Tras un proceso que se ha alargado en el tiempo varios años, en las últimas horas la maquinaria pesada comenzaba las labores de derrumbe y el ruinoso edificio de viviendas de Albacete que en su origen fue construido para trabajadores de RENFE ya ha quedado reducido a escombros.
Las 64 viviendas de este edificio, ubicado en ‘Las 600’ de Albacete, fueron construidas en su origen para empleados de RENFE y después pasaron a ser en su mayoría (52) propiedad del Ayuntamiento de Albacete, que las destinaba a alquiler social, mientras que de las restantes, ADIF era propietaria de algunas y muy pocas eran de particulares.
Con un expediente firmado por técnicos expertos que afirmaban que el edificio estaba en ruinas y que debía ser demolido por el peligro de derrumbe que representaba, desde el Ayuntamiento se empezó hace tiempo con las labores de realojo de las personas que ahí vivían de manera legal, pero tras el vaciado por completo del edificio y hasta ahora, las viviendas fueron ‘okupadas’ por moradores ilegales que hace unas fechas iniciaron un movimiento para hacer creer y manifestar que el Ayuntamiento quería desahuciarlos “ilegalmente y contra los derechos humanos, derrumbando edificios con personas y familias dentro”.
La demolición de este edificio en Albacete
Tras los trámites establecidos por el pertinente cauce legal, una orden judicial ordenó el desalojo por parte de la Policía Nacional de estas viviendas a principios de este mes de abril para así poder dar paso y comenzar con la demolición del edificio, abandonado el inmueble sus moradores ilegales tras el trabajo de desalojo del CNP.
El edificio se declaró en ruinas por los serios riesgos que presentaba debido al estado de su estructura. Por ello, en su momento se emitió la pertinente orden de desalojo para que se pudiera proceder a su demolición, pero antes había que realizar labores de desamiantado para retirar este cancerígeno material (amianto o también llamado asbesto).
Con el desamiantado ya finalizado, en las últimas horas se dio paso a la maquinaria pesada y ésta ha reducido a escombros el citado edificio, poniendo ya fin de manera definitiva a un proceso que se ha alargado muchísimo en el tiempo no por otro motivo que por los cauces legales que hay que seguir para llevar a cabo una intervención como la que nos atañe.