Pablo Fernández, con tan solo 22 años, ha sido premiado en el concurso de divulgación del XII Congreso de Investigación Biomédica en la categoría universitaria por su trabajo ‘Respuesta al daño en el ADN: La radiación como aliada contra el cáncer’. Fernández es licenciado en Bioquímica por la Universidad de Valencia y actualmente trabaja en diferentes proyectos en el laboratorio de oncología molecular perteneciente al centro de investigación multidisciplinar en biomedicinas en la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Natural de Casasimarro, (Cuenca), Pablo cursa el máster de Biomedicina Experimental en la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete, compaginándolo con su trabajo en el laboratorio en el que ha desarrollado un trabajo de divulgación sobre el impacto de la radiación en el ADN, que ha resultado premiado en el XII Congreso de Investigación Biomédica declarado de Interés Sanitario por la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana. Fernández ha realizado este trabajo utilizando animaciones 3D y diferentes recursos audiovisuales para ofrecer información a las personas que no son especialistas de una manera más sencilla.
Pablo reconoce a El Digital de Albacete que este premio supone “una motivación” para el joven investigador. “Me presenté con la idea de contar un poco lo que hacemos en el laboratorio y que la gente sepa lo que se hace”, explica. Pablo entiende la labor de divulgación como “una responsabilidad, una obligación. Al final, la investigación pública se financia con dinero público, que viene de la gente, y tienen derecho a saber para qué se usa ese dinero”.
“Uno de los problemas es que al ser cosas tan pequeñas es difícil imaginarlo”
Pablo Fernández reconoce que es complicado entender la biología molecular desde fuera por su complejidad y que “uno de los problemas es que al ser cosas tan pequeñas es muy difícil imaginarlo y cuesta entenderlo”, y añade que “cuando se utilizan recursos audiovisuales es más fácil de entender” y “es más atractivo y se entiende mucho mejor”. La labor de llevar información tan compleja a las personas no siempre es fácil porque “este mundo es muy absorbente, a veces no hay tiempo”, explica Pablo, y puntualiza que su intención no es otra que “ayudar al laboratorio con vídeos como los del trabajo”.
‘Respuesta al daño en el ADN: la radiación como aliada contra el cáncer’
El investigador Pablo Fernández cuenta que empezó hace varios meses a trabajar en este proyecto y que“ha merecido la pena”. Bajo el título ‘Respuesta al daño en el ADN: La radiación como aliada contra el cáncer’, el joven explica que “existen dos tipos de radiaciones: las no ionizantes y las ionizantes” y hace una distinción entre ellas. Por un lado,“las radiaciones no ionizantes son las del teléfono móvil y la radio y no afectan a la salud de las personas”, asegura el investigador. Por otro lado, “las ionizantes tienen una energía tan alta que es capaz de dañar nuestro cuerpo”. Por ejemplo, para matar células tumorales “se utilizan las ionizantes, que sirven para ‘romper’ el ADN, que funciona como un manual de instrucciones”, puntualiza. Pablo cuenta que “si estamos expuestos a esta radiación y se rompe el ADN, las células pierden su ‘manual de instrucciones’ y ya no saben qué hacer, lo que da lugar a enfermedades como el cáncer”, aclara el investigador.
Concretamente, sobre las radiaciones no ionizantes, que son las del teléfono móvil o la radio, Fernández puntualiza que se están creando una especie de bulos alrededor de ellas, y que “hay mucha gente asustada, me da la sensación de que es pura desinformación, diría que intencionada por gente que intenta vender algunas cosas”, aclara Pablo Fernández, aportando tranquilidad sobre este tipo de radiaciones.
“En Castilla-La Mancha también sabemos hacer ciencia”
Sobre el trabajo que realizan los investigadores en Castilla-La Mancha, Pablo destaca “la importancia que tiene que desde regiones más pequeñas como la nuestra demos a conocer que también sabemos hacer ciencia y que podemos ser útiles para la sociedad”. Fernández también ha explicado la situación en la que se encuentran los laboratorios e investigadores en el país y sentencia que “la investigación en España podría impulsarse un poco más” y “explicar a la gente qué se hace en los laboratorios y que es importante para la sociedad”. Con la mirada puesta en el futuro, el investigador confiesa que “me gustaría hacer aquí la tesis doctoral”, refiriéndose al laboratorio de la UCLM en Albacete, pero reconoce que “tal y como está montado el sistema, tienes que irte fuera de España, y ni eso te asegura un futuro estable”.
En este laboratorio albaceteño, también trabaja un equipo de cuatro estudiantes predoctorales, Natalia García, Cristina Garnes, Jaime Jiménez y Francisco José Cimas, junto al joven premiado Pablo Fernández, encabezados por Ricardo Sánchez y María José Ruiz.
Albacete, una ciudad concienciada con el cáncer
El investigador también ha destacado que Albacete “es una ciudad que está bastante concienciada con el cáncer y que se mueve”. Desde el laboratorio también trabajan mano a mano y colaboran con algunas asociaciones de la capital albaceteña.
Pablo Fernández ha recordado una frase del autor Carl Sagan, que decía que ‘una persona cuando está enamorada tiene la necesidad de contarlo a todo el mundo’ y que ‘se supone que los científicos estamos enamorados de la ciencia, parece una aberración que no hablemos de ella’. A esta frase célebre de Sagan, Pablo añade que “cuando tienes un trabajo como este, con condiciones cuestionables, te tiene que gustar mucho”.
El premio demuestra la calidad del trabajo de los investigadores en Albacete, que luchan contra el cáncer buscando acabar con esta lacra que planea sobre la sociedad. Trabajo diario y constancia son las bases del buen hacer de estos jóvenes investigadores, que pasan horas dentro del laboratorio y que buscan mejorar la calidad de vida de muchas personas.