Vender castañas a más de 30ºC, algo insólito en Albacete

Manuela y su nieto Juanfran cuentan cómo es trabajar en pleno otoño en estas condiciones

Las hojas secas sobre el suelo, las tormentas y las calles mojadas por el rocío de la mañana son algunas de las imágenes que se vienen a la cabeza de cualquier persona que piensa en el otoño. En Albacete es típico ver durante esta época del año los tradicionales puestos de vendedores de castañas instalados por diferentes calles del centro de la ciudad. 

El pasado 13 de octubre, Manuela y su nieto Juanfran colocaron por primera vez este otoño su puesto de castañas en la calle Caba de Albacete capital. La diferencia es que otros años el abrigo y la bufanda les acompañaban durante su labor. Este 2023 se han experimentado temperaturas realmente altas para esta estación y hasta hace unos días algunos todavía paseaban en manga corta, para ejemplo de ello, este mismo martes los termómetros rozaron los 31 grados en Albacete. Esto sumado a la subida de los precios ha provocado que se vendan cada vez menos cucuruchos de castañas.

Manuela en el puesto de castañas de la calle Caba.

 

Manuela, a sus 80 años, cuenta que este ha sido su oficio desde hace décadas y que en su familia han seguido este trabajo de generación en generación, primero lo heredó su hijo y ahora su nieto. Aunque Manuela ya está jubilada, acompaña a su nieto Juanfran cada día para vender castañas asadas en el corazón de la ciudad. “Aquí hemos estado nevando y lloviendo”, explica Manuela a El Digital de Albacete. Su nieto Juanfran ha crecido entre castañas y fogones desde que tenía 3 años, “lo subíamos en una silla pequeña y le daba vueltas a las castañas”. 

Juanfran preparando castañas en el puesto de la calle Caba.

“Nosotros no subimos los precios”

Otro de los factores que ha provocado que las ventas bajen es que los precios de los productos básicos han subido mucho, según Manuela. “Ayer ganamos solo 13 euros”, lamentaba. Además, explican que este negocio suele acabar a últimos de enero o principios de febrero, ya que a partir de esas fechas “ya no hay castañas y las que hay son muy caras”, cuentan. “Todo depende de la gente, si tienen ganas de castañas compran, nosotros no subimos los precios aunque en todas las tiendas sí lo hacen”, explica Manuela. 

No solo venden castañas, durante el resto del año también colocan su puesto en la Feria y en jornadas de fútbol en los aledaños del Carlos Belmonte. “En el fútbol llevo más de 40 años en el mismo sitio”, relata esta vendedora. Manuela ya está jubilada, pero sigue acompañando a su nieto en todos estos eventos y en su puesto de la calle Caba. “Vengo porque me gusta, aunque no haga nada, tengo que salir a la calle a ver a la gente”. 

Según pronostica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en los próximos días se espera que llegue el frío, para consuelo de los vendedores de castañas. Lo que es seguro es que llueva o haga frío pueden encontrar a Manuela y a su nieto en el centro de Albacete vendiendo cucuruchos de castañas como han hecho siempre. 

/Fotos: Miguel Ángel Romero/

María José Timoteo

Natural de Pozo Cañada (Albacete), Licenciada en Periodismo por la Universidad de Murcia. Experiencia en medios de comunicación como La Verdad (Murcia)
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