virtual gracias a la que podrá realizar un recorrido digital con recreaciones en 3D de este yacimiento a lo largo de su historia. Para consultar los horarios y reservas los interesados pueden ponerse en contacto en el teléfono 689 51 17 21. Además, el visitante puede descargar de forma gratuita en su dispositivo móvil la App de Realidad Aumentada Parques XR Castilla-La Mancha para una visita más completa e interactiva. Mediante a la pantalla de su dispositivo móvil podrá contemplar reconstrucciones virtuales in situ en determinados puntos del yacimiento junto a narraciones que le contarán más para descubrir el pasado de este Parque Arqueológico de la provincia de Albacete.