Con el objetivo de defender las tierras de la provincia de Albacete se levantaron hace siglos en diferentes puntos de nuestra geografía castillos y fortalezas. Numerosas historias se esconden tras los muros de estas edificaciones, de las que algunas se encuentran en un buen estado de conservación y de las que otras apenas queda su recuerdo.
Peñas de San Pedro, Alcalá del Júcar, Montealegre del Castillo, Almansa, Jorquera, Carcelén, Chinchilla de Montearagón y Caudete, son algunos de los municipios de la provincia de Albacete que cuentan con un castillo o con los retazos de lo que fueron antiguas fortalezas. El visitante puede sumergirse de lleno en la historia de la provincia de Albacete descubriendo todos estos castillos y disfrutando de los tesoros que albergan cada una de estas localidades.
Castillo de Alcalá del Júcar
Naturaleza e historia se dan la mano en Alcalá del Júcar. Un atractivo paraje que cautiva a quienes tienen la oportunidad de viajar hasta esta localidad de la provincia de Albacete bañada por el río Júcar.
Desde la distancia, Alcalá del Júcar ofrece al viajero unas vistas espectaculares. En el horizonte se pueden contemplar casas colocadas de forma escalonada en un altísimo cerro y que además se disponen alrededor de una imponente fortaleza construida por los almohades entre los siglos XII y XIII.
Se trata de un buen ejemplo de arquitectura islámica, que cuenta con un torreón pentagonal y dos pequeñas torres de planta circular dispuestas en tres alturas. El visitante también podrá observar restos de la antigua muralla que rodeaban antaño esta fortaleza. Además, es interesante considerar que en este punto de la provincia albaceteña también hubo asentamientos íberos y romanos que también eligieron este cerro de Alcalá del Júcar como punto de vigilancia y defensa.
Este castillo guarda entre sus murallas diferentes historias y mitos. Entre ellos se encuentran las leyendas que perviven alrededor del castillo, sobre la princesa Zulema. En la primera, ella es raptada por el moro Garadén, para que se convierta en musulmana y se case con él, pero Zulema para evitar esta unión prefirió arrojarse desde lo alto de la torre de este castillo en Alcalá del Júcar. Otra de las leyendas sobre la figura de Zulema recoge que la princesa era musulmana, y enamorada de un caballero cristiano, huyó del castillo de su padre Garadén para establecerse en una aldea cercana.
Este castillo está abierto al visitante de mayo a septiembre de 11:00 horas a 14:00 horas y de 17:00 horas a 20:00 horas; y desde octubre hasta abril de 11:00 horas a 14:00 horas y de 15:00 a 18:00 horas. La entrada general es de 2 euros y en el caso de menores de 8 años y grupos de menos de 15 personas la tarifa es de 1,5 euros. Además acoge exposiciones temporales durante todo el año.
Durante tu visita a Alcalá del Júcar no puedes dejar de visitar sus bellos parajes naturales, hacer diversas actividades deportivas, cruzar por su emblemático puente romano, o sumergirse en una de sus casas cueva como la Cueva del Diablo. Además, el viajero también podrá disfrutar de la rica gastronomía de la zona con platos tradicionales y elaboraciones más innovadoras en los bares y restaurantes de esta localidad de la provincia de Albacete.
Castillo de Alcaraz
La historia de Alcaraz está ligada a la de su castillo. Una fortaleza de la que tras siglos de historia ahora solo quedan retazos de lo que un día fue. Cinco murallas y cuatro grandes puertas dan idea de cómo fue la ciudadela fortificada de Alcaraz, punto estratégico entre el Reino de Murcia, el de Granada, y Mediterráneo. Su interior estaba cuajado de aplaceos y edificios nobles, símbolo del esplendor que llegaría a alcanzar.
Merece la pena comenzar la vista recorriendo las calles de esta bella localidad de la provincia de Albacete. Las calles Comedias, Mayor, Llana, Barrera y la del mismo Alcázar fueron las cinco murallas que guardaron el castillo. Además, la Puerta Nueva localizada al inicio de la calle Mayor, es la única que se conserva de las cinco que existieron.
El viajero puede descubrir este antiguo castillo, al tiempo que conocer los principales monumentos que se crearon en la ciudad amurallada. La Plaza Mayor, la Iglesia de la Trinidad, la Iglesia de San Miguel, el Convento de Santa Maria Magdalena y el de San Francisco, son algunos de los enclaves que poder disfrutar durante tu visita a Alcaraz. Igualmente, también es parada obligada el Santuario de la Virgen de Cortes o las torres de la Trinidad y el Tardón.
El acceso para disfrutar de los restos de esta histórica fortaleza es libre y gratuito. Además, guarda en su interior el cementerio municipal, aprovechando uno de sus muros para crear uno de sus lados.
Históricamente, los habitantes de Alcaraz han sido celosos defensores de su independencia. Lucharon contra la Orden de Santiago, que pretendía entregar la población al Marqués de Villena, suplicando incluso al Rey Enrique de Castilla en una emotiva carta, fechada en 1444. Aunque no lo consiguieron, se levantarían en armas contra el marqués.
Su apuesta por apoyar a los Reyes Católicos frente a Juana la Beltraneja les aseguró definitivamente su ansiada independencia, junto al título de muy noble y muy leal, concedida en persona por Fernando el Católico en 1495.
Rutas por la naturaleza disfrutando de la flora y fauna de la zona, conocer la historia del bandolero ‘El Pernales’, así como disfrutar de la gastronomía de Alcaraz con elaborados platos de caza, son algunos de los planes que el viajero podrá realizar durante su visita.
Castillo de Almansa
El de Almansa es uno de los castillos mejor conservados de la provincia de Albacete. Una imponente construcción que ofrece una impresionante visión de la ciudad desde el Cerro del Águila, lugar en el que se asienta. Además, el visitante puede descubrir en su interior los restos de obras de cantería gótica.
Los muros del castillo de Almansa guardan el paso del tiempo y sus privilegiadas vistas permiten tener una panorámica irrepetible de la ciudad, siendo visita obligada para todos los turistas que visiten la ciudad. Los orígenes almohades del Castillo de Almansa se remontan a finales del siglo XI, aunque su perfil debía ser muy diferente al actual, pudiendo ser un torreón de vigilancia o un recinto fortificado similar a una alcazaba de pequeño tamaño. Por tanto, podría ser que los muros más antiguos existentes a niveles inferiores daten de esta fecha.
Durante la primera mitad del siglo XIII, el infante don Alfonso, futuro Alfonso X ‘El Sabio’, conquistó estas tierras de la provincia de Albacete en nombre de su padre el rey Fernando III ‘El Santo’ de Castilla. Así, el castillo y la villa de Almansa entraron a formar parte de los límites de la Corona de Castilla. Conquistado por Jaime I de Aragón, fue cedido a la Orden del Temple, pasó después a Castilla, y fue dotado con dos fueros, el de Requena y el de Cuenca, por el rey sabio Alfonso X.
Tras siglos observando desde lo alto el paso del tiempo y la evolución de Almansa, este castillo comenzó a deteriorarse progresivamente. Tal fue su estado que en 1911 el alcalde de Almansa denunciaba el estado ruinoso de esta imponente construcción, pretendiendo su demolición. Sin embargo, gracias a los informes realizados por la Real Academia de la Historia y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, no solo se salvó, sino que además, fue declarado en 1921 Monumento Histórico-Artístico Nacional.
En 1952 el Castillo de Almansa experimentó una profunda restauración en su periferia. En el interior, no reconstruido, solo quedaron unos escasos restos que permiten conjeturar su primitiva configuración. Además, durante las obras realizadas se descubrió una bellísima escalera de caracol que, desde la Torre del Homenaje, da acceso a la terraza superior de dicho torreón.
En 1990 se puso en marcha un proyecto de reparación y estabilización de los agrietamientos, que consistió básicamente en el cosido de los estratos rocosos, que se realizó mediante la colocación de anclajes y el realce de las murallas con inyecciones de cemento. Tras siglos de historia el Castillo de Almansa se ha convertido en todo un símbolo de esta ciudad de la provincia de Albacete.
La entrada al Castillo de Almansa se realiza a través de la Oficina de Turismo, que se encuentra en la misma calle. Para cualquier información sobre los horarios y días de apertura puede consultarlo a través del siguiente enlace.
Durante tu visita a Almansa no puedes dejar de visitar el Centro de Interpretación de la Batalla de Almansa, así como sumergirte por las calles de esta ciudad visitando la Casa Grande o Palacio de los Condes de Cirat, el convento de las Agustinas o la Torre Grande. En su gastronomía destacan los tradicionales gazpachos o el ajo mataero. Pero además, Almansa cuenta con restaurantes que apuestan por la innovación culinaria, teniendo como referente el conocido restaurante ‘Maralba’, el único con dos estrellas Michelin de toda la provincia albaceteña.
Castillo de Carcelén
El municipio albaceteño de Carcelén también cuenta con un antiguo castillo. Actualmente, esta construcción está habilitada como biblioteca y permite al visitante un atractivo paseo entre historia y libros.
La Plaza Mayor de Carcelén es el antiguo patio del propio castillo. En ella, la Torre del Homenaje mantiene su antigua entrada y las almenas, transmitiendo fielmente su espíritu militar.
La historia del castillo transcurre de forma paralela con la del propio municipio, que antaño fue aldea de Almansa tras la conquista cristiana. Pasó al Concejo de Jorquera y después al obispado de Cartagena. El castillo de Carcelén fue disputado largamente, y Alfonso de Aragón devolvió al pueblo sus derechos territoriales y jurisdiccionales.
En la actualidad el castillo alberga en su interior una biblioteca y salas de exposiciones. Está abierto al público de lunes a viernes de 9:00 horas a 14:00 horas. Para visitarlo fuera de este horario es necesario contactar con la Asociación de Turismo (663 51 37 71 o [email protected]) para concertar una visita, fines de semana incluidos.
Dentro del conjunto histórico de Carcelén, el visitante no puede perder la oportunidad de visitar la Iglesia de San Andrés Apóstol, que se reformó en el siglo XVIII y la Ermita del Cristo de las Eras, una joya barroca que data de los siglos XVII y XVIII, con un impresionante Crucificado del siglo XVI.
Castillo de Caudete
Esta especial ruta de castillos por la provincia de Albacete llega hasta la localidad de Caudete. La singularidad territorial de este municipio ha marcado la historia y cultura de la localidad. Tuvo especial importancia estratégica en las disputas entre Aragón y Castilla por los territorios fronterizos.
De este modo, Caudete llegó a pertenecer al Reino de Valencia y terminó siendo villa real, gozando así de selectos privilegios. Este municipio de la provincia de Albacete posee, en consecuencia, los títulos de Real, muy Noble, muy Leal y Fidelísima Villa.
El Castillo de Caudete fue, en origen, una fortaleza musulmana construida entre los siglos XI y XII. Sin embargo, fue en época cristiana cuando el edificio adquiere su fisonomía actual. Durante la Edad Media este castillo tuvo una gran importancia estratégica para la defensa de la frontera, al ser la villa de Caudete territorio perteneciente a la Corona de Aragón y límite de frontera con el Reino de Castilla.
La muralla aparece coronada con merlones terminados en prisma y saeteras en la parte central, que permitían a los soldados el disparo con arco o ballesta. Contemplamos que la muralla va adquiriendo grosor progresivamente desde las almenas hasta la base, formando pendiente. Se trata de un técnica defensiva que tenía como finalidad aumentar la resistencia del muro y protegerlo de los ataques de artillería accionada mediante pólvora, cuyo uso se generalizó en Europa a partir del siglo XV.
En el interior del Castillo de Caudete se conservan los restos de una cisterna de época cristiana que proporcionadla abastecimiento de agua al edificio en caso de asedio. Igualmente, cabe destacar que también contó en origen con cuatro torres, actualmente desaparecidas.
Desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX el edificio fue usado como cementerio de la Parroquia de Santa Catalina. Situado en el casco antiguo de Caudete, el acceso a este castillo es libre, siendo solo visitable su exterior.
Castillo de Chinchilla de Montearagón
Desde el punto más alto el Castillo de Chinchilla de Montearagón da la bienvenida al viajero a este municipio albaceteño. Es especialmente llamativo el colosal foso tallado en la roca que rodea al castillo y que producirá vértigo al visitante. Concretamente este foso tiene una anchura de diez metros y una profundidad de seis metros.
El Castillo de Chinchilla de Montearagón fue reconstruido en el siglo XV, lo que nos permite conocer un castillo adaptado al uso de las armas de artillerías, incorporadas a las guerras de la época.
El recinto del castillo está rodeado de muros de mampostería, con estrechas saeteras y torres cilíndricas en las esquinas. Aún pueden apreciarse restos de murallas de época musulmana y posteriores, así como dos puertas, la del Diablo y la de Tiradores. Una visita con la que hacer una viaje al pasado con la que el visitante podrá sentirse más cerca de la historia de esta tierra y de la vida de sus pobladores.
Juan Pacheco, Marqués de Villena, mandó construir el castillo sobre la fortaleza árabe llamada ‘XerifEl-Edrisi’. Pero además, en Chinchilla de Montearagón pueden disfrutarse otras maravillas medievales, como escudos y casonas prácticamente intactas, y restos arqueológicos iberos y romanos.
Entre las curiosidades que el visitante puede descubrir sobre este castillo se encuentra una relacionada directamente con los Borgia. El hijo del famoso Papa Alejandro Borgia, César, fue encarcelado en este castillo, en el aposento más alto de la antigua Torre del Homenaje, acusado de la muerta del Duque de Gandía. Esta sería la primera prisión en la que estuvo preso dando comienzo a un periplo de encarcelamientos por España tras la muerte de su progenitor.
Actualmente solo se puede visitar el exterior de este bello castillo en la provincia de Albacete.
Castillo de Jorquera
La magia de Jorquera se respira con tan solo una mirada. El enclave de este pueblo de la provincia de Albacete, rodeado por el río Júcar y situado en un elevado espacio, le otorgan personalidad propia, cautivando al visitante.
Las murallas del Castillo de Jorquera son una visita imprescindible, y es que se cree que los almohades que las construyeron las aprovecharon como sistema de regadío extendido entre las huertas de las riberas del río. Además, esta fortaleza fue el refugio del rey Lucef cuado huía del Cid Campeador.
La comarca musulmana de Al-Axarach tuvo en este castillo su centro administrativo. A esa época se atribule la construcción de ‘el Caño’, un acueducto excavado en la roca, que atraviesa el asentamiento del pueblo por su parte más estrecha, y conduce las aguas desde el río hasta las acequias de la cañada. Además, cabe destacar que actualmente quedan algunos restos de esta antigua fortaleza.
En época romana se construyeron los villares y los pontones para cruzar el Júcar, como el Puente Viejo, paso de la Vía Hercúlea, destruido en las inundaciones de 1982. Actualmente el acceso al castillo es libre, su propiedad corresponde al Ayuntamiento de Jorquera y en la actualidad alberga el cementerio municipal de la localidad.
En estas tierras el visitante podrá recrear las batallas del Cid Campeador. La Crónica General de España narra la batalla que Rodrigo Díaz de Vivar mantuvo con el rey Lucef en tierras valencianas y la persecución posterior hacia Castilla, donde se dirigió el rey moro, ya herido, buscando cobijo y apoyo en el castillo musulmán de Jorquera.
Castillo de Montealegre del Castillo
El viajero podrá seguir descubriendo la historia de la provincia de Albacete a través de los castillos que pueblan nuestra tierra. Una de estas fortalezas se encuentra en el municipio de Montealegre del Castillo.
En el año 1921, Ordoño II de León redujo a escombros la fortaleza de Elpih, nombre árabe de Montealegre. Alfonso X la reconstruyó siglos después, pero el rey Pedro I ‘El Cruel’ durante la guerra civil por el trono con su hermano Enrique, lo incendió, destruyendo las torres y habitaciones que existían sobre la puerta principal. Actualmente, el visitante puede apreciar restos de sus murallas, aljibes y las bases de las torres.
La Batalla de Almansa en 1707, librada durante la Guerra de Sucesión, provocó en Montealegre una enorme desolación, siendo expoliados sus montes y casas por los ejércitos. Esta situación provocó epidemias y hambrunas que diezmaron la población casi hasta extinguirla.
Esta fortaleza de origen árabe cuenta con acceso libre para el visitante. Sobre ella se desconoce su fecha de construcción, aunque se sabe que ya existía en el siglo X. El Castillo de Montealegre ha sufrido destrucciones y reconstrucciones a lo largo de su interesante historia, que podemos apreciar entre sus actuales restos. Es, sin duda, el ejemplo perfecto de fortaleza disputada entre muy diferentes bandos.
Castillo de Peñas de San Pedro
La historia de Peñas de San Pedro está estrechamente ligada a la de su castillo. Interesantes son los restos de viviendas y cuarteles para los soldados que habitaban el castillo que el visitante puede descubrir en este elevado punto que se levanta en mitad de la llanura albaceteña.
Existen restos de varios hornos, una balsa para la recogida de aguas de lluvia, conductos para su canalización y aljibes para su almacenamiento. Su muralla, de origen islámico, de longitud superior a mil metros, rodeaba todo el castillo, aunque hoy solo encontramos algunos de sus restos.
Una expedición de Alfonso VIII lo convirtió en un enclave cristiano en el siglo XIII. La población de esta zona de la provincia de Albacete sufrió altibajos mientras dependía del dominio de Alcaraz, especialmente debido a las condiciones inhóspitas de su primitiva ubicación, en el cerro del castillo. Finalmente, en 1537, alcanza el título de villa, concedido por Carlos V y se traslada al valle inferior, en el que a día de hoy se asienta el municipio de Peñas de San Pedro.
El visitante puede acceder a la meseta donde se encuentra la fortaleza y disfrutar de las impresionantes vistas panorámicas tanto de la llanura de Albacete como de las primeras estribaciones de la sierra. También es posible dar un histórico paseo alrededor de la falda del castillo contemplando los restos amurallados. Dentro del castillo existió una iglesia de la que aún se aprecian restos. Convertida en polvorín, fue destruida por la explosión provocada por un rayo.
Además, cabe recordar los importantes hallazgos arqueológicos en este yacimiento de la provincia de Albacete. Concretamente, las excavaciones han constatado que pueblos íberos se asentaron en este elevado punto. Los materiales y estructuras urbanas que se han localizado permiten datar el asentamiento en torno a unos 2500-2300 años de antigüedad, hallándose materiales cerámicos ricamente decorados, conservados en su totalidad y en sus áreas originales de uso. Un descubrimiento que va a permitir comprender mejor esta etapa histórica en la provincia de Albacete anterior a los contactos de las poblaciones iberas con la civilización romana.