Con 27 años de edad, el atleta albaceteño Diego Díaz acaba de lograr dos medallas en el Mundial de ‘Snow Running’ que se disputó a primeros de marzo en Tarvisio (Italia), donde conquistó la medalla de plata en la prueba Vertical, y la de bronce en la combinada.
Pero detrás de los logros deportivos de este joven albaceteño, hay un engranaje perfecto para que a lo largo del año encajen sus tres pasiones: la enfermería, la fotografía nupcial, y el ‘snow running’, una disciplina deportiva de invierno, que consiste en correr por la nieve. Diego Díaz nos cuenta que “ha sido difícil conseguir ese engranaje, pero al final lo he conseguido a base de esfuerzo, pero también porque soy un soñador, y sobre todo muy cabezón. Soy enfermero, profesión a la que me dedico en los meses de verano, y también soy fotógrafo de bodas, dos trabajos que me permiten ahorrar el suficiente dinero en época estival, para poder dedicarme en invierno al atletismo sobre nieve”.

Del atletismo, al ‘trail running’
Con madre de Elche de la Sierra y padre de Peñarrubia, a Diego Díaz la montaña siempre le ha apasionado. “Comencé a hacer atletismo a los 12 años, en el Club de Atletismo Albacete. Cuando acabé la carrera de enfermería hice un máster de rescate en montaña, y eso me abrió la puerta al ‘trail running’, y también a los deportes de invierno. Con esa apertura de miras, en 2019, con 23 años, me fui a vivir al Pirineo de Huesca, a trabajar en las pistas de esquí de Astún, como enfermero, y para tener cerca la montaña y la nieve para entrenar. Allí estuve hasta que llegó la pandemia, momento en el que tuvieron que cerrar la estación. En esa temporada ya me dio tiempo a correr mi primera carrera de ‘Snow running’, y ya vi que aquello me gustaba mucho”, confiesa.

Pasión por la fotografía y la enfermería
Su pasión por la fotografía comenzó a una edad muy temprana, una afición que empezó a dar sus frutos cuando cumplió los 16 años. “Mis inicios fueron como fotógrafo de eventos, y en discotecas en horario de tarde. Ya con 19 años, empecé a hacer bodas trabajando por cuenta ajena, hasta que acabé la carrera de enfermería, y me hice autónomo para seguir con la fotografía por mi cuenta, algo que he seguido haciendo hasta ahora. Al principio compaginaba las carreras, la enfermería, y las bodas, porque todavía no tenía un volumen de bodas lo suficientemente grande. Poco a poco fue creciendo mi cartera de clientes, hasta que llegó un momento en el que me di cuenta de que era muy difícil seguir a ese ritmo y tenía que organizarme de otra forma”.

Convocado por la selección española de ‘snow running’
Una vez terminadas las restricciones por la Covid-19, consiguió un contrato de enfermero en el centro de salud de Saviñanigo, donde estuvo dos años. “En esos momentos compaginaba mi trabajo de enfermero con los entrenamientos y competiciones. En 2022 me quedé segundo en el campeonato de España de ‘snow running’, y esto me llevó a clasificarme para el campeonato del mundo, que se celebraba ese año en Granada. En ese mundial quedé séptimo. Fue fantástico, porque era la primera vez que me llamaba la selección para ser internacional. Fue entonces cuando me di cuenta de que, si había llegado hasta ahí, sin dedicarle el 100% al deporte, si lo hacía podía llegar mucho más lejos”, refleja.

El deportista albaceteño estuvo en Saviñanigo hasta que “las bodas, que habían parado por la pandemia, empezaron a funcionar de nuevo. Era muy difícil estar trabajando en el Pirineo, y hacer bodas los fines de semana en Albacete, porque eran muchos kilómetros. Así que, cuando me fue saliendo más trabajo como fotógrafo nupcial, pensé que lo mejor era trabajar los meses de verano en el Hospital General de Albacete como enfermero, con un contrato de lunes a viernes, para poder dedicar los fines de semana a mi trabajo como fotógrafo nupcial. De este modo, en verano trabajo siete días a la semana, y cuando no estoy en el hospital, por la tarde estoy editando las fotos y los videos de las bodas que realizo los fines de semana. Es duro, pero hacerlo así me permite tener la capacidad económica suficiente para mantenerme en invierno. Durante esos meses vivo en Sierra Nevada, donde le puedo dedicar el 100% de mi tiempo al deporte, y poner toda la carne en el asador para rendir al máximo en las competiciones”, indica.

Ahora, en 2024, por méritos propios, ha vuelto a ser convocado por la selección española de ‘snow running’ para el mundial celebrado a primeros de marzo en Tarvisio (Italia), donde conquistó la medalla de plata en la prueba Vertical, y la de bronce en la combinada. “Vine a Sierra Nevada a buscar el máximo rendimiento, y mi decisión ahora está dando sus frutos. He apostado por esto, y al final lo he conseguido. Además, no dependo de becas, no dependo de patrocinadores, no tengo que rendirle cuentas a nadie, y eso es bastante raro en este mundo. La gente que está en este nivel tiene patrocinadores o marcas detrás, pero al final condicionan sus objetivos, y ya no deciden su calendario. Por eso yo no tengo patrocinadores, porque no puedo decirle a una marca que no puedo competir en verano porque me voy a trabajar de enfermero, y a hacer bodas”, concluye. Diego Díaz, un auténtico campeón, que con mucho esfuerzo ha conseguido crear el engranaje perfecto para hacer realidad su sueño.




















