La media edad de inicio de consumo de pornografía está situada alrededor de los 13 años. Un consumo que llega en muchas ocasiones antes que la educación sexual, lo que supone un factor de riesgo para las futuras relaciones sexuales de estas personas y sus parejas. Desde la Universidad de Castilla-La Mancha, Tatiana Quiñónez, criminóloga, ha profundizado en este tema analizando factores como la edad de inicio, la realidad que percibe la sociedad de la pornografía y ha analizado ciertos comportamientos violentos que se producen en las relaciones sexuales cotidianas.
La criminóloga ha basado su tesis en el estudio de la pornografía actual y la violencia que en muchas ocasiones se ve reflejada en ella. Además, Quiñónez ha presentado su trabajo final del máster de Delincuencia Juvenil de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Albacete, titulado ‘Pornografía, ¿escuela de violencia?’ al VII concurso ‘Tesis en Tres Minutos’ de la UCLM, en el que ha obtenido el segundo puesto y también el ‘Premio del Público’ y el reconocimiento de sus compañeros doctorandos.

En cuanto al trabajo de Tatiana, la joven ha analizado la relación entre el patrón de consumo de pornografía, caracterizado por factores como la edad de inicio o la realidad percibida de estas conductas sexuales, y el comportamiento sexual de las personas, teniendo en cuenta la presencia de comportamientos violentos en el marco de las relaciones sexuales cotidianas.
‘¿Escuela de violencia?’
Tatiana Quiñónez explica con este trabajo que su objetivo principal se basa en “analizar cómo influye el consumo de pornografía en las relaciones sexuales de las personas”, teniendo en cuenta “aquellos comportamientos que no son una agresión sexual, pero tienen un carácter violento y que las experimentamos en las relaciones sexuales cotidianas”. Como ejemplos, expone “tirar del pelo o agarrar por el cuello, o esos comportamientos que están más normalizados”.
Para llevar a cabo esta investigación desde Albacete, Quiñónez apunta que “hemos recogido los datos a través de un cuestionario realizado a personas residentes en Castilla-La Mancha”, y puntualiza que se trata de “unos resultados preliminares”. Entre las preguntas de la encuesta, “hemos expuesto una serie de cuestiones como factores sociodemográficos, como la edad o el sexo, y nos centramos en el consumo de pornografía y en las prácticas sexuales”, y añade que se trata de “un tema sensible porque no todo el mundo está dispuesto a responder estas preguntas”. Todo ello, llevado a cabo de “manera anónima y sin identificar a las personas de ninguna manera”, indica. Como objetivo principal, la criminóloga señala que “la idea es observar la prevalencia de estos comportamientos en la población”.

«Los hombres son los que los realizan en mayor medida estos comportamientos y son las mujeres las que los reciben”
Como resultados preliminares, Quiñónez manifiesta que “hemos visto que las personas que consumen este tipo de pornografía son las que más probabilidades tienen de realizar estos comportamientos y a la vez también tienen mayor probabilidad de recibirlos”, y explica que “también vemos que los hombres son los que los realizan en mayor medida y son las mujeres las que los reciben”. Sobre esta última cuestión, apunta que “la pornografía común se caracteriza precisamente por la dominación masculina y son los hombres los que ejercen un comportamiento de control sobre las mujeres”. Lo mismo ocurre “en las personas consumidoras de pornografía, que según nuestros datos, también son los hombres”, tal y como explica a El Digital de Albacete.
En cuanto a las tasas de consumo de pornografía, la criminóloga señala que “en Castilla-La Mancha es de un 70%, un poco más bajo que estudios internacionales que apuntan a un 90%”, y puntualiza que “nuestra muestra recoge un gran rango de edad, desde los 16 hasta los 90 años”. Si tenemos en cuenta el factor del inicio del consumo, “nuestros datos marcan una edad un poco más tardía, a los 15 años, y la media nacional está sobre los 12 o 13 años”, indica la experta.

La pornografía y el acceso a Internet
En lo relacionado al inicio del consumo de pornografía en menores, Tatiana Quiñónez señala que “con el acceso a dispositivos móviles cada vez es más baja la edad de consumo en España”, y añade que los menores “saben que lo que ven no es real, pero aún así muchos de ellos quieren realizar esos comportamientos”. Sobre esta cuestión, la criminóloga indica que “es muy peligroso, porque se erotiza la violencia hacia las mujeres”, por lo que al final “nos enfrentamos a una generación que acaba erotizando la violencia”.

Sobre los comportamientos violentos más normalizados en la sociedad, destaca que “no tienden a denunciarse, aunque en algunos casos también podrían denominarse agresión sexual”, y manifiesta que “de hecho, mi tesis está enmarcada dentro de la violencia sexual, ya que consumir pornografía supone un factor de riesgo, no un factor causal, pero cuando los factores de riesgo se unen pueden llegar a materializarse”.
En cuanto al premio, la criminóloga consiguió explicar los resultados y las conclusiones de sus tesis en tan solo tres minutos en el concurso organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha. Todo un reto relacionado con la comunicación, que la llevó a sintetizar y extraer los datos más significativos de su investigación para exponerlos en apenas unos minutos. Además de un segundo puesto en este peculiar concurso, Tatiana también consiguió alzarse con el ‘Premio del Público’, lo que supuso un reconocimiento extra por parte de sus compañeros.