Partículas casi invisibles suspendidas en el aire pueden suponer complejos problemas de salud. Conservar una buena calidad del aire es primordial para evitar determinadas enfermedades respiratorias, y se trata de un aspecto que puede poner en riesgo las máquinas sopladoras que a veces vemos en las calles de Albacete.
Partículas contaminantes en el suelo que levantan estas máquinas sopladoras
“Son aparatos que se están utilizando cada vez más y existe un estudio realizado en Cartagena sobre la posible contaminación o material inhalado que suponen estas máquinas”, recordaba a El Digital de Albacete la neumóloga y coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias de Origen Ocupacional y Medioambiental (EROM) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Cardiotorácica (SEPAR), Sandra Dorado. Al respecto, explicaba que “en el suelo hay hongos, bacterias, excrementos de animales o aves, alégrenos e incluso partículas contaminantes que parten de los vehículos o de las actividades humanas como puede ser la industria, edificios, o calefacciones”.
En relación al efecto de este tipo de maquinaria explicaba la doctora Dorado que “los transeúntes, aunque estén a metros de distancia, pueden inhalar estas sustancias”, añadiendo que puede ser especialmente perjudicial “para el operario que está continuamente durante horas trabajando con estas máquinas sopladoras porque está inhalando continuamente”. Compartía con El Digital de Albacete esta neumóloga que “las ondas de polvo que levantan estas sopladoras pueden durar incluso cuatro minutos con esas partículas en suspensión”, es decir, “podríamos inhalarlas durante cuatro minutos aunque la sopladora ya no esté en ese sitio y en ese momento”.

Aumento de las partículas contaminantes y problemas de salud
Además, adelantaba que con la utilización de este tipo de máquinas “se ha visto que el material particulado puede aumentar las PM 10 en un 60% y las PM 2,5 en un 70% en suspensión en el aire y estas partículas pueden recorrer distancias debido al flujo de aire que emanan estas máquinas”. El material particulado respirable presente en la atmósfera de nuestras ciudades en forma sólida o líquida (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras), se puede dividir según su tamaño (PM 10 y PM 2,5).
Sobre el material particulado especificaba esta especialista que “son contaminantes aéreos”, apuntando que las PM 2,5 “son capaces de pasar por los bronquios, bronquiolos y alveolos, y estas partículas son incluso capaces de atravesar la membrana alveolocapilar, llegar a la circulación sistémica y provocar no solo enfermedades respiratorias, sino efectos sistémicos como problemas cardiovasculares o cerebrovasculares”. Se trata de una situación que puede derivar o empeorar enfermedades respiratorias, como “complicaciones de patologías crónicas, como puede ser agudizaciones del asma, de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infecciones derivadas de esas sustancias que ya están en el suelo y que vamos a inhalar, e incluso enfermedades pulmonares intersticiales”, desarrollaba la coordinadora del EROM de la SEPAR.
Ponía de relieve la doctora Sandra Dorado la neumonitis por hipersensibilidad porque “es una enfermedad pulmonar intersticial que se deriva, en gran parte, a la inhalación de agentes ambientales como puede ser este caso y está muy relacionada con excrementos u hongos derivados de las aves”. Del mismo modo, desarrollaba que la inhalación de este tipo de partículas “podrían suponer el empeoramiento de las personas alérgicas, generar problemas nasales, nasosinusales y de rinitis”, alertando además que “si inhalamos partículas carcinógenas que existen en el suelo como hidrocarburos aromáticos policíclicos se favorece la aparición de este tipo de patologías”.
Dependiendo del tipo de enfermedad se pueden llegar a desarrollar determinados síntomas al entrar en contacto con el material particulado contaminante en suspensión debido a las máquinas sopladoras. En el caso de los enfermos crónicos respiratorios “pueden sentir síntomas en la primera exposición si justo pasan cerca de esta onda de polvo”, especificando que la sintomatología más habitual puede ser “la tos, la disnea, ruidos en el pecho al respirar, o expectoración”.
“En el caso de las infecciones que también se pueden favorecer si inhalamos estos materiales derivados de animales u hongos, puede derivar en fiebre, tos, y expectoración”, detallaba esta neumóloga a El Digital de Albacete. Igualmente, hacía referencia a las enfermedades pulmonares crónicas, precisando que estos pacientes pueden presentar síntomas que se desarrollen de forma progresiva en el tiempo, apareciendo “fatiga o disnea que poco a poco va a más”.
Subrayaba esta especialista que “lo que favorece estas máquinas es una exposición a una contaminación ambiental”, concretando que en el caso del empeoramiento de la calidad del aire debido al uso de este tipo de maquinaria “los pacientes con enfermedades crónicas van a agudizarse y a empeorar”. Pero al mismo tiempo, ponía de relieve que la inhalación de ese material particulado también puede ser “el germen de otras enfermedades respiratorias en personas sanas”. Recordaba la doctora Sandra Dorado que “la calidad del aire por cualquier tipo de contaminación no solo empeora las enfermedades respiratorias crónicas, sino que es el origen de enfermedades respiratorias que suponen precisamente un debut debido a la calidad del aire”.

Máquinas sopladoras en Albacete
Fuentes municipales confirmaban a El Digital de Albacete que el Servicio de limpieza y recogida de residuos municipal cuenta con este tipo de máquinas sopladoras, especificando que se utilizan principalmente para la retirada de hojas.
Además, puntualizaban estas mismas fuentes oficiales que, con el objetivo de evitar que la utilización de este tipo de maquinaria en las calles de Albacete pudiera tener consecuencias nocivas en la salud de transeúntes, los trabajos con estas sopladoras se realizan a primera hora de la mañana. Al ejecutarse en un madrugador horario estas labores el flujo de viandantes por las calles de Albacete es muy reducido.
Igualmente, concretaban que este Servicio municipal ha adoptado las medidas de protección oportunas para garantizar la seguridad de los operarios que manejan estas máquinas sopladoras.
En relación a estas medidas preventivas laborales, manifestaba la neumóloga Sandra Dorado que estos trabajadores “deberían llevar mascarilla con un filtro adecuado para este tipo de partículas”, reconociendo que “no vale con cualquier tipo de mascarilla”. Pero a este elemento añadía “medidores de exposición que podría llevar cada trabajador para ver realmente a cuánto material particular nocivo pueden estar expuestos durante su jornada laboral”.

Alternativas a esta maquinaria
Planteaba la coordinadora del Área EROM de la SEPAR posibles alternativas a la utilización de estas máquinas sopladoras con el objetivo de mejorar la calidad del aire y reducir estas partículas contaminantes. De este modo, apostaba por “valorar los horarios de actividad de estas sopladoras”, optando, al igual que el Ayuntamiento de Albacete, por “utilizarlas cuando haya menos transeúntes para poder minimizar la exposición intermitente”.
En segundo lugar, trasladaba Sandra Dorado la posible sustitución de esta maquinaria. Al respecto, concretaba a El Digital de Albacete que “parece que existen las barredoras aspiradoras que, por lógica, van a ser mucho más saludables”.
Manifestaba que con este tipo de aspiradoras “no solo no se esparce el material particulado contaminante hacia el exterior, sino que se barre y se transporta a un depósito gracias a una aspiradora”. Además, exponía que estas herramientas “cuentan con aparatos que humidifican”, es decir “pulverizan a lo que barren y esto evita una mayor expansión de polvo”.
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