Albacete atesora una importante riqueza gastronómica, cultural y patrimonial, pero además cuenta con algunos de los mejores vinos del panorama nacional. Así, la provincia albaceteña cuenta con varias Denominaciones de Origen (D.O.) vinculadas a los prestigiosos caldos que se elaboran en nuestra tierra y que año tras año enamoran a más visitantes.
El turismo enológico cada vez cuenta con un mayor número de seguidores y para complacer a los amantes del buen vino la provincia de Albacete cuenta con diferentes rutas del vino. Se trata de una puerta abierta a la vivencia de experiencias viajeras únicas e inolvidables alrededor del mundo del vino.
Rutas del Vino para descubrir los encantos de la provincia de Albacete
Actualmente Castilla-La Mancha cuenta con seis Rutas del Vino certificadas como Rutas del Vino de España. Una oportunidad única para descubrir nuestra región viajando, disfrutando de la naturaleza, del patrimonio, la gastronomía y, por su puesto, de los vinos.
La provincia de Albacete es la que cuenta con un mayor número de estas rutas pensadas para descubrir, a través del vino, los encantos de nuestra tierra. En concreto, se puede explorar a través de cuatro rutas del vino diferentes: Ruta del Vino de La Mancha, Ruta del Vino de La Manchuela, Ruta del Vino de Jumilla y la Ruta del Vino de Almansa.
Ruta del Vino de La Mancha
Forman parte de este bello ‘mar de viñas’ localidades de diferentes provincias de Castilla-La Mancha. En concreto, la Ruta del Vino de La Mancha transcurre por El Toboso (Toledo), Villarrobledo, Albacete, Socuéllamos, Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, Villarrubia de los Ojos, Argamasilla de Alba, La Solana y Pedro Muñoz (Ciudad Real), junto a dos bodegas de la provincia de Cuenca.
Los viñedos de La Mancha están asentados sobre una extensa llanura que cuenta con características únicas, empezando por la altitud que ronda los 600-900 metros sobre el nivel del mar, permitiendo que la maduración de las uvas sea uniforme. En cuanto al clima, se presentan temperaturas muy elevadas en la temporada de verano y extremadamente bajas en la época de invierno.
Precisamente este clima seco y dichas temperaturas caracterizan a los viñedos de La Mancha impidiendo el surgimiento de enfermedades criptogámicas. Además, al estar asentadas sobre un área caliza, las viñas producen uvas con particularidades únicas que se reflejan en la calidad y sabor propio de los vinos de esta región. Es por este motivo por el que La Mancha posee rasgos adecuados para el cultivo de la viña, a través del clima se consigue una armoniosa maduración de los frutos, asegurando a su vez una producción de viñas uniforme y salubre.
Esta ruta alrededor del mundo del vino es el reflejo de la tradición y la historia de los pueblos manchegos, lugares donde se preservan casonas de labranza, bodegas, cuevas, chimeneas y bombos. Además, los visitantes también pueden disfrutar de auténticas joyas del patrimonio arquitectónico rural que embellecen y decoran las tierras de esta comarca natural, dotándola de señas de identidad únicas y singulares.
La producción de vinos en La Mancha se caracteriza por ser un procedimiento natural, ecológico y sostenible. Las bodegas de la Ruta del Vino de La Mancha están enfocadas a la producción de vinos con aromas y sabores vibrantes, característicos de la región. Desde hace ya varios años se destacan los esfuerzos de las bodegas manchegas en la integración de prácticas preventivas ante los efectos del cambio climático y en muchas de estas bodegas se producen vinos ecológicos.
Los amantes del vino podrán disfrutar a través de esta ruta de las diferentes variedades autóctonas como airén y tempranillo, o importadas, como chardonnay y cabernet sauvignon, mientras visita sus bodegas y disfruta de una cata comentada. En esta ruta es imprescindible hacer una parada para descubrir el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera (Villarrobledo) y degustar caldos con personalidad propia en las bodegas de la zona.
La artesanía y la cultura del vino están muy presentes en Villarrobledo, y muestra de ello es que la localidad albaceteña cuenta con un Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera. Cuatro siglos de actividad alfarera han convertido a Villarrobledo en el máximo exponente de este saber ancestral y referente en la creación de tinajas de barro.
Se trata de piezas únicas por sus características, por la forma y técnica con que son elaboradas, y que en otra época fueron el recipiente por excelencia para la elaboración y conservación del vino. El Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera está ubicado en un antiguo alfar y horno tinajero rehabilitado y reconstruido, siguiendo fielmente el modelo antiguo.
El visitante puede conocer de primera mano todo el proceso de elaboración de estas piezas de artesanía únicas, descubrir las herramientas e instrumentos utilizados en cada uno de los procesos, así como sumergirse en la historia de este singular arte, su evolución y repercusión social y económica.
Además de disfrutar de la experiencia de visitar las bodegas de esta zona de la provincia de Albacete y pasear entre sus viñedos, Villarrobledo ofrece experiencias únicas vinculadas a la gastronomía de esta zona, tales como visitas a bodegas, paseos en bici o en 4×4.
Una ruta que también cuenta con múltiples planes culturales, vinculados a la naturaleza o pensados para los más sibaritas como catas de vino, visitas a bodegas así como la degustación de la mejor gastronomía de la zona maridada con excelentes caldos.
Ruta del Vino de La Manchuela
Hablar de la Ruta del Vino de La Manchuela es hacer referencia a una experiencia que muchos tienen que vivir. Inolvidables parajes, vinos de influencia, o recetas manchegas con toques mediterráneos y llenos de carácter.
Esta ruta está conformada por las provincias de Albacete y Cuenca. Concretamente, forman parte la Ruta del Vino de La Manchuela los pueblos albaceteños de Abengibre, Alatoz, Alborea, Alcalá del Júcar, Balsa de Ves, Carcelén, Casas de Ves, Casas Ibáñez, Cenizate, Fuentealbilla, Jorquera, Mahora, Madrigueras, Motilleja,Navas de Jorquera, Pozo Lorente, Valdeganga, Villa de Ves, Villamalea, Villatoya y Casas de Juan Núñez.
La bobal es la variedad autóctona y estrella de esta tierra, que tiene como resultado unos excelentes vinos tintos de esta comarca natural a caballo entre dos provincias limítrofes con el Levante español; bañadas por las hoces de los ríos Júcar y Cabriel, que dibujan unos paisajes abruptos e inolvidables en contraste con las llanuras y las vegas dedicadas al cultivo. La Manchuela es una singular comarca definida por dos grandes valles fluviales, que la delimitan físicamente y definen su idiosincrasia, otorgándole a este territorio una tremenda personalidad.
La historia aporta evidencias vitivinícolas en la zona desde hace más de 2.400 años, habiéndose transmitido el saber hacer de generación en generación hasta nuestros días. Sol, escasez de humedad y una singular fusión continental y mediterránea, con el viento de solano, favorecen el carácter ecológico del vino.
La Ruta del Vino de La Manchuela se ha destacado en los últimos años por la calidad de su vino, al punto de gozar hoy de una D.O. que refrenda la calidad y el esmero que ponen en esta ruta los cultivos vitivinícolas. Esta ruta muestra una diversa y extraordinaria variedad de vino elaborado con las técnicas más avanzadas, pero a su vez acompañada de una tradición centenaria vinatera en las distintas comarcas, en cuevas domésticas o jaraíz. De dichos procesos de elaboración resulta un vino tinto joven de color fuerte, aroma frutal intenso y tanino persistente, elaborado en su mayoría con bobal.
El vino blanco producido en la Ruta del Vino de La Manchuela destaca por su tono amarillento y pálido, aunque brillante con algunos tonos verdes; es aromático y afrutado, además al catarlo se puede sentir un poco de acidez. También el vino rosado resalta por su buena presencia y la elegancia de su sabor y aroma; su color y tono matiza la juventud que se evidencia ante los ojos de los expertos en la enología.
La riqueza de los paisajes de la Ruta del Vino de La Manchuela la convierten en un referente, casi obligado para quienes quieren adentrarse en el mundo de la enología. Esta región de más de 5.600 kilómetros cuadrados mezcla, con un sello especial, la llanura característica de La Mancha y la Serranía de Cuenca.
Recorrer espacios de Castilla-La Mancha, pero con un sello especialmente mediterráneo, es posible gracias a esta ruta vitivinícola. En medio de una cautivadora naturaleza colmada por llanuras e imponentes lomas nació la Ruta del Vino de La Manchuela con la premisa de ofrecer a turistas las bondades de esta tierra, que tanto puede ofrecer en materia de arte, tradición, cultura, y sobre todo, vinos.
Quienes apuesten por descubrir los vinos de esta zona de la provincia de Albacete no se pueden perder las sobrecogedoras vistas panorámicas de Alcalá del Júcar o Jorquera, realizar senderismo o actividades deportivas acuáticas. Igualmente, tampoco pueden dejar pasar la oportunidad de degustar la gastronomía local como unos gazpachos manchegos o descubrir la cocina que une tradición e innovación del Cañitas Maite y OBA (Casas Ibáñez), restaurante que cuenta con una Estrella Michelin.
Además de la visita a las bodegas y viñedos, podrán disfrutar de una jornada en el campo, recorrer la hoz del río Júcar en el trenecito turístico de Alcalá del Júcar o una aventura de turismo activo en las hoces de este río. El visitante también podrá alojarse y disfrutar de un relajarte baño o circuito de aguas en los hoteles o casas rurales de esta zona de la provincia de Albacete.
Ruta del Vino de Jumilla
En el sur de la provincia de Albacete y fundiéndose con la vecina Murcia, la Ruta del Vino de Jumilla está integrada por los municipios de Fuente-Álamo, Hellín, Montealegre del Castillo, Ontur, Tobarra, Albatana y Jumilla (Murcia). Un territorio con gran tradición vitivinícola constatada desde época ibérica, aunque se han hallado en excavaciones arqueológicas restos de vitis vinífera de 5.000 años de antigüedad.
Este proyecto comenzó con un solo municipio de los que componen la D.O.P. Jumilla, la ciudad de Jumilla, sin embargo, en la actualidad, ha experimentado un crecimiento exponencial con la incorporación de Fuente-Álamo (Albacete) en 2019, Montealegre del Castillo y Ontur en 2020 y, Tobarra y Hellín en 2021.
Con unos vinos distintos, la variedad de vino monastrell dota al destino de una personalidad y singularidad propia. El visitante podrá sumergirse para disfrutar del mundo del vino en profundidad, descubriendo bodegas, vinotecas, bares de vinos, museos y comercios especializados en el vino y en la rica cultura que lo rodea.
Se trata de una ruta en plena expansión, no solamente en cuanto a municipios, sino también en cuanto al desarrollo de actividades, eventos y experiencias en torno al mundo del vino. Desde el principio, se ofrece la posibilidad de sumergirse en la cultura, tradición y costumbres de un territorio vitivinícola. Pasear por un viñedo, visitar una bodega y conocer el proceso de elaboración del vino, alojarse en un entorno rural, tomar un buen vino y degustar la gastronomía de la zona en sus restaurantes, y adquirir productos típicos en sus tiendas, son algunas de las experiencias que esta ruta del vino brinda al visitante, sin olvidar la oportunidad de conocer el patrimonio histórico, cultural y natural que estas poblaciones ofrecen.
La zona de la D.O.P. Jumilla comprende unas 22.700 hectáreas de viñedos repartidos entre las provincias de Murcia y Albacete. Hablar de la D.O. Jumilla, es hablar de la variedad monastrell, siendo la variedad de uva que mejor se ha adaptado a lo largo de los tiempos a las condiciones climáticas y de suelo de esta denominación y que imprime el carácter a sus vinos. Concretamente, esta variedad representa más del 80% de los viñedos de la denominación.
La variedad monastrell, cepa de origen español, se encuentra extendida por todo el litoral mediterráneo, siendo en España la tercera variedad más plantada. Es una variedad de gran rusticidad y elevada resistencia a la sequía, necesita buena insolación. Posee una sensibilidad media-alta frente a mildiu y oídio, es muy resistente a la excoriosis, podredumbre gris y polilla, presentando alta resistencia a la filoxera.
La Ruta del Vino de Jumilla ofrece la posibilidad de realizar un paseo gastronómico por una región con gran tradición culinaria y sabores irrepetibles ya que, si algo caracteriza a estos territorios, además de sus excelentes vinos D.O.P. Jumilla, es sin duda, su riqueza gastronómica. Su cocina es producto de las continuas influencias culturales a lo largo de la historia, así como de su localización entre tierras murcianas y manchegas, que han dado lugar a sus platos más típicos: el gazpacho manchego, la gachamiga, el conejo a la patagorrilla, el queso frito, o las fritillas.
En las zonas de la provincia de Albacete por las que discurre esta ruta del vino el visitante podrá descubrir los parajes naturales de El Madroño en Ontur y las Colleras en Fuente-Álamo, así como disfrutar de un rico patrimonio histórico y arqueológico de millones de años. Son destacables las huellas íberas en el Cerro de los Santos en Montealegre del Castillo, de donde se extrajo la Gran Dama Oferente, pero además la presencia romana también se deja ver en todos los territorios de la ruta del vino, destacando las famosas muñecas romanas de marfil y ámbar halladas en Ontur.
Para los amantes de la historia, el panorama se completa todavía más con la presencia de El Tolmo de Minateda en Hellín, y el Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación y Ermita del Cristo de la Antigua en Tobarra. Además, estas localidades de la provincia de Albacete son de visita obligatoria en Semana Santa por sus famosas tamboradas, declaradas por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Ruta del Vino de Almansa
Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya-Gonzalo forman parte de la Ruta del Vino de Almansa. Esta comarca de la provincia de Albacete posee una oferta amplia y diversa en ocio, arte, cultura, deporte, comercio, gastronomía y vino.
La Ruta del Vino de Almansa constituye un planteamiento turístico en torno a la zona geográfica de producción de la D.O. Almansa y que abarca varios municipios acogidos a la misma, de forma que los turistas pueden viajar por el destino de un componente de la ruta a otro, disfrutando de la belleza del paisaje y de la diversidad cultural e histórica de los municipios integrados.
La zona de producción cuenta con unas condiciones idóneas, características similares y originadas por unas peculiaridades ambientales, pero siempre dentro de una identidad común que da lugar a vinos únicos, de alta calidad y conocidos en todo el mundo. Verdejo y garnacha tintorera son algunas de las variedades que se cultivan en esta zona que es “frontera de sabores”.
Esta variedad de uva tiene una maduración tardía, con unas necesidades climatológicas de horas de sol. Su localización en el territorio de la D.O. Almansa hace que su cosecha en los meses de verano sea potente y favorezca su desarrollo, debido a la gran cantidad de horas de sol con las que cuenta esta zona de la provincia de Albacete.
Almansa es ese cruce de caminos entre el centro peninsular y el Levante en el que el patrimonio histórico monumental cobra importante protagonismo al haber sido durante siglos tierra fronteriza con los reinos de Levante. Muestra de ello es el imponente Castillo de Almansa, fortaleza de origen almohade que se levanta imponente sobre la montaña rocosa que corona la localidad. También en Almansa, el Palacio de los Condes de Cirat y el Museo de la Batalla de Almansa, una de las más trascendentales de la historia de España, son lugares de parada obligatoria.
Para los amantes de la naturaleza, cerca de Higueruela, el complejo lagunar de Pétrola ofrece la oportunidad de disfrutar de la observación de aves, pues atrae multitud de diversas especies. En el marco del Arte Rupestre, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la localidad de Alpera ofrece la posibilidad de contemplar unas impresionantes pinturas rupestres.
Las Fiestas Mayores de Almansa (30 de abril al 6 de mayo) llenas de colorido y de historia, son uno de los motivos imprescindibles para visitar este punto de la provincia de Albacete. Además, cabe recordar que están declaradas de Interés Turístico Internacional, se celebran en honor a la Virgen de Belén y son unos festejos de marcado carácter mediterráneo y levantino ya que cuentan en las tradicionales festividades y recreaciones de Moros y Cristianos.
Otro de los momentos idóneos para visitar Almansa es el mes de abril, instante en el que se recrea y conmemora la histórica Batalla de Almansa. Esta contienda bélica librada en territorio almanseño decidió la historia de España poniendo a la dinastía de los Borbones en la Corona de España.
Alojarse y disfrutar de una estancia en alojamientos de la Ruta del Vino de Almansa y relajarse con un tratamiento de spa, que alguno de ellos ofrece, es sin duda una de las experiencias que ofrece esta especial ruta. El visitante también podrá saborear los platos más típicos de esta zona de la provincia de Albacete, y es que la gastronomía de este punto fusiona la tradición y la vanguardia, raíces castellano-manchegas y levantinas, siendo su máximo exponente el Restaurante ‘Maralba’ (Almansa), único con dos Estrellas Michelin en la provincia de Albacete.