El día del Corpus puede considerarse como uno de los más solemnes y grandiosos de cuantos festejos se celebran en Castilla-La Mancha, y es que, casi no hay pueblo o aldea que no se sume a esta festividad. Una jornada festiva en la región que además este año precede a la celebración del día de Castilla-La Mancha, motivo por el que serán muchos los que decidan aprovechar este puente para viajar. Sin duda, una oportunidad única para disfrutar y descubrir las tradiciones que guardan muchas localidades de la región alrededor de la celebración del Corpus Christi.
En muchos lugares de nuestra comunidad autónoma como Elche de la Sierra, Toledo, Largartera o Camuñas se trata de una fiesta de especial relevancia. El Corpus es la fiesta barroca más representativa de nuestra región y forma parte de la cultura popular, ya que su arraigo entre los castellano-manchegos ha ido forjándose con el paso del tiempo.
Hay diferencias en esta manifestación ritual-festiva entre el mundo rural y el urbano, siendo más celebrada la transformación en este último caso. Además, existen características particulares en distintos lugares de nuestra comunidad que van desde la suntuosidad de corte estamental a otras festividades de carácter más popular.
Concretamente, el Corpus Christi coincide con el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de la primavera, o bien, el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés. Es decir, el Corpus Christi se celebra 60 después del Domingo de Resurrección.
La solemnidad de la festividad del Corpus en Toledo
Desde Turismo Castilla-La Mancha, coincidiendo con la celebración de esta festividad, se propone la visita a diferentes localidades de nuestra región que viven el día del Corpus de una manera muy especial. La magnífica custodia elaborada por Enrique de Arfe a principios del siglo XVI es el objeto más importante de los que se guardan en la Catedral Primada y recorre las calles de Toledo, engalanadas para la ocasión, con motivo de la celebración del Corpus. Un día grandioso para la capital toledana señalado en el calendario de vecinos y turistas que aprovechan esta festividad para conocer la capital de Castilla-La Mancha.
La especial relevancia de la celebración del Corpus en Toledo le ha llevado a ser una fiesta que cuenta con la declaración de Interés Turístico Internacional. Desde el año 1418, el laberíntico urbanismo del casco histórico de Toledo se convierte en un grandioso escenario, y es que fue en sus calles donde se celebró por primera vez en España esta solemne procesión. El Corpus está cuajado en Toledo de historia, tradiciones, arte, espiritualidad y colorido.
Quien llega a Toledo para presenciar la procesión del Corpus se encuentra con una ciudad perfectamente engalanada. Las calles se cubren con antiguos toldos que proceden de los gremios de tejedores y sederos, pero además los vecinos de la capital toledana adornan sus balcones con todos los ornamentos apropiados. Además, la Catedral también se engalana para la ocasión con ocho enormes tapices flamencos del siglo XVII y el día anterior a esta solemne procesión, las calzadas del recorrido se salpican de plantas olorosas.
El bullicio de la gente se siente desde primera hora, esperando en las calles de la ciudad el paso de la impresionante Custodia ejecutada por Enrique Arfe entre 1515 y 1523. La realización de esta custodia fue encargada a este paletero de origen alemán por el Cabildo de la Catedral de Toledo para albergar el ostensorio de oro que perteneció a la reina Isabel la Católica, realizado por Jaume Aimeric.
La custodia de Toledo mide más de 3 metros de altura, es de plata dorada y está concebida como una torre gótica de planta hexagonal. El conjunto descansa sobre una peana de plata con sobrepuestos de bronce, en forma de artesa y sostenida por cuatro ángeles de plata. Es en el interior donde se aloja el ostensorio de oro, fijado sobre un pedestal de plata estrellada. Se trata de una custodia de tipo portátil que tiene como remate un palomar cilíndrico con vanos por los que asoman palomas esmaltadas y un gran zafiro. Como remate de la Custodia de Arfe, una base adornada con pedrería sobre la que asienta una cruz de plata dorada, con ochenta y seis perlas y dos esmeraldas, obra del orfebre Láynez.
Elaborados trajes en Lagartera y la lucha de Pecados y Danzantes en Camuñas
Otras localidades de la provincia de Toledo que no puedes dejar pasar con motivo de la celebración del Corpus son Lagartera y Camuñas. Ambas fiestas cuentan festividades declaradas de Interés Turístico Regional.
Las labores y bordados de Lagartera son una de las artesanías más únicas, espectaculares y vistosas de toda Castilla-La Mancha. Con motivo de la celebración del Corpus se despliegan en la localidad en un alarde de colorido, formas y dibujos, no sólo en los trajes regionales de lagarterana, sino en los altares que se preparan en las puertas de las casas. Además, la Custodia de Lagartera sigue el mismo recorrido que desde el siglo XIII.
Esta fiesta tiene una significación especial para Lagartera porque en ella confluyen arte, tradición y fe. Diferentes hierbas aromáticas tapizan las calles de la localidad impregnando el ambiente con sus aromas. En el terreno artístico, el visitante podrá disfrutar de un auténtico despliegue de joyas textiles: colchas de malla bordadas, deshiladas, delanteras, frontales…salen de las arcas para ver la luz solo en este momento, ya que una vez finalizada la procesión, vuelven a su lugar de origen.
La lucha entre el bien y el mal en Camuñas
Camuñas también se transforma con motivo de la festividad del Corpus Christi con una celebración que está declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial. Dos grupos, Pecados y Danzantes, aparecen con una imponente vestimenta en las calles de este municipio toledano. En la de los Pecados, con careta larga y vara, predominado el rojo y el negro como representación del mal. Los Danzantes, de careta y vestimenta blanca, son la alegría y el bien.
Camuñas es otra de las localidades toledanas en las que la festividad del Corpus se celebra de un modo especial. El origen actual de la Fiesta de los Pecados y Danzantes del Corpus Christi de Camuñas podría situarse entre los siglos XVI o XVII, cuando las danzas adoptaron la argumentación de Auto Sacramental y empezaron a ofrecerle a Dios un buen tributo de ritmo y música. A lo largo del tiempo esta fiesta ha sido dotada de muchas y muy distintas interpretaciones. En la actualidad viene a ser un Auto Sacramente mímico que supone la representación de la confrontación entre el bien y el mal.
Durante la misa, los Pecados esperan fuera del tempo y, al comenzar la procesión, atacan entre fuego de pólvora y alaridos, hasta caer humillados. A continuación, los Danzantes, al son de la música ejecutan la danza del cordón. Las diferentes máscaras y variantes de vestido den Pecados y Danzantes representan diferentes personajes, adquiriendo la fiesta el significado simbólico de los autos sacramentales y obras dramáticas del Siglo de Oro, con la peculiaridad de que toda la representación se realiza sin palabras. Además, en esta peculiar procesión participan hombres del pueblo de todas las edades, ya que desde que hacen la Comunión los niños pueden pasar a formar parte de cualquiera de los grupos.
Las espectaculares alfombras de serrín de Elche de la Sierra
Elche de la Sierra está considerado lugar de origen de la elaboración de alfombras de serrín con motivo de la festividad del Corpus. El sábado anterior a la celebración de este importante día, plazas y calles de esta localidad de la provincia de Albacete se convierten en verdaderos lienzos sobre los que aparecen diversas alfombras, coloristas composiciones que alternan escenas religiosas y figuras geométricas.
Un arte efímero que apenas dura unas horas, ya que serán destruidas al paso de la procesión del Corpus. Sin embargo, la espectacularidad de estas creaciones ha sido preparada con mimo y cuidando todos los detalles por las 30 peñas alfombristas de Elche de la Sierra, quienes compiten por la elaboración de la alfombra más espectacular.
Este especial momento para Elche de la Sierra ha alcanzado la categoría de Fiesta de Interés Turístico Nacional, y entronca con una milenaria tradición basada en el recibimiento de Jesucristo en Jerusalén. Cuenta la tradición que el iniciador de la realización de las alfombras de serrín en esta localidad de la sierra albaceteña fue Francisco Carcelén quien, en 1964 y en absoluto secreto, tiñó viruta de serrín y ayudado de varios mozos elaboró las primeras alfombras de serrín.
La sorpresa en la procesión del Corpus del día siguiente fue tan bien acogida que desde entonces no sólo han continuado elaborándose, sino que han dado origen a una tradición cultural de primer orden. En las décadas de 1970 y 1980 la tradición se asentó hasta llegar a las peñas alfombristas actuales, quienes realizan un trabajo de preparación durante meses para realizar complejos diseños que dejen perplejos a vecinos y visitantes.