Con la temporada recién concluida en su fase regular, pues este fin de semana comenzaron los Play Offs de ascenso a Primera División, el Albacete Balompié todavía se pellizca para ver si es verdad que el próximo curso seguirá en el fútbol profesional, tras una liga en la que los blancos estuvieron con pie y medio en el barro de la Primera RFEF después de convertirse en un coladero en defensa mientras Albés estuvo en el banquillo y ser incapaces de marcarle un gol al arco iris. Por suerte, desde los despachos abrieron los ojos para ver lo que todo el mundo veía menos ellos y destituyeron al entrenador gallego, que a la misma velocidad que encumbró a un equipo cuyo objetivo era la permanencia casi desciende a otro que debería de haber optado a algo más que sumar 50 puntos. Y llegó Alberto González y todo cambió, lo que eran goles del rival se convirtieron en propios y tras cinco victorias consecutivas, el ex del Linares y Betis Deportivo obró el milagro.
La experiencia vivida debería de servir a los hermanos Kabchi para aprender, al igual que a los Víctor Varela y compañía, pues no todos los años suena la flauta como pasó la temporada pasada si las cosas no se hacen bien desde los despachos. Así pues, toca aprender y que sirva de escarmiento.
En la línea del aprendizaje se encuentra también Riki, que en unas declaraciones difundidas por el propio Albacete el centrocampista ha admitido que ha sido “un año duro” para el Albacete Balompié por lo que “ha pasado esta temporada”, en la que el club ha rozado los puestos de descenso.
“Nos tiene que servir de aprendizaje para no cometer los mismos errores y saber que la Segunda división es una categoría muy complicada en la que hay que plantearse lograr los cincuenta puntos para asegurarse la permanencia y luego poder pensar en otros objetivos”, ha afirmado Rodríguez en unas declaraciones difundidas por el club albacetense en las que reconoce que la pasada temporada debe servir de escarmiento a los del club del murciélago.
Sin embargo, también ha destacado que “una de las características que tenía este equipo es que iba a cualquier campo y tenía opciones de ganar en todos los estadios”.
El nivel en el Albacete era alto
A su juicio, esto también se traslada a la competencia en el equipo “puesto que individualmente, con el que te enfrentabas en tu puesto, pasaba lo mismo: podía jugar cualquiera”, ha recordado.
Preguntado por su caso personal, al superar el centenar de partidos (101) con la camiseta blanca, ha afirmado: «Nunca me imaginé poder llegar a esta cifra cuando firmé en el mercado de invierno estando en Primera Federación”.
Se ha mostrado “muy contento” por haber alcanzado esa prestigiosa cantidad de choques disputados con el conjunto albaceteño y ha explicado que, en su trayectoria, ha tratado de adaptarse a los diferentes entrenadores que le han dirigido, al tiempo que ha trabajado para ser «un jugador más completo», intentando adaptarse a todo tipo de recursos o de juego, algo que ha su juicio va consiguiendo poco a poco.