La cirujana plástica Alba Martínez descuelga el teléfono desde la ciudad de Makeni en Sierra Leona para atender a El Digital de Albacete. Mientras se prepara para arrancar su última jornada en el quirófano de la ciudad, Alba Martínez saca un momento para contarnos cómo está viviendo esta experiencia. Una albaceteña comprometida con las mujeres que viaja hasta las entrañas del continente africano para tratar el cáncer de mama. A falta de un día en el quirófano para volver a España, la cirujana y su equipo han atendido a más de 90 mujeres sierraleonesas.
Su compromiso con las mujeres y con la medicina la llevan a viajar hasta la ciudad de Makeni en Sierra Leona. Desde el hospital Holy Spirit de Makeni y junto con la asociación ‘Viva Makeni’, la cirujana ha viajado para llevar a cabo una campaña de concienciación, prevención y tratamiento del cáncer de mama junto a su equipo. No es el primer viaje de esta albaceteña, que ya cuenta con tres experiencias en el país a sus espaldas: “Esto no deja de ser un shock, pero aquí estamos”, así lo afirmaba la cirujana mientras ultimaba detalles para enfrentarse a su último día entre las paredes del quirófano.
La situación de las mujeres en el país es muy complicada. La albaceteña nos ha contado su experiencia en Sierra Leona y cómo es la vida de estas mujeres, que apenas tienen asistencia sanitaria. “La vida de una mujer aquí para ellos no vale absolutamente nada. Venir y darles su espacio, ver a mujeres también con puestos importantes, con iniciativa, para ellos es muy importante, más allá del tratamiento, el mensaje soterrado es muy importante”, relataba Alba.
La situación sanitaria en el país se encuentra en un estado absolutamente precario. “Hay un pediatra y un cardiólogo en todo el país”, afirmaba la cirujana Alba Martínez. “Ellos en su día a día cotidiano casi no tienen personal médico que les pueda atender”, explicaba. Un país con hospitales casi fantasma, sin recursos y con personal muy limitado. Las asociaciones que llegan hasta el corazón de Sierra Leona se encuentran con graves problemas como la falta de material: “Aquí nos dejan el quirófano, y las herramientas básicas, pero desde cosas tan sencillas como vendajes o compresas quirúrgicas lo traemos nosotros”, afirmaba la cirujana albaceteña.
La radioterapia no llega al país y la quimioterapia es muy costosa y privada. Nos lo ha explicado Alba Martínez a El Digital de Albacete: “Son tratamientos costosos, que se tienen que financiar ellos y no tienen recursos, la mayoría no tiene ni agua ni luz, imagínate para pagar un tratamiento.” La tasa de masectomía radical en mujeres que padecen cáncer de mama en África resulta verdaderamente alta. Con lesiones muy graves y sin posibilidad de otro tratamiento atenuante, la cirujana explicaba que “no cabe la posibilidad de emplear un tratamiento más conservador”.
La última campaña de detección precoz del cáncer de mama consiguió atender a 75 pacientes y 28 de ellas necesitaron intervención quirúrgica, que gracias a las manos prodigiosas de cirujanas plásticas como Alba que viajan hasta el país africano pueden sobrevivir, incluso mejorar su calidad de vida. Este año, y a falta de un día para regresar a casa, son 90 pacientes las que han sido atendidas y 10 de ellas han necesitado pasar por quirófano. Eso sí, el mensaje de la importancia de un diagnóstico rápido va calando en la población: “La idea de la campaña de prevención poco a poco se va asentando, aún así seguimos viendo casos muy dramáticos, con lesiones complicadísimas. Además, en unas condiciones muy muy complicadas.”, manifestaba Alba a El Digital de Albacete.
El Digital de Albacete.- ¿En qué situación se encuentran las mujeres que atiende? ¿Con qué os encontráis al llegar a Sierra Leona?
Alba Martínez.- Nos encontramos, por suerte, conforme vamos avanzando en las campañas de detección precoz, que la diferencia entre mujeres a las que le hacemos el cribado y las que requieren tratamiento es menor. La idea de la campaña de prevención poco a poco se va asentando, aún así seguimos viendo casos muy dramáticos, con lesiones complicadísimas y sin ninguna expectativa de resolución. Además en unas condiciones muy muy complicadas.
E.D.A.- ¿En qué estado se encuentran los hospitales en el país? ¿Tenéis disponibilidad de tratamiento como la quimioterapia o la radioterapia?
A.M.- La radioterapia no está disponible en el país. La quimioterapia sí, en la capital (Freetown), pero bueno, se la tiene que financiar el propio paciente. La mayoría no tienen acceso a ello y a veces los propios centros ponen algunas trabas a la hora de tratar a los pacientes. Son tratamientos costosos, que se tienen que financiar ellos y no tienen recursos, la mayoría no tiene ni agua ni luz, imagínate para pagar un tratamiento.
E.D.A.- ¿Hay suficientes recursos de cara a obtener un diagnóstico medianamente rápido en este país?
A.M.- No. Hay un pediatra y un cardiólogo en todo el país. Incluso el hospital donde nosotros venimos a trabajar es un hospital que prácticamente funciona a través de campañas que vienen desde Europa. Ellos en su día a día cotidiano casi no tienen personal médico que les pueda atender. Se trabaja principalmente con todas las ONGs y las campañas que venimos.
E.D.A.- ¿Cómo gestionáis esa situación en el hospital? ¿El material necesario lo lleváis desde España?
A.M.- Desde el hospital nos facilitan personal y nosotros traemos nuestras gente, muchas veces limitada, ya que es difícil cuadrar los días para venir. Los recursos materiales principales los traemos desde España. Aquí nos dejan el quirófano, y las herramientas básicas, pero desde cosas tan sencillas como vendajes o compresas quirúrgicas lo traemos nosotros.
E.D.A.-Hay un porcentaje muy alto en África en general de mujeres con cáncer de mama que son tratadas directamente con masectomía radical. ¿A qué se debe?
A.M.- En realidad el cáncer de mama es el más frecuente en la mujer en todo el mundo. En España la prevalencia es una de cada ocho. Aquí no tienen registros, es decir nosotros tenemos los nuestros en función a lo que hacemos. En el mundo es una patología muy muy prevalente. Lo que ocurre es que en los países más desarrollados lo que tenemos a favor es el diagnóstico precoz. Entonces, somos capaces de detectar lesiones muy pequeñas en unos primeros estallidos, con lo cual el tratamiento es mucho más conservador. Aquí entre que no tienes acceso a tratamiento atenuante y que son lesiones mucho más graves, no tienes la posibilidad de emplear el tratamiento conservador.
E.D.A.- Es tu tercer viaje, pero ¿Cómo surge la idea de ir y porqué volver?
A.M.- La asociación se creo en 2018 y uno de sus fundadores fue profesor mío. Años después, tuve un paciente que me marcó mucho y me hizo volver sobre esa idea de ‘somos unos privilegiados’ y decidí retomarlo. El primer año fue muy duro, porque esto no deja de ser un shock, pero al final te pica el gusanillo de ver todo lo que puedes ayudar y es un esfuerzo, pero aquí estamos.
E.D.A.- ¿Cómo definirías tu compromiso con las mujeres?
A.M.- Justo esta mañana lo hablábamos aquí. Hay muchas cosas que las mujeres de España reivindicamos y hay muchas cosas que nos hemos ganado por derecho propio, pero hay muchas otras que simplemente tenemos por el hecho de haber nacido donde hemos nacido. El hecho de venir aquí y ver en general, que la vida tiene un valor absolutamente distinto es muy impactante. La vida de una mujer aquí para ellos no vale absolutamente nada. Venir y darles su espacio, ver a mujeres también con puestos importantes, con iniciativa, para ellos es muy importante, más allá del tratamiento, el mensaje soterrado es muy importante.
E.D.A.- En esas situaciones no debe ser nada fácil trabajar, ¿qué es lo que más te ha impactado de tu trabajo allí?
A.M.- El poco valor de la vida. Tu estás sufriendo por una paciente en una cirugía con una situación delicada, que notas que la cosa es complicada y el entorno está en un ambiente distendido. El equipo está sufriendo en una cirugía dura y todo lo demás es ‘ bueno, no hay problema’. También hay pacientes que hay que decirles ’no puedo hacer nada por ti’. Esta gente que te coge la mano con desesperación y decirles que no puedes hacer nada es tremendo.
E.D.A.- ¿Cuántas mujeres habéis tratado en estos días?
A.M.- Ahora mismo, a falta de un día, tenemos más 90 pacientes cribadas y 10 cirugías aproximadamente. Es una gratitud que cada vez esa diferencia es mayor. Se va extendiendo más la idea de la importancia de la detección, la gente se anima y viene cada vez más, entonces en más fácil detectarlo a tiempo.
E.D.A.- ¿Después esas mujeres tienen acceso a un seguimiento?
A.M.- Sí. Se encargan un poquito del seguimiento a través de la universidad y del personal del hospital. Se encargan de que las mujeres vayan bien y que no tengan problemas. estamos en contacto telefónico permanente.
E.D.A.- Cuando vuelves a España, ¿tienes algún tiempo para volver a reconectar con tu realidad?
A.M.- Sí. Hay unos días para eso. De las cosas que más me impactan a la vuelta es poder beber agua del grifo. Algo tan sencillo como abrir el grifo y que haya agua, sin tener que pensar si tengo agua potable o si hay bolsitas. Algo como eso, o poder ducharte con agua caliente. Cosas banales como eso para mí son las cosas más agradecidas cuando llegas. El prisma cambia completamente, yo me dedico a la medicina privada, el shock entre un mundo y otro es brutal.
E.D.A.- ¿Cómo os recibe la población sierraleonesa?
A.M.- Con mucha gratitud. La gente está al principio como en actitud de sospecha y recelo. Además, todo es muy rápido. En solo una semana son estudios, dar la noticia, decirles lo que hay que hacer… Es todo muy rápido. Al principio, actúan con cierto recelo, pero luego al gente se abre. Sobre todo ver el sentimiento de gratitud, la gente te dice ’gracias por venir aquí a ayudarnos’. Incluso algunas de las mujeres que he tratado, sigo teniendo contacto con ellas. Es impresionante como la gente se deja ayudar.
E.D.A.- ¿Os sentís seguras en el país?¿Cómo os desplazáis?
A.M.- Nos desplazamos en grupo y vamos con la Universidad de Makeni. Tenemos un respaldo logístico importante. Vamos con los autobuses de la universidad. Al final todo el mundo sabe cuando hay blancos y saben cuando venimos a operar. Aún así no es recomendable salir sola según qué horas.
E.D.A.- ¿Además del cáncer tratáis otras enfermedades?
A.M.- Ahora mismo aquí en esta campaña, estamos un equipo de ginecólogos para el diagnóstico y tratamiento para la detección precoz del cáncer de cérvix y un grupo de chicas también trabaja en casos de mutilación genital femenina. También contamos con un grupo de fisioterapeutas, aquí se ha creado la titulación propia de esta carrera y luego siguen con toda la rehabilitación. Al final, lo que se intenta es que no sea solo un tratamiento puntual, no solo la cirugía sino el tratamiento, el seguimiento y la rehabilitación.
E.D.A.- ¿Se puede decir que vuestro mensaje ha calado en la sociedad?
A.M.- Hay más difusión. Al principio eran grupos muy reducidos los que venían, pero campaña tras campaña son más pacientes y es muy satisfactorio.
E.D.A.- ¿Cómo podemos ayudar desde casa?
A.M.- Todo el que quiera colaborar con este proyecto lo puede hacer desde la página web de Viva Makeni. Toda ayuda será bien recibida. ENLACE
Así es la situación de las mujeres en Sierra Leona
La situación de las mujeres en Sierra Leona es cuánto menos complicada. Las tasas de violencia física y sexual superan el 60%. Según los datos de Médicos por el Mundo, la tasa materna de mortalidad en el país ha llegado a ser una de las más altas del mundo, con 1.360 mujeres fallecidas por cada 100.000 recién nacidos vivos.
Otro de los grandes problemas de las mujeres en este país es la mutilación genital femenina, con una preocupante tasa: el 85% de entre 15 y 19 años de las mujeres han sido mutiladas. Por otra parte, el Índice de Desigualdad de Género, Sierra Leona se sitúa en el puesto 162 de 170 países.
Sobre el cáncer de mama
El cáncer de mama es una enfermedad en la que células de la mama con alteraciones se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte, según la Organización Mundial de la Salud.
Una detección rápida de la enfermedad y los tratamientos adecuados son clave para tratar el cáncer de mama, pero para ello, es necesario tener acceso a los recursos sanitarios pertinentes, lo que no es fácil para algunos países como Sierra Leona donde la incidencia del cáncer de mama es alta y no cuenta con los recursos necesarios para la detección o el propio tratamiento.