Santiago Pastor y su familia son de Caudete (Albacete) y este verano decidieron apostar por el municipio de Corralejo, en Fuertenventura, para disfrutar sus vacaciones bajo el sol de Canarias. Sin embargo, tras lo ocurrido, estas nunca serán recordadas como las mejores vacaciones de sus vida sino todo lo contrario.
Como les contábamos el pasado fin de semana desde El Digital de Albacete, la mujer de Santiago, Gracia, fue agredida por un turista inglés que también se alojaba en el mismo hotel, y todo vino derivado por una hamaca en la piscina.

De Caudete (Albacete) a Fuerteventura
Cuenta Santiago Pastor a El Digital de Albacete que “Fuerteventura es una isla muy bonita y con mucho viento, algo esperable, pero lo que no esperábamos para nada era que tras haber contratado nuestro hotel, con régimen de todo incluido, no pudiéramos disfrutarlo en absoluto. Sólo me bañé en la piscina del hotel un día de ocho, y fue meterme, salirme, secarme y subirme con la toalla a la habitación ya que era imposible poder dejarla en una hamaca, ya que éstas, desde las 7 de la mañana, ya estaban todas ocupadas”.
El motivo de este no disfrute, añade Santiago a El Digital de Albacete, fue que “a ninguna hora del día era posible coger una hamaca en la piscina del hotel y aunque yo me levanto muy temprano, me niego en absoluto a en vacaciones tener que hacerlo para poder reservar una hamaca. Grabé un vídeo en el que se ve perfectamente como a las 07:30 horas de la mañana, todas, absolutamente todas las hamacas, estaban ya cogidas”.
Añade Santiago que “el personal del hotel retira cada noche las hamacas y las vuelve a poner a las siete menos algo, momento en el que la gente baja a propósito a coger las hamacas y reservarlas poniendo una toalla, un libro o cosas similares. Era imposible coger una hamaca si ibas más tarde de las 07:30 horas de la mañana”.
Para Santiago, además del hecho de no poder coger hamacas, “lo más indignante fue la actitud del hotel y de su Gerente, ya que cuando fui a quejarme, lo que me dijo el Gerente es que ellos no estaban allí para educar a la gente, que la gente es mal educada y que eso no era un problema del hotel”.
Tras recibir esta respuesta, Santiago indica a El Digital de Albacete que le dijo al Gerente que eso sí que era problema del hotel, ya que “los clientes pagamos por tener unos servicios y por poder disfrutar de las instalaciones, sobre todo de la piscina. No me voy como cliente a un hotel donde no puedo ni sentarme en la piscina”.

Mandaron a este albaceteño a hablar con el Gerente
Argumenta Santiago que “antes de hablar con el Gerente me quejé primero en recepción y dije que no había hamacas, y lo que me dijeron es que hablara con el socorrista, y que él, cuando hubiera una hamaca más de una hora sin nadie, nos ubicaría en aquella o en aquella otra. Sin embargo, cuando hablé con el socorrista, lo que me dijo es que su trabajo es vigilar la piscina y no estar pendiente de las hamacas. Ante tal respuesta, volvimos a recepción, le dijimos a los recepcionistas las palabras totalmente lógicas del socorrista y entonces, ya con malas palabras, desde recepción nos dijeron que eso es lo que había indicado el Gerente del complejo hotelero y que si queríamos que al día siguiente habláramos con el”.
Tras dichas indicaciones desde la recepción del hotel, Santiago explica a El Digital de Albacete que “al día siguiente fui a hablar con el Gerente y me dijo que lo que me habían dicho en recepción era mentira, lo que me pareció surrealista, siendo entonces cuando me espetó que en el hotel no estaban para educar a la gente, y que si la gente es mal educada es problema de los huéspedes y los huéspedes lo tienen que arreglar entre ellos”.

“Yo no me voy a meter”, asegura Santiago que le manifestó el Gerente del hotel, añadiendo el responsable del establecimiento que “él no se iba a enfrentar con los ingleses”. Ante ello, Santiago indica que le dijo al Gerente que se sentía «estafado», ya que «si dan un servicio de hamacas y no lo puedo disfrutar… ¿para qué me vengo yo a este hotel?”.
Pero lo peor estaba todavía por llegar, ya que la esposa de Santiago, Gracia, fue agredida por un huésped inglés debido a las dichosas hamacas. “Fue al terminar de comer, momento en el que mi mujer y mis dos hijas dijeron que se iban a la piscina, optando yo por irme a la habitación a echar la siesta ya que sabíamos de sobra que no iba a haber hamacas”.
“Voy a ver si encuentro una hamaca”, indica Santiago que manifestó su mujer, y “al llegar a la piscina encontró una hamaca sin nada, por lo que dejó su toalla y se tumbó”. Y ahí comenzó todo…
“A los dos minutos un turista inglés comenzó a insultarla y sin mediar explicación ni mediar nada más, siendo mi mujer una persona muy tranquila, esta persona de nacionalidad británica, grandota, calvo, lleno de tatuajes, que daba miedo y que llevaría todo el día consumiendo alcohol, le volcó la tumbona y se la tiró encima, causándole heridas en un pie, además de no parar de gritarle”, explica Santiago mientras añade que “en ese momento una de mis hijas me llama y me dice que el estaban pegando a mi mujer, tras lo que bajé rápidamente a la piscina».

Agresión a esta familia de Albacete
Explica este albaceteño que “cuando yo bajé el gerente del hotel ya estaba mediando en la trifulca y parece que los ingleses habían calmado un poco los ánimos, personándose además casi de inmediato la Guardia Civil ya que algún otro huésped la había llamado viendo la violenta agresión de la que había sido víctima mi familia”.
Con los ánimos caldeados, Santiago explica que el Gerente le dijo a su mujer que “le devolviera la hamaca al inglés y que él, como Gerente, le daría otra. Devuélvasela”, asegura Santiago que espetó el responsable del hotel, mientras su mujer le indicaba que “esa hamaca estaba libre y que hasta que el Gerente no le diera otra hamaca no le iba a devolver nada al ciudadano británico”.
Tras la llegada de la Guardia Civil, Santiago explica que “nos tomaron la filiación y a los ingleses se los llevaron a una esquina, momento en el que se acercó la socorrista para decirnos que quien llevaba razón era mi mujer y que la agresión había sido intolerable”.
Argumenta Santiago que “esto pasó a las 15:30 horas y que las personas que agredieron a mi mujer llevaban bebiendo todo el día, pero no ese día en concreto, sino que todos los días, ya que esta gente va allí y nada más terminar de desayunar se ponen a beber cerveza y así están todo el día. Piscina, cerveza y hamaca; piscina, cerveza y hamaca”.

Tras la agria situación, Santiago reconoce que “estábamos muy asustados ya que esas personas eran huéspedes del hotel y nos los podríamos cruzar en el restaurante o en cualquier otra dependencia del complejo, por lo que teníamos auténtico miedo. Menos mal que la chica de nuestra agencia de viajes nos ayudó muchísimo y consiguió cambiarnos de hotel y que nos devolviesen el dinero de la noche que nos quedaba por estar en el hotel donde ocurrió la agresión”.
Explica este albaceteño que “nada más salir de este hotel fuimos a denunciar y para ello necesitábamos un parte de Urgencias firmado por un médico, pero el hospital estaba de bote en bote y decidimos irnos ya que podríamos haber estado allí 7 horas y solo nos faltaba eso, perder un día de vacaciones esperando a que la viera el médico. Por fortuna, las lesiones en el pie no fueron de gravedad, pero no denunciamos ya que hacerlo sin parte de lesiones implicaba que la resolución de los hechos hubiera discurrido por la parte Civil y habría que contratar abogado, ir a Fuertenventura cuando saliera el juicio, etc…”.
Argumenta Santiago que “lo que es indignante es la actitud del hotel, ya que al final los que fuimos los agredidos fuimos los que nos tuvimos que ir del hotel y, sin embargo, el agresor, se quedó en el hotel tan tranquilo y no le pasó absolutamente nada. Esa fue la actitud del hotel. Te fuiste a descansar y sin embargo, o te pegas el madrugón para coger una hamaca o no puedes disfrutar de nada de lo que has contratado en el hotel”.

“La guerra de las hamacas existe y eso es el pan nuestro de cada día en este tipo de hoteles”, concluye Santiago mientras reconocía que tras la agresión el miedo era patente y que “no nos atrevíamos ni a bajar a comer. Menos mal que nos cambiaron de hotel. Fue una auténtica vergüenza. Pasamos mucho miedo y, además, la incertidumbre de no saber ni nos podrían cambiar de hotel. Menos mal que la chica de la agencia de Caudete removió Roma con Santiago y obró el milagro”, afirma Santiago para concluir su conversación telefónica con El Digital de Albacete desde Caudete tras haber regresado, por fin, a casa.
El Digital de Albacete, conocedor del nombre del hotel en el que se produjo la presunta situación narrada por Santiago Pastor, aunque no lo hemos publicado, se ha puesto en contacto con el complejo hotelero para conocer la versión del Gerente ante tal situación, sin embargo, desde el hotel han declinado hacer cualquier tipo de declaraciones al respecto.
/Foto portada: Familia de Albacete agredida en Canarias / Imagen cedida por Santiago Pastor/