Castilla-La Mancha es cultura, gastronomía y naturaleza, pero nuestra tierra también es sinónimo de historia y patrimonio. La región cuenta con un importante legado patrimonial que el visitante puede disfrutar paseando por sus pueblos y ciudades, pero este legado también se esconde bajo nuestros pies.
La historia de Castilla-La Mancha ha quedado congelada en los diversos parques arqueológicos con los que cuenta la región y que se convierten en un plan estupendo para disfrutar de nuestro pasado. Una visita imprescindible para viajar siglos atrás, descubrir cómo vivían las civilizaciones que poblaron estas zonas de Castilla-La Mancha y entender en profundidad nuestro presente.
Concretamente, Castilla-La Mancha cuenta con siete parques arqueológicos que se distribuyen entre las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Se trata de las muestras de patrimonio arqueológico más relevantes con las que cuenta la región, pero a ellas cabe sumar diversas excavaciones catalogadas como yacimientos arqueológicos.
El Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda (Albacete), el Parque Arqueológico de Alarcos (Ciudad Real), el Parque Arqueológico de Segóbriga (Cuenca), el Parque Arqueológico de Recópolis (Guadalajara), el Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda (Albacete), el Parque Arqueológico Cerro de las Cabezas (Ciudad Real) y el Parque Arqueológico de Carranque (Toledo), conforman la red de estos recursos patrimoniales que el visitante no debe dejar de visitar. Además, este 2024 supone verdaderamente una oportunidad única para sumergirse en la historia que desprenden estos parques arqueológicos, y es que su visita será gratuita hasta finales de año.
Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha
La Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha presenta una visión de los distintos periodos de ocupación humana más representativos en nuestra comunidad, que abarca desde la Edad del Bronce hasta la Época Medieval. Los objetivos que se pretenden alcanzar con esta Red impulsada por el Gobierno regional pasan por la protección, mejora y transmisión a las generaciones futuras de aquellos elementos señeros del patrimonio arqueológico de la región.
Igualmente, esta Red trabaja para lograr la intensificación en la divulgación de este importante patrimonio; así como apuesta por el fomento del desarrollo sostenible en el ámbito de los parques arqueológicos. Finalmente, apuesta por propiciar la corresponsabilidad y la colaboración de los entes públicos con competencia sobre dichos ámbitos al objeto de evitar posibles disfunciones en el ejercicio de éstas.
Los parques arqueológicos existentes en Castilla-La Mancha son unos espacios físicos dentro de los que, sin perjuicio de la concurrencia de otros valores culturales o naturales, confluyen necesariamente diversos factores. El primero de ellos es la presencia de uno o varios bienes de interés cultural declarados con la categoría de Zona Arqueológica, conforme a la legislación de Patrimonio vigente. Pero además, este espacio patrimonial debe contar con unas condiciones medioambientales adecuadas para la contemplación, disfrute y comprensión públicos de las mencionadas Zonas Arqueológicas.
Viaje al pasado en la provincia de Albacete
En la provincia de Albacete el viajero podrá visitar el Parque Arqueológico de Libisosa, localizado en el término municipal de Lezuza; pero también podrá disfrutar de lo que esconde el Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda en Hellín.
Sobre este último cabe destacar que está configurado alrededor del yacimiento arqueológico que recibe el mismo nombre, tratándose de un asentamiento humano con una dilatada adscripción cultural que arranca en la Edad del Bronce y se extiende hasta el siglo XX. El Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda se encuentra enclavado en el termino municipal de Hellín, lindando con Cieza (Murcia), sobre un cerro amesetado de cerca de 500 metros de altura, con laderas abruptas que limitan el acceso a un camino natural, ‘El Reguerón’, que lo hace fácilmente defendible.
Además, cuenta con un centro de interpretación que se sitúa en las proximidades del yacimiento, y que facilita al visitante la inmersión en el mismo. De este modo, cabe destacar de este yacimiento arqueológico que revisten gran interés los vestigios materiales de la ocupación productos entre los siglos XIX y XX.
Este fue el lugar elegido como asentamiento humano por diferentes grupos desde la Edad del Bronce hasta el siglo X d.C, construyéndose en él diversos espacios públicos, habitacionales, necrópolis y con estructuras defensivas. Así, el visitante podrá descubrir una necrópolis ibérica y romana, una trama urbana de la misma y sus estructuras defensivas, un conjunto arquitectónico de carácter religioso, la basílica, cementerios e incluso un palacio episcopal.
El Parque Arqueológico de Libisosa fue un asentamiento humano con un horizonte cronocultural que arranca en la Edad del Bronce y que da pie a un importante oppidum ibérico, que sería embrión de una importante colonia romana denominada Libisosa, para más tarde alojar un complejo defensivo religioso-militar tras la Reconquista, hasta su posterior abandono. Se encuentra muy próximo al municipio de Lezuza, a más de 1.000 metros de altitud.
Así, entre los espacios imprescindibles que no puedes dejar escapar durante tu visita al yacimiento arqueológico de Libisosa se encuentra el barrio ibérico de este asentamiento, la muralla romana, el foro romano, la basílica, una domus y el complejo político-religioso medieval.
Historia para descubrir el pasado y el presente de Ciudad Real
En la provincia de Ciudad Real el viajero podrá adentrarse en otros dos parques arqueológicos que ofrecen pinceladas imprescindibles para comprender el pasado y el presente de esta provincia. Hablamos concretamente del Parque Arqueológico del Cerro de las Cabezas y del Parque Arqueológico de Alarcos.
El Parque Arqueológico del Cerro de las Cabezas (Valdepeñas) se trata de un asentamiento fortificado de la Edad del Hierro, que representa uno de los mejores ejemplos de la cultura ibérica del actual territorio castellano-manchego, al tratarse de una de las pocas ciudades íberas que no han tenido ocupación posterior al siglo II a.C. Debido a la relevancia de los restos encontramos para el conocimiento del mundo ibérico en la Meseta Sur y por extensión en la Península Ibérica, junto con la existencia de unas infraestructuras para la interpretación del yacimiento y el entorno paisajístico que explica la elección de este lugar para la fundación del asentamiento, se realizaba la declaración del Cerro de las Cabezas como Parque Arqueológico, el séptimo de Castilla-La Mancha.
Destaca la monumentalidad de sus sistemas defensivos y la buena conservación que presentan en general los restos exhumados. Entre las estructuras arquitectónicas excavadas se encuentran acrópolis, santuario, calles, viviendas, almacenes, hornos cerámicos e incluso desagües, y junto a los abundantes materiales arqueológicos hallados, han permitido conocer la vida diaria, las costumbres e incluso las creencias religiosas y gustos estéticos de una sociedad gentilicia perfectamente organizada, donde la agricultura, junto con la ganadería, la producción cerámica y el comercio, propiciaron un importante desarrollo de estar ciudad decae ambas de 2.200 años.
Pero en la provincia de Ciudad Real también contamos el Parque Arqueológico de Alarcos, formado por un núcleo localizado el yacimiento con el que comparte nombre y su entorno, y el yacimiento arqueológico visitable denominado Calatrava la Vieja. Alarcos se trata de un oppidum ibérico, de adscripción cultural dilatada, que abarca desde la Edad del Bronce hasta el final de la Edad Media.
Se encuentra localizado a pocos kilómetros del casco urbano de Poblete, aunque pertenece al término municipal de Ciudad Real y está situado sobre el cerro que le da nombre. Así, el visitante podrá sentirse en su recorrido por el Parque Arqueológico de Alarcos como uno de los primeros moradores de este espacio, descubrir el entramado de la ciudad oretana, teniendo además la posibilidad de contemplar su basílica y necrópolis. Pero igualmente, también podrá descubrir los entresijos del antiguo poblado islámico que se asentó en este punto de la provincia de Ciudad Real, y que posteriormente se convirtió en una ciudad medieval.
Visigodos y musulmanes se dan la mano en este parque arqueológico de Guadalajara
El Parque Arqueológico de Recópolis esta formado por los yacimientos arqueológicos de la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita con su alcazaba que posteriormente fue convertida en castillo. Dista de una de otra escasamente 1,5 kilómetros, siguiendo la ribera del río Tajo, en su marquen izquierdo, a la altura del municipio de Zorita de los Canes (Guadalajara).
Según recoge el Portal de Cultura del Gobierno de Castilla-La Mancha, la ciudad, fundada en 578 d.C., responde a una cuidada planificación urbanística y está rodeada por una gran muralla con torres cuadrangulares y varias puertas de acceso. En el interior se ha excavado la parte más elevada, una calle comercial que asciende entre edificios hacia un singular conjunto monumental administrativo y religioso compuesto por el Palacio y la Iglesia Palatina.
El Parque Arqueológico de Recopólis cuenta con un centro de interpretación que se sitúa en la carretera de subida al cerro donde se ubica el yacimiento. En este espacio se encuentra la información necesaria para comprender la historia y el contexto histórico en el que se desarrolla el yacimiento arqueológico.
Viaje al pasado gracias a este parque arqueológico de Cuenca
El Parque Arqueológico está constituido en trono a la ciudad romana de Segóbriga, situado en el término municipal de Saélices (Cuenca). Este enclave sería inicialmente un poblado celtíbero que tras su conquista romana, se convirtió en una ciudad romana a comienzos del siglo II a.C. y tras las Guerras de Sertorio (70 a.C.), llegó a controlar un amplio territorio como capital de toda esta parte de la Meseta. Además, el historiador y naturalista romano, Plinio el Viejo, la consideró ‘caput Celtiberiae’ o inicio de la Celtiberia.
Una joya del patrimonio de Castilla-La Mancha de la que el visitante no puede marcharse sin descubrir, entre otras zonas de interés arqueológico, el acueducto de Segóbrica, la necrópolis, el teatro, las murallas, la basílica, las termas, la acrópolis, el foro, el anfiteatro o el circo. Pero además, el Parque Arqueológico de Segóbriga posee un moderno centro de interpretación para sumergirte aún más en la historia de este yacimiento.
Un pedacito de la antigua Roma sin salir de la provincia de Toledo
En la provincia de Toledo el viajero podrá descubrir el Parque Arqueológico de Carranque. Se trata de una antigua villa romana que se encuentra a unos cinco kilómetros de distancia del municipio toledano de Carranque, muy próximo a la Comunidad de Madrid.
Conocido arqueológicamente como el yacimiento de Santa Maria de Abajo de Carranque, este enclave surgió en un momento altoimperial como centro de explotación de los recursos agrícolas del entorno. Posteriormente, en época tardorromana se configuraba como un importante centro de poder de un territorio aún por definir y caracterizar.
Su papel como centro de poder territorial se manifiesta a través de la construcción del importante edificio palacial, erigido a finales del siglo IV o inicios del V d.C.; concebido como potente manifestación material del poder de su propietario, la construcción se convirtió en hito paisajístico de ese dominio. Además de sumergirse en la historia de este yacimiento gracias a un cuidado centro de interpretación, el visitante podrá descubrir este edificio palacial y su espectacular decoración, una iglesia visigoda y su necrópolis, casas y villas, así como cuidados mosaicos.