Mari Cielo Cañavate Valverde tenía 36 años y dos hijos menores de edad en el momento en que se produjo su desaparición. El suceso ocurrió el 10 de octubre de 2007 después de que la hellinera hubiera llevado a su hijo pequeño al colegio en compañía de su hermana Rosa, a quien explicó que esa misma mañana había quedado en verse con su pareja sentimental, un vecino de la cercana localidad de Pozohondo que dos años después sería detenido por la Policía Nacional y puesto a disposición judicial, aunque finalmente fue absuelto por la Justicia.
La detención estuvo motivada por las diversas contradicciones en las que supuestamente incurrió el investigado, así como por los indicios que fueron recopilándose desde los primeros días de la desaparición, entre ellos la declaración de varios testigos que situaron supuestamente a Mari Cielo durante la mañana del 10 de octubre en el vehículo del principal sospechoso, tanto en la localidad de Hellín como en la glorieta de acceso al municipio de Pozohondo, una rotonda que a su vez conducía a una finca propiedad del entonces inculpado.
El juicio con jurado popular tuvo lugar en noviembre de 2011 en la Audiencia Provincial de Albacete y concluyó con una condena de 15 años de prisión por homicidio. Sin embargo, a principios de marzo del 2012, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha revocó la sentencia al no hallar pruebas de cargo que demostraran la culpabilidad del encausado ni el fallecimiento de Mari Cielo. Posteriormente, en enero de 2013, el Tribunal Supremo confirmó la absolución del encartado, condenando a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y a la familia de Mari Cielo a pagar las costas del recurso.
“Tras la decisión del Tribunal Supremo dejé de creer en la justicia”, explica Antonio Cañavate, el padre de Mari Cielo. “Lo único que deseo en esta vida es encontrar el cuerpo de mi hija y poder darle sepultura. Necesitamos saber dónde está y que mis nietos puedan llevar flores a su madre”.

«Se falló en las primeras horas en el caso de Mari Cielo Cañavate»
El presidente de la Asociación SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, considera que en el caso de Mari Cielo Cañavate, la mujer que desapareció hace 17 años cuando iba a recoger a su hijo al colegio en Hellín (Albacete), «fallaron las primeras horas», que son fundamentales en estas situaciones. Su familia, añade Amills, está viviendo un «duelo congelado» mientras no se sepa cómo, cuándo y dónde sucedió todo.
Amills explicaba que este caso sigue de actualidad porque «no se ha solucionado» y ha precisado: «Se ha avanzado mucho en la lucha contra la violencia de género pero hay que rendir un homenaje a todo lo que en aquellos momentos no funcionó».
«Si hoy se da un caso como el de Mari Cielo, que sucede con muchísima frecuencia, inmediatamente los cuerpos de seguridad del Estado, sea Policía Nacional o Guardia Civil, intervienen, pero entonces no fue así. Fallaron las primeras horas, los primeros días a nivel policial, porque no se actuaba de esa forma. Hay que recordar que para actuar después de dar cuenta de una desaparición había que esperar 48 horas; hoy en día no es así, pues a la hora se pone la denuncia», ha explicado.
Joaquín Amills ha señalado que la Guardia Civil tiene unos protocolos de actuación, «que se han elaborado junto con SOS Desaparecidos», en los que se dice que las primeras horas son fundamentales, «y esta es la gran realidad» ha agregado.
En el caso de la mujer de Hellín, «la investigación se demoró» y, en concreto, el grupo de homicidios de Madrid «tardó casi un año en entrar en el tema», según Amills quien ha apuntado que todo eso «dificultó enormemente la investigación, aparte de que el tema de la violencia de género no estaba contemplado como lo está hoy».

Un duelo sin cerrar y una familia sin un lugar donde poder llorar a Mari Cielo
Hace ahora casi un año, en una acto en recuerdo de la desaparecida celebrado en Hellín, la hermana de Mari Cielo, Rosa Cañavate, portavoz además de la familia, rechazó que se considere la desaparición de su hermana como voluntaria y defendió que no se ha encontrado su cuerpo pero hay indicios de violencia de género.
Lamentó que «la justicia ha decidido dejar el caso así, aunque se tenga por seguro que su familia vamos a seguir hasta donde haga falta buscándola y para que la gente conozca que era una buena mujer, una buena madre y una buena hija y que ella, repito, no se fue voluntariamente».
Rosa Cañavate criticó que la ciudadanía de Hellín «nunca ha respondido» a los llamamientos de apoyo de la familia y resumió: «siempre nos hemos sentido solos y es muy triste siendo un pueblo grande. Nunca te imaginas que te puede tocar a ti vivir una pesadilla de estas características».
También habló de la «frialdad» que encontraron en la policía en aquellos momentos por lo que, en su opinión, el sospechoso «tuvo tiempo suficiente para hacer, deshacer y ocultar pruebas que hubiesen sido de mucha utilidad para la Justicia»
Se refirió al que era compañero sentimental de Mari Cielo Cañavate cuando desapareció, que fue arrestado, juzgado y condenado aunque su defensa recurrió alegando que no había aparecido el cuerpo de la mujer y el hombre quedó en libertad.
«Ya ni nos importaría si va a la cárcel o no. Lo único que nos interesa es recuperar algo de mi hermana, sus restos para darles sepultura, pero tenemos muy pocas esperanzas. Es una persona muy fría que se va a mantener en firme en lo que declaró en el juicio», dijo la hermana de la desaparecida.
«Por desgracia, después de 16 años esta familia no ha podido cerrar el duelo y no tiene un sitio donde poder llorar a Mari Cielo, al ignorar el lugar donde reposan sus restos», lamenta.
/Fotos: SOS Desaparecidos y QSD Global/