«Hay que seguir viviendo, hay que seguir luchando, pase lo que pase»

Fueron atropelladas 2 mujeres, una niña y un niño

Hace justo un año, el 23 de agosto de 2022, nada hacía presagiar cuando caía la tarde en Cenizate (Albacete) que la tragedia sobrevolaría este pueblo de poco más de 1.000 habitantes. Todo estaba presto y dispuesto para que una cabalgata con varias carrozas fuera el mejor de los preámbulos a sus fiestas en honor a la Abuela Santa Ana, sin embargo, un accidental atropello tiñó de sangre el desfile y a punto estuvo de costarle la vida a algunas de las personas que fueron atropelladas por el coche que tiraba de la carroza que iba detrás de ellas.

Cenizate (Albacete)
Cenizate (Albacete)

Una niña de 3 años y un niño de 2, respectivamente, y dos mujeres de 37, fueron arrolladas por el turismo, siendo las adultas las más afectadas y teniendo que ser evacuadas de urgencia en helicóptero a los hospitales de Albacete y Ciudad Real. De no haber sido porque la fortuna quiso que en el desfile, disfrazados y disfrutando de una jornada festiva, hubiera médicos, enfermeras, policías, guardias civiles y bomberos, hoy estaríamos hablando de una desgracia todavía mayor. Por fortuna nadie perdió la vida aunque hubo momentos en los que se rozó la tragedia, siendo todavía a día de hoy muy duras las consecuencias que algunas de las afectadas viven en su día a día.

Desde El Digital de Albacete hemos hablado largo y tendido con Sandra Borrás, la persona que aquel día sufrió las heridas de mayor gravedad para saber de primera mano como se encuentra cuando se cumple justo un año del accidente, y a pesar de la dureza de todo lo negativo que le está tocando vivir a consecuencia del dramático percance, Sandra desborda optimismo, vitalidad y ganas de disfrutar la vida, convirtiéndose desde estas líneas en el mejor ejemplo para aquellas personas que, por unos motivos u otros, estén viviendo situaciones muy difíciles en la vida. “Hay que seguir viviendo, hay que seguir luchando, pase lo que pase… la actitud es lo más importante y hay que afrontar los reveses de la vida con optimismo”, argumenta la protagonista de esta historia al otro lado del teléfono.

Sandra con su hermano cuando estaba ingresada en el hospital – Foto cedida

Volviendo a aquel 23 de agosto del año pasado, los hechos ocurrieron en torno a las 19:40 horas y el comienzo oficioso de las fiestas de Cenizate quedaba empañado por un atropello múltiple, que, como decimos, dejó 4 heridos y que fue protagonizado por un coche de marchas automático que tiraba de la carroza que sucedía a la que había confeccionado el grupo de amigos en el que desfilaban las personas atropelladas. Para tratar de esclarecer los hechos, el equipo de Atestados de la Guardia civil de Tráfico fue el que se hizo cargo de las investigaciones desde el primer momento, calificando lo sucedido de accidente. El conductor del vehículo en cuestión, arrojó sendos resultados negativos en los pruebas de alcohol y drogas a las que fue sometido por la Benemérita.

Cuestionada Sandra por cómo recuerda aquel día, la valenciana de raíces cenizateñas manifiesta a El Digital de Albacete que “acabábamos de llegar prácticamente a Cenizate, aunque queríamos haber llegado algún día antes. Estaba muy cansada y la verdad es que no tenía muchas ganas de salir, incluso le dije a mi madre horas antes de que pasara el accidente que si no fuera porque llevaba casi dos años sin ver a mis amigas por el tema de la pandemia, no iría al desfile. Sin embargo, terminé de confeccionar el disfraz, que me faltaban unos detalles, y fui para allá para pasar un rato de diversión con mis amigas. Me eché una pequeña siesta y me fui con mis dos hijos, aunque luego le dejé a la nena a mi madre ya que es más pequeña y se iba a cansar. Una vez en el lugar donde comenzaba el recorrido, nos ubicamos donde nos tocaba y comenzamos a desfilar”.

Sandra junto a su marido y sus hijos en las pasadas Fallas – Foto: Cedida

Añade Sandra a su relato que instantes antes de ser atropellada, “yo iba detrás de nuestra carroza y mi hijo iba montado en ella, le di de beber un poco de agua y fui a hablar con una amiga, y en ese instante, noté un fuerte golpe por detrás y lo primero que vi fue a un niño pequeño entre mis piernas. Ese golpe fue la embestida del coche que iba detrás de nosotros, pero yo no era consciente de qué estaba pasando y sólo veía al niño en el suelo entre mis piernas. La gente comenzó entonces a gritar y un amigo me cogió en brazos y me apartó rápidamente a la acera, siendo en ese momento cuando me vi todas las heridas en las piernas. La gente estaba muy asustada y no recuerdo ni caras ni nada, pero lo que sí que recuerdo es que recibí muchísima ayuda de mis amigas y de toda la gente que estaba allí en esos momentos”.

Visiblemente emocionada y con la voz entrecortada debido al lloro, Sandra explica que a consecuencia del atropello “sufrí heridas muy importantes, ya que en la pierna derecha tuve rotura de peroné y una herida muy profunda en la cara interna del muslo. En la pierna izquierda, que es la más afectada, veía una raja muy grande y no quise ni saber si el pie se movía. Lo veía que estaba de lado, pero no quise saber si se movía. Tuve claro que la pierna estaba rota, pero pensé que me escayolarían el pie y a los dos días me podría ir a los toros con mis amigas. Pero no fue así. Las heridas eran muy graves”, lamenta.

Sandra junto a su marido y sus hijos – Foto: Cedida

No esconde Sandra que su vida “corrió serio peligro en esos instantes y la pierna también los ha corrido en alguna que otra ocasión durante todo este tiempo, ya que hubo serios riesgos al haber tocado las heridas nervios y producirse después necrosis, lo que hizo que los médicos no pudieran intervenir hasta que la necrosis hubiera parado. Primero se necrosó la piel y luego el músculo, y hasta que la necrosis no paró los médicos no podían hacer nada. Esa fue una fase dura y crítica, aunque por suerte yo de eso no me enteré. Tras ello llegó el injerto de músculo, una operación que fue clave para poder conservar y mantener la pierna”.

A sus 38 años, Sandra tiene toda la vida por delante y afronta lo que está por venir llena de vitalidad y con todo el optimismo del mundo, pero no olvida los duros momentos vividos y que “la ayuda que recibimos nada más ocurrir el accidente fue clave. Las personas que nos atendieron nos salvaron la vida. Suena duro, pero es así. Entre la gente que iba desfilando había médicos, enfermeras, policías, bomberos, guardias civiles, y en un segundo todos cambiaron el chip y pasaron de ir de fiesta a ser profesionales, derrochar humanidad y demostrar una vocación enorme por su trabajo en un abrir y cerrar de ojos. Recuerdo que lo primero que me hicieron fue un torniquete porque estaba sangrando mucho, no recuerdo las caras de la gente, pero recuerdo sus palabras llenas de amor y que no me dejaron sola ni un segundo. Estuvieron acompañándome todo el tiempo, me daban muchos ánimos, me gritaban que no me fuera, que me quedara con ellos, que no cerrara los ojos. Su intervención fue clave para salvarme la vida”.

Sandra con sus hijos en su 38 cumpleaños – Foto: Cedida

Manifiesta Sandra que “yo solo gritaba que me sacaran de ahí y que me socorrieran, cerrando los ojos al montarme en la ambulancia y no abriéndolos hasta que ya íbamos en el helicóptero de camino a Albacete. Ahí los abrí y recuerdo que los médicos me indicaron con los dedos que estaba bien”.

Con Sandra y el resto de los heridos evacuados a los hospitales de Albacete y Ciudad Real, el Ayuntamiento de Cenizate remitió el siguiente bando a la población: “Debido a un grave accidente se suspende la cabalgata. Pedimos por favor una vez pasen las ambulancias y hayan evacuado a los heridos, cada uno se vayan a sus casas”, suspendiendo además de inmediato la cabalgata y la verbena que había preparada para esa noche, sin embargo, las fiestas no fueron suspendidas y siguieron su cauce normal. Al respecto, Sandra manifiesta que “fueron unas fiestas diferentes aunque no se suspendieran. Todo el mundo nos llevaba en su pensamiento y a mí eso ya me sirve. Que hubiera o no fiestas me da igual. Yo me quedo con todo el cariño que hemos recibido mis padres, mi familia y yo desde que pasó lo que pasó”.

Sobre todo lo que ocurrió después de llegar a Albacete en helicóptero, Sandra comienza diciendo que “en Albacete, nada más llegar, me arreglaron la tibia, pero luego, en Valencia, me la tuvieron que reforzar, hacerme injertos de piel, de músculo y de hueso. La fractura de la tibia no era para nada limpia y hubo que implantar hueso. Ahora llevo 4 operaciones, pero en principio me quedan un par de operaciones más, dependiendo también de como evolucionen las heridas y de como lo vean los médicos”.

Sandra junto a su familia las pasadas navidades – Foto: Cedida

Tras esa primera operación de tibia realizada en Albacete prácticamente nada más aterrizar el helicóptero, los esfuerzos de Sandra y su familia se centraron además de en su estado de salud en tratar de que fuera derivada a un hospital de Valencia, ya que es en la ciudad del Turia donde residen tanto ella como su familia más directa y es donde querían estar, ya que sería mucho más cómodo para todos. Hija de una cenizateña que tuvo que emigrar a Valencia años atrás, Sandra manifiesta al respecto que “una vez que ya estábamos en el Hospital de Albacete lo que queríamos era irnos a Valencia porque toda mi familia es de allí y era mucho más cómodo para todos. Además, tenían que hacerme más operaciones y los médicos no querían empezar a operarme hasta saber si habría traslado o no, porque eran operaciones complejas y los cirujanos querían, como es normal, hacer ellos la supervisión de la evolución y de como iba yendo todo tras las intervenciones quirúrgicas. Por eso, queríamos que nos trasladaran a Valencia porque allí está nuestra casa y porque todo iba a ser más cómodo para todo el mundo”.

Hasta que hubo esa confirmación de que se podrían marchar a Valencia hubo momentos de incertidumbre y de cierto agobio, ya que según manifiesta Sandra “fue un golpe pensar que no nos pudieran trasladar a Valencia, porque para mí era también muy importante que mis hijos pudieran seguir su rutina del día a día. Estamos tremendamente agradecidos tanto yo como mi familia al trato que nos dieron en el Hospital de Albacete, pero irnos a Valencia era más cómodo para todo el mundo por la dinámica familiar”.

Hospital de Albacete
Hospital de Albacete / Foto de archivo

A pesar de todas las operaciones que ya lleva tras el suceso, las que le quedan todavía por delante y los durísimos momentos que le ha tocado atravesar, Sandra no pierde ni la sonrisa ni el optimismo y afirma que “soy muy positiva en todos los ámbitos de la vida y en este no iba a ser menos. La vida me ha dado una segunda oportunidad y hay que agarrarse a ella. Soy una persona muy viva, y me gusta aprovechar cada momento. Me gusta vivir, soy una persona disfrutona y siempre busco el lado bueno de las cosas. El proceso de recuperación está siendo muy largo y está lleno de dolor, mucho dolor, e impotencia. He necesitado mucha ayuda y depender de la gente, aunque desborden amor hacia ti, se hace duro. Pero trato de encontrar la parte positiva de las cosas y sé que de esta experiencia que me ha tocado vivir también sacaré cosas buenas. Trato de ser siempre optimista y sé que volveré a ponerme falda, vestidos o pantalones cortos. Hay que seguir viviendo, hay que seguir luchando, la actitud es lo más importante y hay que afrontar los reveses de la vida con optimismo. De hecho, querer lanzar ese mensaje a personas que lo puedan estar pasando mal es lo que más me ha empujado a hacer esta entrevista. Nunca hay que dejar de ser positivo porque la vida está para vivirla, venga como venga”.

Acostumbrados a no valorar muchas veces las pequeñas cosas del día a día debido a la vorágine de vida en la que todos estamos sumidos, Sandra afirma que “situaciones como esta que me ha tocado vivir hacen también que te des cuenta que tu familia siempre tiene un amor infinito hacia ti, y conmigo han demostrado una capacidad de sacrificio enorme. Dentro de lo malo siempre hay algo bueno y tenemos que ser conscientes de eso y de lo importante que es la familia”.

Sandra y su familia – Foto: Cedida

Con una niña de un año y todavía lactante cuando ocurrió el suceso, las dudas se cernieron sobre Sandra y los facultativos acerca de si la medicación podría afectar a la leche materna y por tanto a su bebé, llegando entonces otro éxito de la medicina gracias a su matrona y al cirujano que le estaba realizando todas las operaciones en Valencia. Explica Sandra al respecto que “como me dieron tantos calmantes teníamos dudas de si podría seguir dando el pecho a mi hija, que en esos momentos tenía un año, ya que para poder seguir amamantándola era fundamental que ella succionara y que los medicamentos no afectaran a la calidad de la leche. Hablé con mi matrona, Cintia Borja, y ella me dijo que adelante, que los medicamentos no tenían por qué impedirlo. Y así lo hicimos, probamos y aunque había pasado un tiempo desde la última vez que le había dado de mamar, mi pequeña se acordaba y se volvió a enganchar al pecho. Fue un momento muy bonito, en el que también me ayudó mucho el cirujano, Alberto Pérez García, ya que confió plenamente en la lactancia y aunque yo estaba en el hospital ingresada pude amamantar a mi hija, ya que nos hicieron un pase especial para que ella pudiera acceder al hospital cada día. Aunque le costó un poquito, porque había pasado mucho tiempo sin verme, ella volvió a tomar el pecho y fue otro éxito dentro de la parte sanitaria de todo este proceso”.

Sandra con su hija en el hospital – Foto: Cedida

Sin movilidad todavía en el tobillo y sin fuerza ni equilibrio en la pierna izquierda después de más de 7 meses postrada en una cama, Sandra recuerda emocionada que “he tenido que estar en reposo desde que pasó el accidente y hasta el mes de abril, porque tenía que soldar bien el injerto de hueso, ya que era lo más complicado. Tras poder levantarme de la cama, empecé a usar las muletas y sigo con ellas todavía ya que no tengo total movilidad en el tobillo y estoy todavía en tratamiento para conseguir masa ósea y muscular. Tampoco tengo ni fuerza ni equilibrio en esa pierna. Estoy muy limitada todavía y, por ejemplo, ducharme lo tengo que hacer sentada en una silla y por la calle no puedo ir sola con mis hijos porque no puedo hacerme cargo de ellos. Tengo también osteoporosis a consecuencia de haber estado tanto tiempo en reposo. Aún queda un proceso largo por delante”. Pero aún así, ella no pierde la sonrisa ni las ganas de vivir que desborda su alma.

Aparejado al proceso sanitario discurre también el judicial tras el accidente, argumentando al respecto Sandra que “es una parte tediosa y, obviamente, no te apetece ver a peritos, jueces ni nada de eso”, añadiendo que “como yo ya declaré toda mi vivencia y todo lo que me pasó, mi abogado intentará que yo no tenga ya que ir a cualquier proceso que me implique, para no revivir en primera persona de nuevo todos aquellos momentos. Es la parte que menos me apetece de todo esto”.

Sobre el conductor que causó el atropello cabe destacar que no conducía su vehículo habitual en el momento del suceso y que dio negativo en alcohol y drogas en las pruebas a las que lo sometió la Guardia Civil, manifestando en su momento el Alcalde de Cenizate, Enrique Navarro, que “el vehículo tenía toda su documentación en vigor, así como también lo estaba el carné de conducir de la persona que iba a los mandos del mismo. Fue una desgracia, un acto desgraciado”.

Enrique Navarro, alcalde de Cenizate (Albacete)
Enrique Navarro, alcalde de Cenizate (Albacete)

Sobre el conductor, Sandra manifiesta que “la persona que nos atropelló no sé ni quien es. No me apetece ponerle cara, pero sí que puedo decir que él y su familia se pusieron en contacto con nosotros unas semanas después del atropello para interesarse por mí. No lo han vuelto a hacer, pero hay que ser justos y reconocer que sí se han puesto en contacto con nosotros”.

El lugar del suceso, Cenizate, es un pequeño y tranquilo pueblo de la provincia de Albacete con alma vitivinícola en el que por fortuna estos sucesos no es algo que esté a la orden del día, causando gran consternación en su momento entre todos sus vecinos y en el propio alcalde, que como Sandra reconoce es “de mi edad y hemos vivido muchos momentos juntos durante nuestra infancia y juventud”, añadiendo al respecto que “desde el Ayuntamiento de Cenizate han mostrado siempre cercanía conmigo. Una vez terminaron las Fiestas, llamaron a mis padres y a lo largo de todo este tiempo, el alcalde ha contactado conmigo de manera periódica para interesarse en primera persona por la evolución mía y de mis heridas”.

Cenizate – Foto de archivo

Haber vuelto a nacer, haber estado a punto de perder una pierna, estar más de siete meses tumbada en una cama y seguir a día de hoy sin poder tener una vida normal, ha hecho que Sandra valore muchas de las cosas que cantidad de veces ni nos damos cuenta de que están ahí, y cargada de optimismo reconoce que “siempre hay algo bueno a lo que agarrarse aunque te esté tocando vivir una situación muy dura. Cuando estaba en el hospital postrada en una cama me daba envidia sana la libertad de las personas que venían a visitarme, ya que podían moverse, entrar al hospital, salir, tener una vida normal… Muchas veces no valoramos todas esas cosas porque es como que no les damos importancia, pero sí que la tienen. Y muchísima. Yo estaba en el hospital y no podía acercarme ni a la ventana, no sabía qué tiempo hacía, si hacía frío, calor, si llovía…. Hay que disfrutar de todo, de un paseo, del sol, de los pequeños detalles. Muchas veces nos centramos en el dinero, en un viaje, en lujos, pero los verdaderos lujos son aquellas cosas que a ti te hacen feliz. Estar con tu familia, con tus hijos, seguir disfrutando de ellos para mí es un lujo porque pude haber dejado de hacerlo. Por eso, aunque me haya pasado esto, doy gracias de poder estar disfrutando a día de hoy de los míos. Hay que ver lo bien que se está cuando se está bien, y muchas veces no nos damos cuenta y no lo valoramos”.

Sandra con su hija en el hospital – Foto: Cedida

Con la positividad por bandera, Sandra reconoce que “no quiero que mis hijos vivan esto como una época mala y por eso yo soy positiva a más no poder. Si exteriorizas o verbalizas positividad, también se interioriza. Si lo ves todo negativo, al final todo va mal, pero si eres positiva, todo se lleva mejor. He pasado días muy duros y muy malos, pero siempre he tratado de sacar la parte positiva. No sé enfocar la vida de otra manera”.

Recién cumplido el año del suceso, Sandra no ha dejado de hacer lo que ha hecho todos los veranos de su vida y ha viajado de nuevo desde Valencia a Cenizate.“He vuelto a Cenizate y disfrutaré a más no poder las fiestas de este 2023. Hay que seguir viviendo y estaba deseando ver a mi familia de aquí y a mis amigos. El pueblo de Cenizate se ha volcado conmigo en forma de cercanía y amor. Ojalá y no hubiera pasado este accidente, pero la gente de Cenizate nos ha demostrado muchísimo amor y cariño durante todo el año a mí y a mi familia y nosotros, no vamos a tener años de vida suficientes para poder devolver tanto cariño”.

Aunque se autodefine como disfrutona y está llena de vida y optimismo, las lágrimas siguen entumeciendo de vez en cuando el rostro de Sandra cuando recuerda lo ocurrido ya que como ella misma reconoce, “estas cosas nunca se superan y este año hablo de ello y aún lloro, pero lo puedo seguir contando y eso es lo principal. Sé que el año que viene todo irá a mejor y me recuperaré. Volveré a bailar, lo sé. Doy gracias cada día por estar viva, por no haber perdido la pierna y porque me pasó a mí en vez de a mis hijos. Hay que poner actitud y optimismo, yo no me puedo operar a mí misma, pero a lo que dependa de mí no le va a faltar positividad y optimismo. Eso sí, sin el apoyo de mis padres, mi marido y mi hermano, mi día a día y mi recuperación no habría sido la misma. Siempre han estado a mi lado y me han ayudado lo que no está en los escritos”.

Sandra, sus padres y sus hijos – Foto: Cedida

Como ejemplo para todas aquellas personas que puedan estar pasando por situaciones complicadas, Sandra intenta aportar sus consejos y explica qué es a lo que ella se ha agarrado como un clavo ardiendo cuando llegaban fechas señaladas en el calendario o fiestas como la Navidad, la Semana Santa o las Fallas, indicando que “me ha ayudado mucho en fechas señaladas como Navidades, Fallas o Semana Santa, sentir que el año que viene estaré mejor y que haré que mis hijos no se pierdan ninguna de esas vivencias, ya que en el último año, tras el accidente, no han podido disfrutar esas fechas especiales como toca y me daba mucha pena cuando estábamos en esos días tan señalados. Sin embargo, pensar que el año que viene estaré mejor y que no nos vamos a perder nada me ha ayudado mucho a seguir hacia delante, pues con ese objetivo a un año vista, se me hacía más llevadero en esos momentos ser consciente de que mis hijos, mi marido y yo nos estábamos perdiendo fechas y cosas muy señaladas y especiales para nosotros”.

Cenizate comenzará sus fiestas este 24 de agosto con la bajada a la iglesia desde su ermita de la Abuela Santa Ana, a quien Sandra y todo el pueblo guardan gran devoción, estando todos convencidos de que la Santa, con su manto, evitó una tragedia mucho mayor y ha dado fuerza a Sandra y toda su familia para que hoy, 365 durísimos días después, esta joven valenciana con raíces cenizateñas vea cada vez más cerca la luz al final del túnel y roce con la yema de los dedos no volver a perderse ninguna de las fechas señaladas del calendario. Y volverá a bailar. “Ya muevo el culete”, afirma esbozando una sonrisa de oreja a oreja mientras finaliza esta entrevista riendo y derrochando vida, positividad y optimismo por los cuatro costados de su todavía magullado y dolorido cuerpo. Pero eso a ella le da igual, ya que su mejor regalo es seguir rodeada de sus hijos y de aquellos a quien más quiere y más le quieren. Sandra Borrás, un ejemplo de vida, un ejemplo a seguir.

/Fotos: Cedidas por Sandra Borrás a El Digital de Albacete/

Nacho Lopez

Nacido en Albacete. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
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