El Albacete Balompié empató a uno ante el Racing de Ferrol en un partido en el que los blancos fueron de más a menos y donde cuajaron una gran primera mitad, pero en el segundo tiempo el equipo se vino abajo y no perdió de milagro. Vaclík atajó dos penaltis y salvó un punto en un duelo que sirvió para inaugurar la nueva iluminación del Carlos Belmonte, algo que usó durante toda la semana el Club para desviar el foco de atención, o intentarlo. Al final, más sombras que luces y plomos fundidos en una cita en la que el Albacete se jugaba la vida y lo menos importante eran las bombillas; aunque algunos trataran de vendernos lo contrario. Los blancos, en descenso.
/Fotos: Miguel Ángel Romero – El Digital de Albacete/