Del ‘piojo verde’ al Mercedes; dejan el volante tras una vida al servicio de los albaceteños 

Dos conductores de autobuses urbanos de Albacete se jubilan

Varias generaciones de habitantes de Albacete han viajado bajo la serena dirección de estos dos conductores que ahora se jubilan.  Después de muchos años dedicados a la conducción, Juan Eustaquio Díaz y Manuel Mira dejan el volante del autobús urbano para descansar, tras llegar a los 65 años de edad. 

Juan Eustaquio Díaz, y ‘el piojo verde’

Juan Eustaquio Díaz comenzó en esta profesión hace 40 años, en 1983, cuando tenía 25 años. “Estaba buscando trabajo y llegué a los autobuses a través de un amigo. Había trabajado de camionero, y la empresa que, por aquel entonces, gestionaba el servicio de autobuses en Albacete era Nicolás López Jiménez, la cual se asoció con una empresa de Cartagena con la que yo tenía amistad. Me propusieron entrar a trabajar con ellos, accedí y hasta ahora. Cuando entré había unos autobuses a los que llamaban ‘el piojo verde’, que eran de color verde, y tenían la parte del techo redondeada. Tenían una palanca de cambio que medía por lo menos dos metros, y todavía se utilizaba el embrague. Eran autobuses que hacían mucho ruido, y parecía que en algún momento se iban a desarmar. Había una flota de unos 20 autobuses, y unos 35 conductores”, recuerda. 

Juan Eustaquio en un autobús urbano de Albacete / Foto cedida

La primera línea en la que trabajó fue en la que iba a la Feria, por Octavio Cuartero. El conductor nos cuenta que “a esa línea la llamaban ‘la del internado’, y pasaba por la calle Octavio Cuartero, que era de doble dirección, porque antes todas las calles eran así. Pedro Coca, Octavio Cuartero, o Río Rosas, todas eran de doble dirección, lo que acarreaba muchos problemas a la hora de pasar con un autobús. He vivido muchos cambios en las calles, en las direcciones, y en el crecimiento de la ciudad. Calles que se hacían peatonales, cambios de dirección, y todas esas modificaciones alteraban el recorrido, por lo que tenían que cambiar. Todos esos cambios han sido para mejorar la circulación, porque al principio era un auténtico caos, y lo pasábamos bastante mal para pasar con el autobús”.

Juan Eustaquio

Después del ‘piojo verde’ llegaron a Albacete unos autobuses de la marca ‘Pegaso’, de color rojo, que “tenían la peculiaridad de que llevaban escalones para subir. 10 años más tarde, en el 92, llegaron los autobuses de la marca ‘Man’, que eran sin escalones, con una plataforma baja, y automáticos. Estos eran de color blanco, y llevaban una franja verde. Estos autobuses llegaron coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, y las malas lenguas decían que los habían traído de Barcelona después de usarlos esos días en las olimpiadas. Eso fue un gran bulo de la época, porque esos autobuses los estrenamos nosotros en Albacete. Estos se mantuvieron hasta llegar a los que hay ahora, unos autobuses marca ‘Mercedes’ de color rojo. Lo cierto es que, en ese aspecto, siempre hemos ido a mejor”, puntualiza. 

Juan Eustaquio

Manuel Mira, un refuerzo para la Feria, que ha durado 20 años

Manuel Mira tenía experiencia con los camiones, pero nunca se había planteado llevar un autobús, hasta que hace 20 años le llegó la oportunidad.  “Un amigo me dijo que estaban buscando conductores de refuerzo para feria, y me lancé a probar. Cuando se terminó el contrato, me fui a casa y un mes después me llamaron para ofrecerme un contrato fijo para quedarme. Al principio tuve mis dudas, porque mi experiencia trabajando en feria había sido muy estresante, y pensaba que siempre sería así. Después de mucho meditar, me decidí a probar, y poco a poco me fue gustando. Tengo que reconocer que al principio lo pasé mal. No me llegaba a encontrar a gusto del todo, porque el trabajo me exigía un alto índice de responsabilidad, y eso me generaba mucho estrés. Lo bueno es que enseguida me di cuenta de que en feria era una cosa, y el día a día otra, y completamente distinta. Si es cierto que, aunque subía menos gente, había que cumplir un horario, y eso también me estresaba bastante, por lo que tuve que empezar a base de tilas. Esto me duró un mes, hasta que poco a poco me fui haciendo al trabajo, y pasados unos meses me empezó a gustar”, reconoce. 

Manuel Mira / Foto cedia

Del camión al autobús

Pasar del camión al autobús no es tan fácil como parece. Mira pone de relieve que “el habitáculo que lleva el autobús se ve mucho más grande, aunque sea de dimensiones parecidas al del camión. En el camión ves la cabina, y por el retrovisor la caja. En un autobús, si miras hacia atrás, o por el retrovisor interior, lo que ves un pasillo muy largo. De hecho, al principio pensaba que no podía caber por las calles. Eso me duró el primer día, porque al segundo ya fui notando que las calles se iban haciendo más grandes, y ya podía pasar con el autobús. Y es que, acostumbrado al camión, no tienes las mismas referencias. Lo bueno que tiene el autobús es que no tiene apenas ángulos muertos, al contrario que el camión, que tiene muchos”. 

Manuel Mira

Un trabajo duro debido al estrés generado por el tráfico

Según Juan Eustaquio, ser conductor de autobuses urbanos no es fácil, porque “el tráfico a veces es estresante. Hay que cumplir un horario que a veces es imposible de cumplir. Y es que el tráfico es el que es, y es muy difícil de controlar. La gente muchas veces se desespera, y la situación es frustrante cuando ves que no puedes hacer nada, porque es inevitable. Aunque estés muchas horas sentado conduciendo, a nivel físico se puede llevar, pero contra el tráfico no se puede luchar. Si alguien paraba en doble fila a echar la quiniela, o a comprar el pan, nos teníamos que esperar con el autobús lleno, hasta que ese señor terminara de comprar el pan, y para eso hay que tener mucha paciencia”. 

Juan Eustaquio y Manuel Mira

A pesar de eso, Díaz señala que “es un trabajo muy bueno. Ahora, viéndolo en la distancia, me doy cuenta de que me ha gustado mucho. Me he sentido muy a gusto todos estos años desempeñando este trabajo, y he sido muy feliz. Además, puedo decir que en 40 años no he tenido nunca ningún problema con ninguna de las empresas que han gestionado el servicio”.  Por otro lado, Manuel Marín tiene claro que lo mejor de este trabajo ha sido “el compañerismo, porque de otro modo se me habría hecho cuesta arriba. He tenido compañeros que me han ayudado mucho, y han estado ahí cuando los he necesitado. Cuando ha surgido cualquier problema, siempre he tenido a alguien al lado para ayudarme, y aconsejarme, y haciéndome más agradable el trabajo, algo que para mí ha sido de gran ayuda”. 

Juan Eustaquio y Manuel Mira

El futuro de los autobuses urbanos

Los dos conductores coinciden en que “el sector del autobús urbano está en auge, ya que cada año se utiliza más. El buen servicio, la calidad de los coches, y también los buenos precios, han hecho que aumente su demanda. Han sacado muchas ofertas y facilidades, planes para que a la gente le salga más económico y así incentivar el uso del autobús público urbano. Algunas de estas opciones son el carnet joven, el de familia numerosa, o el de jubilados, que es el que tenemos nosotros ahora.  Un abanico de posibilidades para que la gente se deje el coche, y coja el autobús. Y es que, si echas cuentas, sale más económico y rápido”. Además, han cambiado mucho las cosas de antes a ahora. Juan Eustaquio aclara que “gracias a las campañas de información que hace ‘Vectalia’, empresa que gestiona en la actualidad los autobuses urbanos en Albacete, los ciudadanos han aprendido ciertos hábitos que facilitan mucho el trabajo a los conductores, como levantar la mano para que pare el autobús, avisar cuando se van a bajar, o llevar cambio para pagar”. 

Juan Eustaquio / Foto cedida

Miles de anécdotas al volante

A lo largo de los años, a estos dos conductores les han surgido miles de anécdotas conduciendo el autobús. Juan Eustaquio indica que “de vez en cuando, una mujer mayor se subía y daba dos o tres vueltas al recorrido de la línea, e incluso llegaba un momento en el que sacaba su bocadillo, su botella de agua, y se ponía a merendar. Esta mujer pasaba tres o cuatro horas en el autobús, porque su diversión era pasear por Albacete en el autobús urbano”.  En el caso de Manuel, las anécdotas que más le calaron son las de los niños que subían al autobús. “Una vez una niña me dijo al subir: buenos días señor conductor, y eso me gustó mucho. En otra ocasión, me dio mucha tos mientras conducía, y un niño se acercó y me dio un caramelo para que se me quitara. Aunque parezcan tonterías, son cosas que me emocionaron en su momento”, concluye. Muchos años de servicio que han dejado huella en ellos, y en los que se han ganado la amistad de sus pasajeros. 

Modesto Colorado

Comunicador y cantante de Albacete. Más de 20 años de experiencia en medios de comunicación, especializado en información y reportajes de ámbito cultural.
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