Por mucho que desde el Albacete Balompié quieran tratar de tapar lo evidente, el equipo de Rubén Albés está muy lejos de lo que puede llegar a dar y los jugadores muy por debajo de su nivel. Como es normal, desde el club tratan de maquillar lo más posible al enfermo y tratan de hacer creer que el enfermo no tiene mala cara, pero los del Carlos Belmonte llevan ya 7 partidos seguidos sin ganar, 8 si contamos el del ridículo copero en Tarrasa, y la afición empieza a estar ya harta de los discursitos buenistas de más de uno. Al pan, pan; y al vino, vino. Y lo cierto es que sólo 2 puntos separan al Albacete Balompié del descenso. Ya está bien de milongas. Llamemos a las cosas por su nombre.
El Albacete, tras empatar este domingo en el estadio Cartagonova del Cartagena (1-1), ha enlazado siete jornadas sin vencer, ya que la última vez que lo logró fue el pasado 3 de octubre cuando se impuso a domicilio al Alcorcón.
Desde entonces, ha cosechado tres derrotas y cuatro empates, es decir, ha sumado cuatro de los últimos veintiún puntos en juego, que le han dejado al borde de la zona de descenso a Primera RFEF, la cual tiene a dos puntos tras la celebración de la decimosexta jornada.
El equipo revelación de la temporada anterior, que llegó a disputar el play-off de ascenso a Primera división, ha comenzado de manera dubitativa una campaña en la que se ha convertido en el quinto equipo más goleado, junto al Amorebieta, de la división de plata del fútbol español.
La “falta de eficacia” es otro lastre que le está condicionando a la hora de puntuar, según ha manifestado el técnico blanco, Rubén Albés, al término del partido, y aunque se ha mostrado “contento” por sumar como visitante una semana más, no lo estaba tanto “con las llegadas desaprovechadas”.
El siguiente compromiso del conjunto albaceteño le medirá, en el Carlos Belmonte, al Real Zaragoza, que también lleva siete partidos sin ganar en la competición liguera, aunque ocupa la duodécima plaza, al contar con 22 puntos, cuatro más que la escuadra castellanomanchega.