El cambio de Miguel, el médico albaceteño que consiguió dedicarse a la especialidad que soñaba

Este albaceteño decidió repetir el MIR para poder ejercer como radiólogo y cerca de casa

Miguel de la Fuente tenía clara su vocación, la Medicina. Este albaceteño estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Castilla-La Mancha, en la facultad de Albacete. Cuando Miguel acabó el grado hizo la prueba de Médico Interno Residente, más conocida como MIR, este examen da paso al sistema de formación de especialistas médicos que existe en España. 

Aunque Miguel tenía claro a lo que se quería dedicar, el proceso de preparación del MIR fue más complicado de lo que esperaba, ya que durante este camino sufrió la enfermedad y el fallecimiento de su padre. “No llegué al examen en las mejores condiciones y me encontré con que era más difícil de lo que me esperaba. El examen tenía 235 preguntas y se hacía en unas 5 horas. La verdad es que salí bastante descontento”, cuenta este albaceteño. 

Miguel de la Fuente. (Cedida)

“Pasaron los días y cuando salieron los resultados. De las 15.000 personas que se presentaron al examen yo había quedado en el 6.000 y pico, y me ponía muy complicado elegir la especialidad que me gustaba. No tenía energía para volver a estudiar y la gente me aconsejaba que probase con alguna de las opciones disponibles”, explica Miguel.

“El proceso de elección de la plaza es como la cola de la pescadería. Si había unas 6.797 plazas, iban llamando del 1 hasta que cubran todas las plazas que han salido”, señala. Miguel tuvo que elegir entre las plazas que quedaban disponibles y no se encontraba la especialidad que a él le hubiera gustado. Este albaceteño decidió escoger la opción de Médico de Familia en una Comunidad Autónoma diferente porque después de la enfermedad de su padre pensó que le vendría bien un cambio de aires. Miguel se marchó al poco tiempo a un lugar nuevo, con gente diferente y a otro hospital distinto de donde venía.

Médico de Atención Primaria
Médico de Atención Primaria, en una imagen de archivo.

La llegada del Covid-19

Este albaceteño cuenta que recibió una gran preparación en Albacete. “Hay un gran equilibrio entre lo que son las clases teóricas y las clases prácticas, pero por mucho que hayamos estado ahí, no es lo mismo estar con el doctor al lado observando que estar tú solo con los pacientes”, explica. Miguel cuenta que los primeros seis meses fueron bien, pero después llegó algo que cambiaría la vida de la gente para siempre: la pandemia de Covid-19. La llegada del coronavirus dio un gran vuelco a la vida tal y como la conocíamos. 

La pandemia afectó especialmente a la forma de trabajar de los sanitarios. “A los residentes de segundo y tercer año los mandaron a primera línea, y a mí junto con los residentes de cuarto año nos mandaron al centro de salud a pasar la consulta telefónica y hacer el seguimiento del Covid-19. Si yo estaba un poco disperso, con la pandemia ya me perdí completamente, fue muy complicado”, reconoce este joven.

Noticias Castilla-La Mancha
Un sanitario manipula una vacuna contra el COVID-19, en una imagen de archivo. (Europa Press)

Miguel hace referencia a una frase del ilustre doctor Gregorio Marañón sobre la práctica de esta profesión: “La mejor herramienta del médico es la silla”, desde la que escuchar los problemas del paciente. “Si te quitan al paciente, pierdes mucha información. Además, si el médico de familia ya está saturado con los partes de bajas y de recetas, con el seguimiento del Covid peor”, relata Miguel. 

“Pasábamos consulta por teléfono a 50 personas, llevábamos el registro de los casos y cómo evolucionaban los pacientes. Con todo el respeto, fue matador”, cuenta. “No es lo mismo practicar la Medicina con el paciente delante, que también conoces la situación familiar. Es muy difícil ejercer una buena medicina familiar si no tienes en cuenta los factores sociales que rodean a tus pacientes”, recuerda este albaceteño. 

Además, Miguel pasó el confinamiento en un piso que no llegaba a los 50 metros cuadrados, lejos de casa y en una especialidad que no le terminaba de llenar. Este albaceteño le comentó su situación a una de sus tutoras y le dijo algo que le hizo reflexionar. “No eres un perfil que coge esta opción porque no puede coger otra cosa. Si hicieras un segundo MIR subirías en el ranking”, cuenta que le dijo su tutora. Este albaceteño sintió que ese no era su lugar y después de que pasara el confinamiento, el estado de alarma y las desescaladas, tomó una decisión, volver a prepararse el MIR y regresar a casa. 

Hospital de Albacete / Foto de archivo

“El problema viene cuando puedes hacer algo más”

Miguel se dio cuenta de que era posible dedicarse a lo que le gustaba, pero tenía que volver a repetir el MIR. “El problema viene cuando puedes hacer algo más. Después de haber visto muchas cosas, lo tenía claro. La especialidad que a mí me interesaba era Radiología, porque era una especialidad muy amplia”, cuenta este albaceteño. Miguel presentó una carta de renuncia y volvió a Albacete para presentarse de nuevo el MIR. 

Este albaceteño recuerda que le pilló estudiando cuando la famosa borrasca ‘Filomena’ tiñó de blanco a prácticamente todo el país. “Fueron unos 7 meses que no tuvieron nada que ver con la primera vez que me preparé. Quería dedicarme a una especialidad que me hiciera feliz”, explica Miguel. Cuando se enfrentó de nuevo a esta prueba reconoció una gran diferencia. «No es lo mismo hacer este examen sin haber ejercido la Medicina antes. Obviamente hay que estudiar, pero el ojo clínico te ayuda, y una vez lo despiertas es una cosa que no se te apaga”, cuenta este albaceteño. 

Miguel de la Fuente. (Cedida)

El esfuerzo valió la pena, ya que obtuvo un buen resultado que le permitía dedicarse a esta especialidad y en hospitales de gran renombre. Finalmente, decidió quedarse en Albacete. “Yo quería un hospital muy completo, que estuviera relativamente cerca de casa y que tuviera una gran cartera de servicios”, explica Miguel. 

La vida después de repetir el MIR

“Estoy muy contento, voy camino de ser residente de tercer año. Como en todo, hay épocas mejores y épocas peores. Si estás en un sitio a gusto y rodeado de tu gente todo es más fácil”, explica Miguel. Este albaceteño va a vivir una nueva experiencia, ya que se marcha tres meses a Santander para poder hacer prácticas de patología pediátrica, eso sí, con billete de vuelta. “Me voy cedido al Racing por media temporada”, cuenta este albaceteño. 

Miguel explica que lo que le sucedió a él es más normal de lo que parece, pero que no se suele hablar abiertamente de ello. “La medicina es muchas veces un trabajo que no sabes donde te metes hasta que no lo ejerces. El primer día me daba hasta miedo recetar Paracetamol”, confiesa Miguel. 

A pesar de tener que volver a presentarse a esta complicada prueba, Miguel no se arrepiente y celebra poder dedicarse a la especialidad que quería. 

/Foto de portada: Cedida por Miguel de la Fuente/

María José Timoteo

Natural de Pozo Cañada (Albacete), Licenciada en Periodismo por la Universidad de Murcia. Experiencia en medios de comunicación como La Verdad (Murcia)
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