La danza es esfuerzo y sacrificio, es arte en movimiento y es un modo de expresión cuando las palabras se quedan cortas. La danza es pasión, pero también constancia. La danza es compañerismo, trabajo en equipo y un aprendizaje constante. Un sinfín de valores que conocen muy bien los alumnos y el profesorado del Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete.
En 2008 abría sus puertas este conservatorio profesional en Albacete, centro del que han salido importantes bailarines que llevan por todos los escenarios del mundo el nombre de su tierra por bandera. Un centro en el que actualmente se forma el presente y el futuro de la danza, y es que este arte tiene un gran futuro en Albacete.
El gran futuro de la danza en Albacete
Se trata de un aspecto que confirmaba a El Digital de Albacete la directora del Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’, Rosa María M. Anquela: “La danza tiene futuro en Albacete y cada vez hay más nivel”. Muestra de ello es que las galas del conservatorio y la formación de los alumnos del centro “va cada vez mejor, yo le veo futuro”, trasladaba.
Un futuro que al llegar a al sexto curso de Enseñanzas Profesionales, supone para muchos de estos alumnos dar el paso y continuar su formación de danza fuera de Albacete. Al respecto, reconocía Anquela que “Albacete tiene un límite de posibilidades para la danza”, ya que apenas existen compañías o ballets en nuestra ciudad para que estos jóvenes puedan seguir sus carreras.
Sin embargo, aseguraba que escojan el camino que escojan estos bailarines, supondrá llevar el nombre de Albacete allá por donde vayan. De este modo, ponía de relieve la directora del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete ‘José Antonio Ruiz’ “la buena proyección” de muchos de los alumnos que finalizan sus estudios en este centro. Pero además, subrayaba que en Albacete “hay muy buena cantera de bailarines”, añadiendo que muestra de ello es que “a las pruebas de acceso cada vez se presenta más gente”.
Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete
Rosa María M. Anquela compagina desde hace años su labor como docente con la dirección de este centro de formación en Albacete. De este modo, desvelaba a El Digital de Albacete que actualmente el centro cuenta “con unos 150 alumnos”, puntualizando que “50 de estos alumnos son de enseñanzas elementales y 100 de profesional”.
Actualmente, este centro ofrece a los niños y jóvenes albaceteños tanto enseñanzas de danza tanto a nivel Elemental como Profesional. Concretamente, las Enseñanzas Elementales engloban a niños desde los 8 años y esta formación en danza se extiende durante cuatro cursos. En el caso de las Enseñanzas Profesionales de Danza se cursan y organizan en un Grado de seis cursos, iniciándose a los 12 años.
Los alumnos que acceden a estas enseñanzas profesionales pueden decantarse entre dos especialidades diferente: la Danza Clásica y la Danza Española. De este modo, desgranaba la directora del centro algunas de las asignaturas que cursan los alumnos de Enseñanzas Profesionales de Danza Clásica entre las que se encuentran “repertorio, puntas, acondicionamiento físico, maquillaje, técnica específica para varones, anatomía, historia de la danza y danza contemporánea”. Igualmente, especificaba que en el caso de la Danza Española, además de superar diversas asignaturas teóricas, los futuros bailarines albaceteños se forman en “danza española, danza estilizada, folklore, escuela bolera y flamenco”, teniendo además ambas especialidades un taller coreográfico.
El Conservatorio Profesional de Albacete programa de la mano de la Consejería de Educación unas pruebas de acceso para poder cursar tanto las Enseñanzas Elementales como las Profesionales en este centro. En este punto, recomendaba la directora del centro que “es importante empezar joven por aspectos como la elasticidad y las condiciones físicas”, sin embrago, reconocía que “también hemos tenido muchos alumnos, sobre todo chicos, que se incorporan más tarde y luego avanzan rapidísimo”.
La pasión por la danza no entiende de edad
Recorriendo los pasillos del Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ su directora compartía con El Digital de Albacete el “gran esfuerzo” que hacen todos alumnos. Y es que, deben de compaginar sus estudios en colegios e institutos con la formación en danza, apuntando que “muchos empiezan las clases a las 16:00 horas y terminan a las 22:00 horas”.
Las dulces voces de un grupo de alumnos de enseñanzas elementales frena nuestro recorrido para introducirnos en esta clase en la que la música es la protagonista. Rodeado por sus compañeras nos atiende Guillermo, quien a sus 10 años tiene claro la pasión que siente por la danza. Confesaba con mucho desparpajo que se animó a apuntarse al conservatorio porque “quería descubrir qué era la danza”, añadiendo que “cuando entré aquí descubrí la belleza que transmite”.
Con una sonrisa de oreja a oreja y ante la mirada atenta de sus compañeras de clase y de su profesora, compartía que lo que más le gusta de bailar “son los movimientos y compartirlos con mis compañeras”. De este modo, aseguraba que “mola no estar tu solo, sino bailar con más gente”.
“La danza lo da todo»
Las fotos de los alumnos del conservatorio llenan cada uno de los rincones del centro. Cuidadas instantáneas que congelan para siempre momentos de todas las galas que preparan con mimo profesores y alumnos.
“La danza lo da todo”, confesaba Rosa María M. Anquela ante la pregunta de qué aporta esta disciplina artística a los alumnos. Al respecto, desgranaba que “les mantiene en forma y también les da mucha disciplina”. En este punto, explicaba que “la danza te enseña a trabajar en grupo, fomenta el compañerismo y te hace aprender a respetar al profesor”, y es que los aplausos suenan del alumnado suenan en estas aulas al finalizar cada clase como forma de agradecer al profesor el trabajo realizado.
Por todo ello, consideraba que la danza es “una enseñanza muy completa que les forma mucho como personas”, poniendo de relieve que los alumnos del Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete “sacan una buena disciplina y una enseñanza para toda la vida que luego les sirve para todo”. Otro de los aspectos que proporciona la danza a estos jóvenes albaceteños es aprender a gestionar y a aprovechar el tiempo, ya que al finalizar toda la jornada lectiva regresan a sus casas para seguir estudiando, por lo que “aprovechan el tiempo al máximo”, sostenía Rosa María M. Anquela.
El mensaje de estos jóvenes bailarines en Albacete: “Siempre hay que bailar”
Completamente enfrascados en el trabajo y aprendizaje de una nueva coreografía encontramos a los alumnos de sexto de Danza Española. Tras recuperar el aliento Ismael Gómez, alumno de este curso compartía con El Digital de Albacete que “siempre he bailado en la academia de mi pueblo (La Gineta), hasta que junto con mis padres decidimos dar el paso de apuntarme al conservatorio por una amistad que tenía”.
Ismael lleva formando parte de esta familia artística desde hace seis años y este es el último curso que compartirá con sus profesores y compañeras. Un curso que reconocía “es muy agobiante porque tenemos un montón de trabajos finales, actuaciones y futuras pruebas”, subrayando sobre este aspecto que “agobia mucho el no saber que a va ser el año que viene de nosotros”. Sin embargo, trasladaba este joven bailarín, aún con sus castañuelas en las manos, que afrontan el futuro “con ilusión y apoyándonos en todas nuestras compañeras y profesores”.
Con la mirada puesta en los pasos a dar tras el conservatorio, explicaba Ismael Gómez que los bailarines de danza española “tampoco tenemos muchas opciones en nuestro país”, confirmando que “tenemos el campo aún más cerrado”. Por este motivo, muchos de los alumnos del Conservatorio Profesional de Danza barajan la opción de, cuando acaben sus estudios en este centro, continuar su formación como bailarines “en los Conservatorios Superiores de Madrid, Alicante o Málaga”, exponía. De este modo, ponía de relieve que, “lo que siempre queremos es bailar. Siempre hay que bailar”, pese a todo y a las pocas compañías que hay en nuestro país.
De Albacete a brillar sobre los escenarios de Estocolmo
Un buen bailarín debe reunir cualidades muy específicas. Al respecto, la directora del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete explicaba que “deben reunir una serie de cualidades físicas” que les ayuden a desempeñar su trabajo como bailarines. Pero más allá de cualquier aspecto físico, reconocía la responsable del centro que “un buen bailarín tiene que ser, sobre todo, inteligente”.
De este modo, destacaba que “aunque tengas un cuerpo maravilloso y unas condiciones físicas estupendas, si luego no eres inteligente para poner en funcionamiento todo lo que te enseñan y que tu cuerpo lo aprenda e interiorice, no sirve de nada”. Motivo por el que consideraba Rosa María M. Anquela que la clave está “en perseverar en el día a día”, en realizar un buen trabajo físico y mental, así como una buena actitud.
La quietud y la delicadeza se respiran en la segunda planta del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete, en la que desarrollan su día a día los alumnos de danza clásica. Con la calma que deja a su paso la tormenta recibían a El Digital de Albacete los alumnos de sexto de danza clásica, realizando completamente concentrados en sus ejercicios.
Los alumnos del último curso de las Enseñanzas Profesionales de Danza Clásica del Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete, Rubén Amador López y Daniel Vera, pondrán rumbo el próximo curso a Estocolmo, tras haber sido seleccionados por la escuela de la prestigiosa compañía Royal Swedish Ballet. Gracias a esta oportunidad, estos jóvenes bailarines de Albacete adquirirán una gran experiencia escénica y recibirán clases de sueco e inglés. Además, la escuela cuenta con su propia residencia en la que los estándares de cuidado personal, descanso y nutrición son seguidos con rigurosidad.
Desvelaba Rubén Amador López que comenzó en el conservatorio porque no acaba de convencerle ninguna actividad deportiva, y “poco a poco, con el paso de los años, fui descubriendo que me gustaba bastante la danza”, motivo por el que confiesa que “decidí quedarme y continuar mi formación”. Una formación sobre la que Daniel Vera trasladaba con una sonrisa que “a veces es un poquito intensa porque pasamos casi la mitad del día aquí”. Sin embargo, aseguraba que “al final se te pasa el tiempo volando y sin darnos cuenta ya estamos en el último curso y con la incertidumbre sobre nuestro futuro”.
Reconocían que este es un curso agridulce para todos los alumnos de sexto, y es que supone despedirse de la que ha sido su casa durante años. Cerrar un capítulo en el que han compartido miles de horas con sus compañeras de clase y del que se llevan importantes enseñanzas de todo el profesorado del Conservatorio Superior de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete.
Ahora, toca a estos jóvenes bailarines albaceteños abrir la ventana de un nuevo capítulo y seguir apostando por su formación dentro del mundo de la danza. “Estamos llegando al final de esta etapa en el conservatorio y teníamos que buscar cómo poder seguir formándonos, y vimos que la mejor opción era irse fuera”, comentaba Rubén Amador López. Una oportunidad, que en el caso de Rubén y Daniel, se presenta lejos de Albacete, concretamente en Suecia: “Nos pusimos a buscar escuelas en otros países y apostamos por Estocolmo, y la verdad es que tenemos muchas ganas”.
Ante la atenta mirada de sus compañeras del conservatorio, a quienes ya consideran parte de su familia, Daniel Vera no ponía ocultar los nervios por este nuevo proyecto. Una nueva aventura que confesaba “cuando te enteras no te lo crees, porque supone dejar atrás el lugar en el que has estado trabajando seis años para irte a un nuevo país donde no conoces ni el idioma”. De este modo, comentaba que “es un paso difícil, pero tenemos muchas ganas de trabajar y de seguir formándonos”.
En relación a la nueva vida que emprenderán en tan solo unos meses y recordando todos los momentos vividos entre las paredes de este conservatorio que los ha visto crecer como bailarines, aseguraba Rubén Amador López sobre sus compañeras que “las vamos a echar muchísimo de menos”, y es que con algunas de ellas llevan compartiendo su pasión por la danza desde los 7 años. También tenía palabras de agradecimiento este joven bailarín para todo el profesorado del conservatorio “por su buen trabajo y por habernos ayudado a conseguir dar este paso”.
Pese a su juventud, Daniel Vera, confesaba a El Digital de Albacete que la danza no es solo sentir, “sino que es una forma de expresión”. Al respecto, explicaba que “hay veces que todo no lo podemos decir con palabras, hay cosas que cuestan expresar, especialmente dependiendo de la personalidad de cada uno”, añadiendo que “la danza es un buen medio para sacar todo lo que tienes dentro”.
Reconocían que cada vez menos, pero que siguen existiendo determinados estereotipos alrededor de la figura masculina en el mundo de la danza. Sin embargo, animaban a todos los niños de Albacete que quieran bailar a dar el paso y no perderse esta experiencia tan enriquecedora. En este punto, matizaba Rubén Amador López que “hay una desinformación y un desconocimiento por parte de la gente hacia lo que realmente es la figura del bailarín, y por eso se crean esos estereotipos que no tienen por qué encuadrarse en una persona”. De este modo, aseveraban que es importante que “a un niño no se le haga pensar que por ser bailarín tiene que ser o va a ser de un determinado tipo de personas”, animándolos a que “prueben, porque si al final la danza es lo que te gusta y es tu pasión, esto es lo que más importa”.
La fundamental labor del profesorado del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete
El Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete cuenta con un nutrido profesorado que trabaja a diario para formar a todos estos futuros bailarines con raíces albaceteñas. Profesionales que han encontrado en la docencia su vocación para transmitir sus amplios conocimientos sobre este arte a todo el alumnado que apuesta por cursar estos importantes estudios en Albacete.
“Ser profesora de conservatorio es un sueño”, confesaba la jefa del Departamento de Danza Española, Paqui Villa. Al respecto, desarrollaba que dedicarse a la docencia “ha sido siempre mi ilusión. Enseñar danza es súper agradecido y muy bonito”. Por su parte, la profesora de Enseñanzas Profesionales de Danza Clásica, Laura Simarro, trasladaba que “enseñamos lo que es el amor por la danza, la disciplina, el trabajo diario y la perseverancia”, valores que consideraba “necesarios para que se vean los objetivos cumplidos y que nuestros alumnos vean que pueden lograr sus metas y seguir avanzando”.
Sobre las claves para ser un buen bailarín reconocía Laura Simarro que no todo son las aptitudes físicas, sino que “también necesitan mucha fortaleza mental”. Al respecto, desarrollaba que estos jóvenes bailarines se enfrentan durante su formación “a una carrera de fondo y necesitan ese trabajo mental para llevar a cabo el día a día y ser constantes”. Igualmente, señalaba esta profesora del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete que los alumnos “deben aprender a equilibrar sus estados mentales, y gestionar todos sus cambios”, recordando que estas enseñanzas comienzan cuando son niños y se extienden durante toda la adolescencia, lo que supone vivir una auténtica montaña rusa de emociones. Todos estos bailarines con ADN albaceteño, gracias al comprometido trabajo de sus docentes, “van creciendo a la vez que van evolucionando”, remarcaba.
Este completo equipo docente trabaja y enseña al presente y futuro de la danza en Albacete, algo que confesaba Paqui Villa que “es bastante complicado”. Al respecto, manifestaba que “el día a día tiene mucha carga lectiva”, desvelando que “siempre empiezan con clases de danza clásica, después pedagógicamente lo más adecuado son las clases de danza estilizada en zapatillas o de escuela bolera y, por último, las clases de zapato donde tienen otro trabajo de musculatura y técnica”, en el caso de la danza española.
Una formación que confesaba “es bastante difícil, sobre todo en los últimos cursos”. De este modo, aplaudía el compromiso de los alumnos del conservatorio, poniendo de relieve que “son excelentes y tienen una gran capacidad de organización”.
Ambas docentes coincidían en la importancia que tiene la danza para estos alumnos y para el conjunto de la sociedad. En este punto, desgranaba Villa que “nosotros formamos en danza a los bailarines de forma profesional, sino que también los formamos para enfrentar su vida diaria”. Y es que estos jóvenes, gracias a esta completa formación, “están acostumbrados a enfrentarse a cualquier situación, a cualquier entrevista de trabajo o audición, están acostumbrados a tener una gran disciplina, y un respeto hacia sus compañeros y hacia el profesorado”, remarcando que los profesores del conservatorio no solo cumplen con “una labor artística, sino que también realizamos una labor pedagógica y humana”.
Pero además, trabajan codo con codo para que sus alumnos sean capaces de hacer fáciles cosas que al espectador pueden parecer imposibles. Algo que se trabaja especialmente en los cursos más avanzados, donde los alumnos “tienen más asentada una base técnica y ahí es donde más se trabaja esto, que no se note que cuesta”, trasladaba Laura Simarro a El Digital de Albacete. Un trabajo “complicado, pero muy necesario para que se vea el lado artístico”, incidía, que estos alumnos deben trabajar desde su propia personalidad y con su cuerpo como principal herramienta. Y es que, confesaba la docente que “a través de los cuerpos y de cómo se mueven podemos llegar a conocer a cada uno de nuestros alumnos”, confesando que incluso solo con estos detalles “ya sabemos cómo se encuentra, qué dita tiene y cuál es su carácter”.
La directora del centro, Rosa María M. Anquela, aplaudía la estupenda labor que realiza todo el equipo docente. Sin embargo, compartía con El Digital de Albacete ciertas reivindicaciones con el único objetivo de continuar mejorando el conservatorio, y por tanto, la formación de estos jóvenes bailarines. En primer lugar, ponía de relieve que “se está trabajando junto a la Consejería de Educación en cambiar el currículum de Enseñanzas Elementales para equipararnos con otras comunidades”, un paso fundamental para que los alumnos lleguen lo mejor formados a la hora de enfrentarse a las pruebas de acceso a Enseñanzas Profesionales.
En otro orden de cosas, reconocía que desde el Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete también están trabajando para lograr que en sus clases de flamenco esté presente “la figura del cantaor”. Al respecto, apuntaba la directora del centro que “somos la única comunidad que no tiene cantaores en sus clases de flamenco”.
En la vertiente de la danza clásica, también reivindicaba la necesidad de contar con “la figura del pianista acompañante especialista”. Concretamente, explicaba Rosa María M. Anquela que “los pianistas acompañantes que tenemos para nuestras clases son pianistas que proceden de una bolsa de trabajo de pianista y no de pianistas para danza”, añadiendo que “es fundamental que tengan conocimientos de danza para acompañar adecuadamente una clase”. “Está siendo un problema y lo están intentando subsanar haciendo una bolsa de pianista acompañante especialista, tal y como existe en otras comunidades”, adelantaba.
Fomentar y apostar por la danza en Albacete
Desde el Conservatorio Profesional de Danza ‘José Antonio Ruiz’ de Albacete, apostaban por animar a los albaceteños, independiente de su edad, a consumir y disfrutar de los espectáculos de danza que se programan en los diferentes teatros de la ciudad.
Formar a los futuros bailarines es un trabajo importante, pero es igualmente prioritario formar a los espectadores que apostarán por ver danza en la ciudad de Albacete. Niños y jóvenes que “van a consumir danza y que harán involucrarse también a sus familias”, trasladaba Laura Simarro, enfatizando que “se crea una comunidad que siempre acompaña a nuestros alumnos para consumir danza”. Un aspecto que supone “expandir de manera exponencial la danza, de que llegue a todos y que cada vez haya más público”.
Por todo ello, animaba a los vecinos de Albacete a que periódicamente, “igual que se consulta, por ejemplo, la cartelera del cine, también revisen la programación de los teatros, porque hay cosas muy interesantes para ver”. La danza es un arte tan variada y con tantos estilos y visiones diferentes que puede adaptarse a la personalidad o gusto de cada uno de los espectadores, simplemente hay que animarse a descubrir y profundizar en este arte escénica que busca hacer viajar y sentir al público.
Con el objetivo de educar en la danza y de acercar a esta disciplina a los escolares de Albacete, recordaba Rosa María M. Anquela que “en los colegios e institutos sí que existe la asignatura de Música, pero no hay Danza”, apostando por su inclusión en el curriculum académico. Pero además, ponía de relieve que “tampoco estamos equiparados a un deporte o a un centro de alto rendimiento”, recordando el importante esfuerzo físico que supone esta formación para los alumnos del conservatorio. Y es que, “no tenemos ninguna ventaja en este aspecto”, confesando que “pocas cosas hay que exijan un mayor rendimiento que la danza”. Supone unir un gran esfuerzo físico, “como el que, por ejemplo, pueden realizar las gimnastas”, con el arte, ya que los bailarines “expresan e interpretan sobre el escenario”, explicaba la directora del Conservatorio Profesional de Danza de Albacete, poniendo de relieve que “la danza debería estar más considerada”.
Para ello y con el objetivo de dar una mayor visibilidad a la danza, el conservatorio, además de realizar sus propias galas, trata de colaborar en todos los eventos posibles. Tal es el caso de su implicación en proyectos culturales como ‘Toca la banda’ u ‘Orquesta de guitarras’. Pero además, no dudan en sacar la danza a la calle para acercarla, más si cabe, a toda la ciudadanía. Pero además, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Danza, los alumnos del Conservatorio Profesional de Danza apostaban por sacar esta disciplina artística a las calles de Albacete.
Una disciplina que es exigente, que requiere de constancia, sacrificio y esfuerzo. Una disciplina la danza que más allá de estos aspectos permite dar alas a estos jóvenes albaceteños, se convierte en una herramienta para decir con sus movimientos aquello para lo que las palabras no bastan, un vehículo para ser ellos mismos y un sueño por el que luchar.
/Fotos: Miguel Ángel Romero/