Siete millones de personas en España están afectados por enfermedades renales, según la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (ALCER). Los riñones son los encargados de filtrar y limpiar la sangre del organismo para eliminar los residuos a través de la orina, una acción clave para el buen funcionamiento del organismo, ya que además, los riñones ayudan a controlar la presión arterial y producen glóbulos rojos. Este 14 de marzo, Día Mundial del Riñón, varios edificios de Albacete se han iluminado de verde para concienciar a la población de la importancia de este órgano y de lo crucial que resultan las revisiones nefrológicas, que desvelen que todo está correcto o que por el contrario detecten de manera temprana cualquier tipo de patología.
Siete millones de españoles cuentan con algún tipo de fallo renal, como así reflejan los datos de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades de Riñón, (ALCER), que cuenta con sede en Albacete. Una situación delicada, que hace que muchos albaceteños tengan que acudir casi cada día a los hospitales para llevar a cabo la diálisis.
Con motivo del Día Mundial del Riñón, que se celebra este jueves, 14 de marzo, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades de Riñón ha estado presente en diferentes puntos de la capital albaceteña para informar sobre este tipo de enfermedades, que resultan grandes desconocidas para los ciudadanos. En esta ocasión, miembros de ALCER estuvieron este jueves en la Plaza del Altozano, la Facultad de Medicina de la UCLM y la Estación Albacete-Los Llanos para facilitar información y hacer tomas de tensión a los albaceteños.
Además, el Museo de la Cuchillería, el Museo Municipal y el Ayuntamiento de Albacete, se iluminaron esta pasada madrugada de color verde para dar visibilidad a las enfermedades renales. El Ayuntamiento de Hellín también se ha sumado a esta iniciativa y su Consistorio también ha lucido iluminado con el color de la esperanza.
Los riñones son unos órganos extremadamente importantes para el correcto funcionamiento del organismo, a los que, según fuentes especializadas, no se les da suficiente importancia. “Son los grandes desconocidos del cuerpo”, explica Antonio Escribano, presidente de ALCER en Albacete. “¿Son más importantes los ojos que los riñones? Lo pongo en duda”, manifiesta el presidente de la asociación.
La solución, en muchas de las ocasiones, pasa por la diálisis. Un tratamiento que sustituye la función de los riñones, pero que supone hacer parada obligatoria en el hospital, en la mayoría de los casos. “La diálisis aparece hace unos sesenta años, hace muy poco tiempo”, matiza Escribano, que puntualiza que “las primeras posibilidades de diálisis las tenían las grandes capitales, el resto no tenía más remedio que morirse”, puesto que “la acumulación de toxinas y líquidos generaba una mortandad altísima”, tal y como aclara Antonio Escribano a El Digital de Albacete. Una lucha de muchos años para acercar a los pacientes este tratamiento y conseguir que llegue a todos los puntos de España posibles.
Una enfermedad que llega “con el palo”
La solución como tal no existe, ya que los riñones van perdiendo capacidad y ese proceso se vuelve irreversible. En su lugar, existe la posibilidad de realizar un trasplante. “Hace 50 años la cantidad de operaciones era mínima, un trasplante era un éxito profesional”, explica el presidente de ALCER, que asegura que “no había una legislación que lo regulara y había mucha irregularidad jurídica”. De hecho, un proyecto de ley se llevó a cabo para regular y facilitar los transplantes en España que “hizo que los partidos políticos se pusieran de acuerdo”, tal y como manifiesta Antonio Escribano. Desde entonces, “España ha sido campeona del mundo en transplante de personas fallecidas durante más de 30 años”, asegura el presidente de la asociación.
Sobre las enfermedades renales, Antonio Escribano asegura que estamos ante casos en los que la enfermedad “llega con el palo. La capacidad renal va disminuyendo con la edad y con ciertas enfermedades”. Uno de los síntomas más comunes en los fallos renales, y quizá de los que pasamos por alto, es la tensión arterial, ya que “el riñón segrega una sustancia que tiene mucho que ver con la tensión arterial”, explica Escribano, puesto que el riñón es el encargado de “regular la cantidad de agua que existe en el organismo”, tal y como explica Escribano a El Digital de Albacete.
“A diálisis se entra con una capacidad renal inferior al 15%”
Generalmente, las personas nacen con una capacidad renal del 100%, pero ésta va disminuyendo a medida que avanzan los años. “A diálisis se entra con una capacidad renal inferior al 15%”, apunta Escribano, que es cuando los riñones son incapaces de hacer su función por sí solos. “Esa capacidad se va deteriorando, por la edad, por enfermedades o por tomar antiinflamatorios o anabolizantes, que están muy de moda ahora”, asegura el presidente de ALCER.
Con una capacidad mediana, las personas no deben tener ningún problema, y pueden continuar así “una vida normal y tranquila, con una alimentación saludable, evitando el estrés y haciendo ejercicio, pueden continuar con esa capacidad toda la vida sin tener que llegar a un mayor deterioro”, explica Antonio Escribano, que puntualiza que, si por el contrario, “empezamos a consumir antiinflamatorios, anabolizantes, alcohol o comidas con mucha sal, eso lo va sufriendo el riñón”.
“Los viajes se hacen interminables”
En ALCER son conscientes de que “Albacete es una provincia muy grande, con zonas montañosas, y solo hay hemodiálisis en la capital”, manifiesta Escribano, lo que supone un problema a la hora de trasladar a las personas afectadas por enfermedades renales, que no viven en Albacete capital. Desde diferentes puntos de la provincia, muchas personas se desplazan prácticamente a diario para recibir el tratamiento en el Hospital de Albacete. “A veces hay dificultades en las carreteras”, aclara el presidente, que explica que en muchas ocasiones este traslado se hace “con un sistema de ambulancias que no es el más correcto”. “Hay rutas que no son directas. A veces hay que recoger a muchos pacientes y los viajes se hacen interminables”, apunta el presidente de ALCER.
Una persona con tratamiento de hemodiálisis se estima que hace “unos 156 viajes al año” hasta el centro hospitalario de la capital albaceteña, como señala Antonio Escribano. “Una persona que padece una enfermedad crónica, que sale de hemodiálisis donde le quitan de dos a tres kilos de peso, sale con un cansancio muy fuerte”, manifiesta Escribano, que explica que en algunas ocasiones se hacen duros estos viajes. “Muchas veces los pacientes están muy débiles como para enfrentarse a más dificultades”, puntualiza Escribano, presidente de ALCER a El Digital de Albacete.
“España es campeona del mundo en trasplantes”
Como apunta Antonio Escribano, “España es campeona del mundo en trasplantes” y es un país “muy solidario en esto, tenemos unas tasas de donantes de personas fallecidas muy alta”. Antonio es consciente de que en muchas ocasiones, las personas son reticentes a donar sus órganos y lanza un mensaje: “A lo mejor yo mañana lo vas a necesitar”.
Escribano añade que “una vez que la persona ha fallecido, sus órganos van a ser quemados o enterrados, y la gente es muy solidaria en ese sentido y por eso tenemos una capacidad de donación que nos pone en los primeros puestos del mundo”. Un acto de solidaridad y altruismo incalculable, que puede salvar la vida de muchas personas.
Antonio Escribano hace hincapié en la suerte que supone “que con un solo riñón podamos vivir perfectamente”, y pone sobre la mesa la importancia de que las leyes protejan este tipo de donaciones, que han salvado vidas, ya que “la ley es un factor positivo en la donación”, tal y como explica Antonio Escribano a El Digital de Albacete, que indica que gracias a estas leyes, se aumentaron las donaciones y se convirtieron en leyes referentes de cara a otros países.
¿Qué hay detrás de un trasplante?
Albacete realizaba hace apenas unos años, en 2017, la primera intervención de donante vivo en el Hospital albaceteño. Carmen Panadero fue la primera donante viva que se sometió a esta intervención en Albacete. Lo hizo junto a su hijo, Carlos Molero, que con apenas 19 años sufrió un fallo renal completo, que lo obligó a pasar por diálisis y más tarde por un trasplante. Una historia que pone de manifiesto el amor de las madres a los hijos de la manera más brusca posible.
En junio de ese mismo año, Carmen recuerda en su hijo “grandes dolores de cabeza, que achacaba al estrés de selectividad, incluso llegó a quedarse ciego”. Al visitar las Urgencias del Hospital General Universitario de Albacete se dieron cuenta de que la tensión estaba demasiado alta. “Salieron diciendo que había un fallo renal gravísimo”, apunta Carmen Panadero. Desde ese primer día, Carmen recuerda que “ya se valoró la posibilidad de donante vivo, y yo solo dije que me hiciesen las pruebas”. Finalmente, todo salió perfectamente y madre e hijo viven con un solo riñón sin ningún tipo de problema.
De esta situación, han pasado siete años, y a día de hoy, ambos viven con normalidad. Carmen explica que no hay que tenerle miedo al trasplante y que están sujetos a revisiones constantes. “Me revisan cada año, y a él cada tres meses, los donantes estamos mirados, te hacen un análisis y te tienen muy controlada”, asegura Carmen Panadero.
Detrás de un trasplante está la vida
“Detrás de un trasplante está la vida”, tal y como apunta Carmen Panadero, que explica que después, “poquito a poco, hay que ir superando mareos y el cansancio. También hay que superar el hecho de no querer salir y volver a la vida con una medicación de por vida para el receptor”. Actualmente, Carmen aclara que no toma ningún tipo de medicación y que “llevo una vida totalmente normal”.
Carmen Panadero abre la puerta a las donaciones de personas vivas, ya que la probabilidad de aceptación “es mucho más alta de esta manera, aunque nadie te puede decir cuánto va a durar el riñón”, explica la donante, que aclara que “el riñón de un fallecido puede tener muchos valores similares, pero con el de un familiar hay más posibilidad de aceptación del organismo”.
De los recuerdos de aquellos meses, en Carmen se queda un corazón lleno de agradecimiento al personal sanitario del Hospital de Albacete. “Desde la primera nefróloga, Esperanza, hasta el último se portaron todos muy bien. A partir de ahí todo su equipo, Francisco, Luisa, Inmaculada y un montón de gente que se portó genial”, recuerda la donante, que puntualiza que es algo de lo que “no me puedo olvidar”.
Una historia que encarna esas miles de experiencias de las personas que sufren enfermedades renales, y un Día Mundial del Riñón, que sirve para recordarlas y hacerlas presentes y visibles, ya que estas enfermedades son unas de esas grandes desconocidas y silenciosas, con síntomas confusos que se pueden pasar por alto. Por eso, desde ALCER insisten en hacer tomas de tensión periódicamente y sobre todo, en la información y en el conocimiento de estas enfermedades para ser conscientes de su existencia y de cómo pueden afectar a las personas.
