Almansa es ese cruce de caminos entre el centro de la Península y el Levante. Un punto de la provincia de Albacete donde convergen el Mediterráneo y La Mancha, dejando influencias de ello en sus tradiciones, fiestas, e incluso hasta en su gastronomía.
Un templo de la gastronomía con dos Estrellas Michelin en Almansa
La ciudad almanseña cuenta con el que está considerado como el templo de la gastronomía de la provincia de Albacete. Hablamos del Restaurante ‘Maralba’ reconocido con dos Estrellas Michelin y que con una cocina manchega renovada y personal cautiva los paladares de quienes apuestan por disfrutar de sus elaboraciones mientras descubren los encantos de Almansa.
El matrimonio conformado por el chef, Fran Martínez, y la sumiller y jefa de sala, Cristina Díaz, hace de su restaurante familiar un templo gastronómico. La caza, el gazpacho y ajo pringue, las setas o los salmonetes y escabeches son algunos de los platos que no pueden faltar en el menú degustación. Un menú abierto al Mediterráneo pero con ADN manchego.
El Castillo de Almansa es su emblema y su seña de identidad
Pero quienes apuesten por el turismo gastronómico para visitar Almansa no se pueden perder su espectacular Castillo, uno de los mejor conservados de la provincia de Albacete y de los más bellos de España. Subir hasta el Castillo de Almansa es una parada obligada ya que ofrece al visitante unas vistas únicas al encontrarse encaramado sobre el Cerro del Águila.
Este impresionante monumento es el símbolo de la ciudad y se trata de una fortaleza fronteriza entre los antiguos reinos de Castilla y Aragón y el reino musulmán de Murcia. El Castillo de Almansa fue conquistado por Jaime I de Aragón, siendo cedido a la Orden del Temple, pasó después a Castilla y fue dotado con dos fueros, el de Requena y el de Cuenca, por el rey Alfonso X ‘El Sabio’.
Una batalla que cambió el transcurso de la historia
Su enclave estratégico hace de Almansa un punto repleto de historia. Comparable Waterloo, Normandía o Verdún, la Batalla de Almansa marcó un hito en la historia de Europa al decidir tras la contienda el heredero de la Corona de España. Enfrentados Austrias y Borbones, y con la participación activa de Francia e Inglaterra, en Almansa finalizó la Guerra de Sucesión, resultando victorioso Felipe V de Borbón.
Para conmemorar este hecho histórico, a los pies del Castillo se encuentra el Museo de la Batalla de Almansa. Cuenta con varias salas interactivas donde descubrir todos los detalles de aquel día que cambió la historia de España. Además, el Museo ha podido recuperar numerosas piezas originales de la época, como armas de fuego, uniformes y hasta un cañón, con el objetivo de que el visitante pueda vivir en primera persona el desarrollo de esta trascendental batalla.
Almansa ofrece elaboraciones con tradición y raíz
Almansa es sinónimo de historia y de innovación gastronómica, pero también de tradición y de raíz. Muestra de ello es la oferta culinaria que ofrece al visitante uno de los restaurantes embajadores del sello ‘Raíz Culinaria’ impulsado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: El ‘Mesón de Pincelín’.
‘El Pincelín’ era el apodo que Pascual Blanco Cantos se había ganado por su fama de elegante. Pascual fundó junto a su esposa Josefa en 1952 este histórico restaurante de Almansa, transformando lo que era un pequeño bar en uno de los establecimientos hosteleros más conocidos de Almansa.
Se trata de un restaurante de herencia familiar en el que degustar las tapas clásicas de nuestra gastronomía elaboradas con el toque especial de los chefs del ‘Mesón de Pincelín’ como la mojama de almadraba, hueva de Mújol o chacinas de Joselito. Pero además, cuentan con platos tradicionales elaborados con productos de primera calidad, y entre los que cabría degustar recetas de cuchara y guisos como sus emblemáticos gazpachos manchegos.
Pero además de saborear elaboraciones repletas de sabor, el visitante podrá descubrir las joyas arquitectónicas que atesora la ciudad de Almansa. Entre ellas se encuentra la Casa Grande o Palacio de los Condes Cirat, actual sede del Ayuntamiento almanseño, el convento de las Agustinas, la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, el convento de San Francisco, o el puente de Carlos IV.