En estos momentos en los que el fútbol femenino está en pleno apogeo tras el éxito de la Selección Española, es una buena oportunidad para poner en valor y destacar el increíble trabajo de Jenni Hermoso, Alba Redondo, Olga Carmona o Aitana Bonmatí, aunque también de aquellas jugadoras pioneras de Albacete que empezaron en el fútbol.
La historia de Juana María Rodríguez y de sus compañeras del Albacete Balompié en los años 70 es interesante y diferente a muchas otras. Eran un grupo de mujeres que rompieron techos de cristal y derribaron barreras en una época en la que el fútbol femenino era inimaginable que fuera profesional.
La albaceteña recuerda para El Digital de Albacete su experiencia en el equipo de fútbol de Albacete con mucho cariño. Para ella fue una etapa realmente motivadora en su vida. En su memoria guarda los entrenamientos y los partidos junto a sus compañeras de equipo.“Fue una experiencia extraordinaria, lo pasamos genial y estaba muy motivada. Había buena gente así como un ambiente estupendo y lo pasé fenomenal. Disfruté muchísimo y me encantaba cuando viajábamos. Aquella época fue maravillosa”, trasladaba a nuestro micrófono. Juana recordaba también que con dos de las chicas había una química especial y se convirtieron en un equipo inseparable.
Asimismo, ella tuvo el apoyo de su familia en la decisión de jugar al fútbol y de esta forma transmitía que “en casa nadie se opuso, yo quería jugar al fútbol y así fue”. Otras chicas no corrían la misma suerte, ya que este deporte parecía destinado única y exclusivamente a los hombres.

/Fotos cedidas por el Albacete Balompié y Juana Rodríguez/
A día de hoy Juana observa una fotografía en blanco y negro que se hizo con sus antiguas amigas y que atesora con especial afecto. En ella, aparece el equipo de 15 jugadoras, entre las que recuerda los nombres de algunas de sus compañeras, que tenían una edad comprendida entre los 18 a los 21 años: Ana María, Victoria, Inmaculada y Carmen. Del mismo modo, trasladaba que “no he vuelto a mantener relación con ellas, algunas se marcharon fuera de Albacete y se casaron. Perdimos el contacto y no las he vuelto a ver. Ojalá que sigan bien”.
Afortunadamente ella no tuvo una mala experiencia en el equipo de fútbol, aunque destacaba que había algunos comentarios machistas. Sin embargo, en líneas generales, las vivencias de Juana fueron magníficas.
Romper barreras
Es preciso señalar que el fútbol femenino pionero en Albacete era un deporte que en los años 70 supuso romper algunas de las barreras que se habían construido alrededor de las mujeres. Obstáculos que ellas destruían a base de esfuerzo, compañerismo e ilusión. “El machismo estaba a la orden del día”, trasladaba Juana. “Este juego es para hombres”, les decían algunos. Sin embargo, ellas continuaban jugando y disfrutando de lo que les gustaba.
Fueron años de represión, sometimiento y dominación de los hombres. Una España difícil en la que estas jugadoras tuvieron la valentía de apostar y defender una de sus mayores pasiones: el fútbol.

Desgraciadamente Juana tuvo que renunciar a una de sus actividades preferidas, porque se lesionó en uno de los partidos debido a un golpe que le propinó una de sus contrincantes. Así comentaba a El Digital de Albacete que “tuve la pierna fastidiada durante mucho tiempo y me dolía muchísimo. No podía entrenar y al final lo tuve que dejar”. Aún lamenta aquella patada que le impidió seguir jugando. A pesar de este accidente, su deporte favorito sigue siendo el mismo y se alegra enormemente por las mujeres que a día de hoy tienen el reconocimiento que ellas no tuvieron.
Sus compañeras y ella fueron pioneras del fútbol femenino en Albacete, y quien les iba a decir que a día de hoy una albaceteña como es Alba Redondo y otras luchadoras se alzarían como las campeonas del mundo. Con la fotografía de su equipo entre las manos, Juana se aferra a sus recuerdos y trasladaba que “aún me acuerdo de ellas, del ambiente y de lo bien que lo pasábamos”.
Así pues, el trabajo de cada una de estas mujeres, aunque fuera en un club amateur, sirvió para plantar una semilla en años complicados y ahora ha dado sus frutos en el éxito de la Selección Nacional de fútbol.