La actriz, directora teatral, dramaturga y escritora de literatura infantil y juvenil, Llanos Campos, era la encargada de pregonar la Feria de Albacete 2023. La albaceteña salía al balcón del Museo Municipal para compartir con los vecinos de Albacete su pregón de Feria con los vecinos de Albacete.
A su llegada al Museo Municipal, el alcalde de Albacete, Manuel Serrano, expresaba que “Llanos Campos tiene el orgullo y honor de pregonar esta Feria 2023”. Agradecía a la albaceteña “el paso que ha dado y haber aceptado este reto porque es una responsabilidad por cuanto se dice y por lo que se de dice de la ciudad de Albacete en unos momentos en los que los albaceteños están más expectantes que nunca”, recordando que “en menos de 24 horas comienza algo que llevamos muy dentro y que es el mayor reflejo de nuestro carácter como sociedad”.

“No sé si os habéis caído en la cuenta, pero mañana empieza la Feria y algo muy pequeñito que comenzó en el big bang ha ido concatenando choques de materia, formaciones de mundos, estirando el espacio tiempo, y luego, un dinosaurio aquí y un neandertal allá, ha venido a resultar en que hoy esté yo aquí, pregonando la Feria de 2023. ¡Toma tú, Stephen Hawking!”, manifestaba Llanos Campos. Durante su pregón la albaceteña compartía datos sobre sus raíces que “soy hija de la Aurora, la ‘Chata’, y la sobrina de la Rosenda, la ‘Morena’, que vendían fruta en la Plaza Mayor cuando allí estaba el mercado de la ciudad”. Además, indicaba que su padre fue José Vicente Campos, el ‘Rasca’, artesano cuchillero que desempeñó su labro en una antigua cuchillería ubicada al inicio del Paseo de la Feria.
La peculiar historia de cómo la pregonera de la Feria de Albacete descubrió que era manchega
“Cuando pensaba en qué decir en este pregón barajé muchas cosas. Podría sin duda, hablar de que tenemos la mejor Feria de España, la más abierta y hospitalaria, la que tiene un pedazo de recinto construido solo para su celebración. Pero señalar todo eso está de más, porque aquí ya lo sabemos de sobra. A los de Albacete nadie nos tiene que vender la Feria”, trasladaba la pregonera. Por este motivo decidía “hablar de otras cosas que me parecen más oportunas, o al menos más interesantes”, procediendo a relatar la manera en la que descubrió que era manchega.

Confesaba que gracias a la apertura del Teatro Escuela Municipal de Albacete (TEMA) descubrió su verdadera vocación: el teatro. Al respecto, explicaba que “el TEMA fue un semillero maravilloso de artistas, de donde salimos muchos de los profesionales del teatro que aún hoy día trabajamos en esto, dentro y fuera de nuestra región”.

En plenos años 80 con “el pelo frito, laca, hombreas, yo estoy metida hasta las cejas en esto de la farándula, y comienzo a viajar por España”, señalaba Llanos Campos. Fue precisamente en esa época en la que se dio cuenta de que era de Albacete: “Y mira que llamándome Llanos; Llanos Campos, que casi tengo un polígono en la carretera de Madrid; con madre placera y padre cuchillero, no tenía forma de ser más mancheguica, a no ser que mi segundo apellido en vez de Martínez hubiera sido Queso”, bromeaba.
Cuando comenzó a viajar por la geografía española gracias a su amor por el teatro Llanos Campos descubrió “que la gente, por ahí fuera, habla raro”. “No decían ‘odo’ o ‘pijo’ a toda hora”, subrayaba Campos o decían “me estás hartando y vas a conseguir que te diga lo que no quiero decir”, en vez de “me tienes ya el gorro lleno de guijas y vas a gobernar que te dé un estufío” y además, pronunciaban un montón de «eses» más que yo: muslo, mosca, mosquito, casco” relataba.

Así, tirando de expresiones típicas albaceteñas explicaba que quienes conoció durante este periplo decían “un finísimo “¡vete a tomar viento!, mientras que “en mi casa te mandaban “a zurrir mierdas con un látigo”, un término que consideraba “mucho más visual”. De este modo, tenía Llanos Campos durante su pregón un especial guiño a nuestro especial vocabulario y refranero.

Las enseñanzas de la Feria de Albacete
Consideraba la albaceteña que “la Feria de Albacete es un mundo en sí misma, y, a poco que estés atenta, un pozo de enseñanzas valiosísimas que, al menos a mí, me han ayudado mucho en mi vida en general”. Así, compartía con los albaceteños congregados en la Plaza del Altozano algunas de las enseñanzas de la Feria que han dejado una profunda huella en la escritora, como “aprender a observar tu entorno, porque si porque si entrabas en el Laberinto de los Cristales a última hora de la tarde, los restregones en los cristales que dejaban los porrazos que se daban los otros niños te señalaban el camino mejor que el GPS”.

Además, señalaba que en atracciones como la barca vikinga y la cazuela loca “descubrí la fuerza de la gravedad y la fuerza centrifuga”. “En la noria descubres si el chaval que acabas de conocer te conviene o no. Si cuando estáis parados en todo lo alto se dedica a balancear la canasta y a hacer ruidos de simio, ese no es. Aprendes también sobre el volumen y la compresión de los cuerpos, porque, cuando crees que ya no cabe nadie más en la Feria, aún entran diez autobuses de Murcia y tres trenes de Valencia. Pasarte la tarde paseando un ficus o un peluche tamaño XXL te enseña que el orden de algunos factores sí altera el producto: tómbola + paseo no es igual que paseo + tómbola. Y consigues entender todo eso de los agujeros de gusano y lo de plegar el universo cuando te das cuenta de que todo el mundo queda en el pincho de la Feria y todos acaban encontrándose”, compartía Llanos Campos haciendo gala del humor manchego. De este modo, consideraba la albaceteña que los de la Feria de Albacete “son diez días de vitales que nos hacen más sabios…si es que al terminar nos acordamos de algo”.

Respaldo a los artistas albaceteños
Aprovechaba Llanos Campos este pregón de Feria para “mandar un abrazo y un empujón a todos mis compañeros artistas”, reconociendo que “el arte es una ocupación de locos, un trabajo infinito lleno de cosas intangibles e imprescindibles”. Una profesión compleja en la que estos profesionales ponen todo su ser tal y como recordaba la pregonera: “nuestro oficio nunca es fácil, porque trabajamos con materias muy frágiles que somos nosotros mismos, nuestro corazón, nuestros dolores, nuestras pequeñas y grande miserias”.

Ponía de relieve Llanos Campos que “los artistas, con nuestra pequeña alma como ofrenda, conservamos y ponemos en valor algo que nació con los primeros grupos humanos, alrededor del fuego en el interior de una cueva, mientras alguien pintaba bisontes en la roca y otros se disfrazaban de ciervos para favorecer la caza”. Por todo ello, pedía “cuidar a nuestros artistas y acudamos a ver sus trabajos porque ellos nos ayudan a entendernos y a entender el mundo”, añadiendo que “en algún lugar de nuestra región, a esta misma hora está intentando asomar la cabeza el próximo Almodóvar o Muero Vallejo, un Antonio López o un Jose Luis Cuerda”.
Sobre estos talentosos artistas que esperan a ser descubiertos, aseguraba que entre ellos puede encontrarse quien “esté escribiendo el próximo Quijote”. “No esperemos a que nos los señalen desde fuera y amparemos tanto talento como tenemos”, apostaba la albaceteña, reivindicando el trabajo de los profesionales del mundo del arte.

Con la mirada puesta en el 7 de septiembre, Llanos Campos, recordaba a los albaceteños que es tiempo de “abandonar toda mesura, posponer las dietas y abrazar la pringue patria: lomo, chorizo, morcilla; todo eso que sale de esa mágica marmita manchega llamada orza. Toca beber hasta ver guapos a todos nuestros amigos. Toca bailar reguetón, a Leticia Sabater y lo que se tercie. Toca comprar algo en los artesanos y ganarse una lata de sardinas en la tómbola de la Caridad. Toca vivir la Feria, que hemos tenido dos años de carencia y eso nos lo tenemos que cobrar”. Así, tras confesar que haber podido ser pregonera de la Feria de Albacete es algo que jamás olvidará se despedía Llanos Campos con un sonoro: “¡Viva Albacete! ¡Viva la virgen de los Llanos! ¡Viva la Feria!”.

































