Hace tres años nació en Albacete el ‘Observatorio de intangibles y Calidad de Vida’, a través del ‘Grupo de Investigación en Capital Intelectual de la Universidad de Castilla-La Mancha’ (ICRG), con el fin de medir la felicidad y la calidad de vida de los ciudadanos. Este grupo de investigación está compuesto por Víctor Raúl López, Domingo Nevado, José Luis Alfaro, Nuria Huete, y Sonia García.
El ‘ICRG’ lleva 14 años trabajando en diversos campos de investigación, hasta que en 2020 decidieron crear el ‘Observatorio de Intangibles y Calidad de Vida’. Víctor Raúl López, divulgador científico y miembro del Grupo, nos cuenta que “viendo que había poca información en cuanto a indicadores sociales en Europa, decidimos aventurarnos a trabajar desde España, en concreto desde Albacete, para realizar nuestra propia investigación desde el punto de vista nacional, a través de encuestas sobre la calidad de vida ciudadana”.
Creación del ‘Observatorio de Intangibles y Calidad de Vida’
La idea de crear el ‘Observatorio de Intangibles y Calidad de Vida’ llevaba dando vueltas en el grupo de investigación desde hace tiempo, pero se hizo realidad en plena pandemia. “Creíamos que íbamos a arrancar de otra manera, pero acabamos haciendo encuestas en la primavera de 2020. Unas encuestas en las que tuvimos que incluir preguntas referentes a la Covid-19, ya que era lo que más preocupaba a los ciudadanos en ese momento. Afortunadamente, esas preguntas ya han quedado en un segundo o tercer plano, y poco a poco irán desapareciendo”, celebra.
Este observatorio ha continuado estos tres años recopilando información y muestra de los españoles, con el fin de medir su calidad de vida, y por consiguiente su felicidad. Gracias a ello, podemos conocer el grado de satisfacción de los ciudadanos con respecto a algunos factores de su entorno. El investigador señala que “a través de los resultados de más de 2.270 personas encuestadas, hemos podido comprobar que las condiciones de vida, el lugar de residencia, el ámbito familiar, y la situación y aspectos laborales son algunos de los factores fundamentales que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos, y, por lo tanto, a su felicidad”.
Género: Igualdad en felicidad, pero diferencias en los factores que las determinan
A la hora de determinar quién es más feliz, si son los hombres o las mujeres, los resultados de la encuesta no advierten diferencias significativas en el pasado año. López apunta que “aunque es prácticamente igual, las razones son diferentes. A los hombres les preocupa más las condiciones laborales y de renta, mientras las mujeres dan más importancia a la situación familiar”.
Por otro lado, el estado civil también es importante. El catedrático indica que “los solteros, y solteras, en general, son menos felices. La soltería es un factor negativo en relación con la calidad de vida. Los resultados que hemos obtenido han puesto de manifiesto que, en gran medida, las personas solteras tienen peor valoración en los que respecta a su felicidad. Todo lo contrario ocurre con las personas casadas o que viven en pareja, que cuentan con mejores indicadores a lo que a satisfacción de vida se refiere”.
En las zonas rurales, sin acusado despoblamiento, la felicidad es mayor que en las urbanas.
El lugar de residencia se ha convertido en unos de los factores más relevantes para obtener una mejor calidad de vida. “Con la situación vivida frente a la pandemia, los ciudadanos optaron por vivir en casas mucho más amplias y sitios cercanos a la naturaleza. Esto, sumado al método de trabajo que se ha ido incorporando, el teletrabajo, se convirtió en una oportunidad para que las provincias españolas más despobladas, conocidas como ‘la España vaciada’ pudieran atraer población. En síntesis, observamos una relación con las zonas rurales de mayor seguridad y menor efecto de la pandemia. Solo la cuestión laboral, asociada a los factores económicos y financieros, estaban del lado de las grandes ciudades. Tomando en cuenta el promedio, el sitio idóneo para residir eran municipios de 1.000 a 5.000 habitantes”, puntualiza.
En la pandemia parecía que habían llegado cosas para quedarse en nuestra sociedad actual, pero con el tiempo las tendencias han ido cambiando. “Se decía que íbamos a vivir todos en los pueblos, pero al final no ha sido así. Con el teletrabajo ha pasado lo mismo. Se convirtió en la mejor opción para desarrollar muchos trabajos, pero era una situación puntual. En realidad, la gente no quiere trabajar de esa forma, porque les gusta relacionarse con otras personas. Esto varía por sectores laborales, ya que el teletrabajo se ha implantado en determinados sectores, pero en general, los españoles prefieren relacionarse con sus iguales, en vez de trabajar en casa con el ordenador”, destaca.
Los mayores son más felices
Con respecto a la edad, en encuestas anteriores se había podido observar que normalmente los jóvenes siempre eran muy felices, la edad madura era la peor zona de felicidad y satisfacción con el entorno, y luego se volvía a repuntar a partir de los 50 años en adelante. En definitiva, cuanto mayor era la gente, era más feliz. “Ahora ha cambiado, y el año pasado observamos una variante que ya venía del 2021. Se trata de que los jóvenes tienen peor calidad de vida. En general, los menores de 30 años sufren unos factores psicológicos que les hacen ser bastante infelices. Esto creemos que es a consecuencia de la pandemia y de todo lo que trajo el confinamiento. Fundamentalmente, son infelices por el tema laboral, el entorno familiar, el formativo, y además son mucho más sensibles al tema de la sostenibilidad. En definitiva, tras la pandemia, se ven muchos más vulnerables ante la sociedad actual, por la situación laboral y la situación de encaje que tienen en su familia. El hecho de que nuestros jóvenes sean más infelices que cualquier otra generación anterior, es algo que personalmente me preocupa. Hay que tener en cuenta que son ellos los que van a mover el futuro de la sociedad, así que espero que poco a poco se recupere”, refleja.
El dinero no da la felicidad, pero ayuda
En el caso de determinar la satisfacción con la situación económica, se ha establecido un reparto en 4 grupos según la renta. Los que cuentan con rentas anuales inferiores a 12.000 euros, los que perciben hasta 24.000 euros, también hasta 42.000 euros, y por último los que cuentan con ingresos anuales superiores a esta última cantidad. “Los resultados no dejan dudas, una buena situación económica afecta a todos los factores condicionantes de la felicidad de forma positiva. En cuanto a la distribución de la muestra, se trata de un reparto bastante homogéneo y realista con la sociedad española de ingresos medios”, describe.
Desde el año pasado existe una peor situación en cuanto al dinero y la riqueza. Hasta la fecha no era un indicador muy importante, pero ahora ha cogido un cáliz mucho más relevante a raíz de la crisis económica derivada de la guerra entre Ucrania y Rusia. “La encuesta se hizo en plena crisis inicial de precios, y esto derivó a que los españoles estuviéramos mucho más sensibles al tema económico. Está claro que en las encuestas, son siempre más felices los que más dinero tienen, pero en esta ocasión había una preocupación generalizada por la situación económica”, explica.
El entorno familiar es muy relevante para ser feliz
Siempre hay una variable fundamental y referente en España, y es el de la situación familiar. Y es que, es una de las razones clave de felicidad para los ciudadanos españoles.“En los tres años que llevamos de investigación, siempre ha estado rondando un 40% de la calidad de vida de los ciudadanos. En definitiva, si los tuyos están bien, y pasan por una buena situación, ya tienes asegurado casi la mitad de tu calidad de vida”, revela.
Castilla-La Mancha: La segunda región más feliz de España
Normalmente, uno elige vivir donde se pueda sentir más feliz con lo que hace en su vida cotidiana. Aspectos como el tipo de trabajo, la seguridad, la sanidad, la educación, o simplemente el hecho de poder disfrutar de los servicios que se le ofrecen en el lugar próximo o accesible a su casa. En este sentido, según los resultados obtenidos en la encuesta, los ciudadanos están muy satisfechos. El indicador de felicidad por comunidades autónomas, refleja que “la región de España donde la gente es más feliz es Asturias, siendo Castilla-La Mancha la que ocupa el segundo lugar. Por otro lado, con respecto a otras provincias, los albaceteños somos más felices en lo que se refiere al entorno familiar, y por supuesto, nuestro sitio de residencia”, resalta.
Objetivo cumplido
El objetivo principal del observatorio es el de “hacer una radiografía social sobre los factores fundamentales por los que un ciudadano es feliz, y creo que, con esfuerzo, lo estamos consiguiendo. Es importante que las personas encargadas de gobernar puedan conocer la calidad de vida de los ciudadanos, ya que a partir de ahí, pueden tomar las decisiones y medidas adecuadas. En ese sentido, estamos contribuyendo a ello a través de las investigaciones que estamos llevando a cabo”, concluye.
La encuesta es muy sencilla y se realiza en apenas 5 minutos. Se desarrolla a través de la propia página web del ‘ICRG’. Se accede a través de un código QR, donde aparece un cuestionario que consta de 30 preguntas que se contestan de forma anónima, puntuando en una escala del 1 al 10 cada respuesta. Si quieres contribuir a la medición de la felicidad y la calidad de vida de los españoles, lo puedes hacer a través de este enlace.