Refajos artesanales ‘made in Albacete’

Un taller de refajos ubicado en la provincia de Albacete y que es conocido internacionalmente

En Casas de Lázaro, un municipio de Albacete ubicada en la Sierra de Alcaraz hay poco más de 320 habitantes. Sin embargo, este pueblo es conocido internacionalmente por un taller de artesanía donde fabrican verdaderas joyas. Confeccionan numerosos trajes regionales, aunque su producto ‘estrella’ son los refajos de serrana y de manchega. 

Eustaquio, Mari Ángeles y Sergio forman parte de la quinta generación de la familia Rosa. Los tres hermanos continúan el negocio que durante tantos años han gestionado antecesores suyos. Sergio traslada a El Digital de Albacete que ellos siempre dicen que son “la quinta generación conocida que se ha dedicado a tejer, aunque el escudo del pueblo es una lanzadera, que trata del siglo XIV”. En su municipio y en la pedanía, incluso en pueblos cercanos desde hace muchos años había mucha tradición de tejeduría. “Es algo que está instalado desde siglos atrás”, trasmitía Sergio. 

Foto: Cedida / Albacete

Varias generaciones de la familia se han dedicado a esta tradición, aunque destacaba el menor de los tres hermanos que fue su padre quien se dedicó exclusivamente a tejer y lo compaginaba con la agricultura. “Antiguamente no se comercializaba con lo que se tejía. Cada telar servía para autoabastecerse, para hacer las propias prendas de abrigo, colchas, capotes para los pastores, ajuares y mantelerías”, trasladaba Sergio. De esta forma, cada familia fabricaba sus propios enseres textiles en su casa para uso personal. 

Sin embargo, “mi bisabuela, que la llamaban la ‘moñetes o la tintorera’ sí que se dedicaba a teñir lanas, iba andando a pedanías cercanas y solía ir por las casas para teñir los colores que cada uno quería”, comentaba el artesano. Asimismo, fue su padre quien, a partir de los años 60, trabajó exclusivamente la tejeduría y se centró en el refajo como producto principal. 

El “gusanillo” de tejer desde pequeños

La infancia de Sergio transcurrió entre hilos y telares. Toda una vida para aprender un arduo y único trabajo, pero que para él es una auténtica pasión. 

Foto: Cedida / Albacete

Sus hermanos y él aprendieron a tejer desde que eran pequeños. Eustaquio (el mayor), Mari Ángeles (la mediana) y Sergio (el pequeño). Recordaba el menor de los hermanos que desde los tres años aproximadamente “estábamos en el taller, en el que mi padre ponía una silla dentro del telar para que pudiésemos estar altos y poder manejarlo, lo único que hacíamos era tirar de una cuerda, que es la que hace que pase la lanzadera de un extremo a otro”. Él estaba encantado viendo lo que hacía su padre y constataba que les metió el “gusanillo” desde que eran muy pequeños. 

Sus hermanos y él aprovechaban para entrar en el taller cuando su padre no estaba y “rompían un montón de hilos, aunque se lo pasaban muy bien”, transmitía Sergio.

Los trajes 

Conseguir fabricar piezas únicas e impresionantes de gran nivel no es una tarea fácil. En este taller elaboran trajes todos los días de diferentes medidas, así manifestaba Sergio que “las piezas que principalmente se fabrican son de serrana y manchega, tanto de adulta como de infantil y disponemos de todas las edades, tenemos refajos a partir de 40 centímetros hasta 80”. También trabajan para otras zonas, Extremadura, Castilla y León y la Comunidad Valenciana.

Los refajos, que son el producto estrella del taller, pueden adquirirse desde “200 hasta 350 euros, dependiendo del tiempo que empleemos en hacerlos”, trasmitía Sergio. Las horas empleadas pueden ser desde siete para la fabricación de un refajo ‘simple’ y para aquellos que requieren una mayor elaboración supondrían el doble de tiempo empleado. El material es el mismo para todos, pero varía en cada uno el tiempo para su fabricación. A ‘grosso modo’ Sergio manifestaba que “al día tejemos cada persona un refajo de media, que ocupa una jornada de 10 horas”. 

Foto: Cedida / Albacete

Después de que ellos los tejen, el proceso continúa en las manos de la cuñada de Sergio, que es quien los confecciona. Posteriormente, los trajes vuelven al taller para proporcionarles vapor, fijar el encañonado y dejarlos secar. Se trata de una confección que solo se utiliza en Albacete capital y en los pueblos cercanos. La carta de colores para cada refajo está entre 35 y 40 tonalidades. 

Asimismo, el taller se centra en la venta en España, “lo que más nos diferencia es que hacemos los trajes a mano, artesanalmente y es que ya no queda nadie que lo haga. Quien quiera un refajo personalizado o si quiere una reproducción lo puede encontrar en este lugar”, así trasladaba Sergio que la mayor baza con la que cuentan es la personalización y la recuperación de telas antiguas. En cuanto a los tipos de cenefas, hay tantos como cada persona desee. 

Lo fundamental para tejer: la urdimbre 

Cabe señalar que la fábrica cuenta además con piezas antiquísimas, que algunas tienen más de trescientos años, así transmitía el tejedor que “lo fundamental es saber montar el telar, están los telares montados” que son piezas de madera que “si son sencillas nosotros mismos las fabricamos y, si son más complicadas ya tendríamos que ir al carpintero para que nos creara esa pieza”, transmitía. 

Lo fundamental para tejer es tener la urdimbre, que “es la base con la cual tejemos, el algodón y los hilos van distribuidos a lo ancho del telar. Hay cerca de 2.000 entre los tres telares que tiene la familia”, trasladaba. De igual modo, este es el proceso más complejo del taller porque todos los hilos deben ir con su correspondiente peine, que son las piezas de madera que son utilizadas cuando suben y bajan unos hilos u otros, “cualquier persona en un día podría empezar a tejer, lo complejo es el montaje de la urdimbre”, comentaba Sergio. 

Foto: Cedida / Albacete

Para Sergio, lo fundamental en este taller es que «sea tradicional y que esté hecho con buenos materiales porque influyen muchísimo”, manifestaba. La lana de oveja que utilizan procede de Australia y de Nueva Zelanda. “Es de una calidad excepcional, el precio duplica a la lana que se podría comprar en el país, pero la diferencia es abismal entre una y otra”, transmitía.

Finalmente, Sergio considera que “el refajo nunca va a pasar de moda, al revés, con el paso de los años va a tener un valor añadido”. Transmite que el refajo se mantiene durante muchos años y con cuidados mínimos.  

Aparte del folklore que es el 80 % de la producción de este taller, desde hace tres años están innovando con otras actividades. De esta forma, trabajan con estudios de arquitectura e interiorismo haciendo telas cuyo objetivo es la decoración. También están innovando con el mundo de la moda, aunque esto último “de manera anecdótica”, traslada Sergio. 

Cabe resaltar que la temporada más alta de demanda de refajos es en agosto por la proximidad de la Feria de Albacete y rondan los 70 pedidos en este último mes. Destaca Sergio que “en los últimos años hay una demanda importante de pedidos de refajos. Considero que es muy importante que las nuevas generaciones se interesen por lo tradicional y que lo pongan en valor, sobre todo, ya que es parte de nuestras raíces”. 

Foto: Cedida / Albacete

Asimismo, el pequeño de los tres hermanos anima a todos los albaceteños a que pasen por el taller y lo conozcan, que puedan escuchar el ruido del telar así como indagar en el olor a madera y a lana y verlos trabajar “eso ayuda mucho a valorar la artesanía en general y la mía en particular”, trasladaba.  

De la misma manera Sergio agradece a todas las personas que han apostado por lo ‘nuestro” ya que han conseguido que la feria de Albacete sea “increíble”. Así, en la cabalgata del próximo de 7 de septiembre las albaceteñas podrán lucir sus preciosos trajes elaborados por este maravilloso taller de Casas de Lázaro.

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