El Jefe del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario de Albacete, Tomás Segura, adelantaba en el programa dirigido por Iker Jiménez, ‘Horizonte’, algunos de los resultados del estudio que ha liderado para conocer el post COVID. Este estudio fue solicitado por el especialista en 2021 y recibió el visto bueno del Ministerio, y se trata de “un proyecto de investigación para intentar buscar la causa de la niebla cerebral y de toda la afectación neurológica del síndrome post COVID”, exponía el doctor Tomás Segura.
Primeros resultados de este estudio COVID-19 realizado en Albacete
El especialista, aclaraba que “según los registros este síndrome afecta al 15% de las personas que pasaron la enfermedad”. Así, trasladaba que “después de más de un año reclutando pacientes tenemos ya los primeros resultados”, y añadía que “quizá uno de los más espectaculares es el que demuestra que la transmisibilidad del cerebro está disminuida en estos pacientes”.
“Los pacientes te cuentan que ellos no son los que eran y lo que nosotros pensamos es que lo que está fallando aquí es algo más sutil”, detallaba Tomás Segura que “la capacidad de conectar áreas cerebrales que están distantes está fallando”. Al respecto, aclaraba que “el que estos circuitos distantes no se conecten podría enlazar perfectamente con la pérdida de sinapsis que provocaría la fusión neuronal generada por el virus del COVID-19”.
Recordaba el neurólogo del Hospital de Albacete que “este virus es especialmente neurotóxico y lo lógico era pensar que podría dar lugar también, a largo plazo, a un tipo de alteración más cronificada”. De este modo, concretaba sobre la primera memoria elaborada con los resultados parciales de este estudio realizado en Albacete que “no hemos hallado en los pacientes con post COVID marcadores de inflamación activos”. Además, trasladaba que “hemos extraído líquido cefaloraquídeo de estos pacientes y nos hemos encontrado con un porcentaje muy alto (70%) que lo que tienen muy elevado son las citoquinas anti-inflamatorias”.
Por todo ello, compartía el doctor Tomás Segura una hipótesis a la vista de este resultado: “Si tienes un sistema anti-inflamatorio muy bien desarrollado puede parar al virus y no sufrir una enfardad grave, pero si luego esa reacción no se va de la forma en la que vino y persiste, la respuesta anti-inflamatoria mantenida provoca que el cerebro vaya al ralentí”.
El COVID-19 y la posible fusión neuronal
De forma previa, el doctor Tomás Segura analizaba una investigación científica realizada en Australia que demuestra que el COVID-19 produce una fusión neuronal. “Lo que viene a demostrar es que el virus del SARS-CoV-2 es capaz de fomentar que las neuronas y las células de la glia se fusionen”, explicaba.
Al respecto, especificaba que “todos tenemos algunos tejidos en los que existe fusión de células, como ocurre por ejemplo en los músculos”. De este modo, desarrollaba que “los músculos tienen un único citoplasma y muchos núcleos dentro”, y expresaba que “el ejemplo paradigmático para nuestra especie es la placenta”. En concreto, desgranaba el doctor Tomás Segura que “la placenta humana es un tejido sincitial, es decir, es un tejido en el que las células han perdido su individualidad y trabajan en equipo”, apuntando que “esta posibilidad ocurra en las neuronas no se había podido demostrar hasta ahora en humanos”.
Sobre esta investigación científica desgranaba que “lo que han hecho ha sido modelos de cultivos con células cerebrales humanas infectadas con SARS-CoV-2 para demostrar que estas células sufren este problema”. Remarcaba, Tomás Segura que “cuando el virus entra dentro de ellas no solo las afecta poniendo la maquinaria de replicación celular a disposición del virus, sino que además fomenta en ellas la fusión”. Consideraba que “esto es muy interesante porque los virus lo que quieren es replicar su material genético lo más rápido posible sin que el sistema inmune los detecte y los elimine”.
Explicaba que “las neuronas son unas células muy simples”, concretando que “han eliminado todo su mecanismo metabólico para ser capaces de hacer solo una cosa: cambiar su signo eléctrico”. Sostenía el doctor Tomás Segura que “el cerebro tiene aproximadamente 100.000 millones de neuronas que funcionan como un increíble código binario de sí o no en paralelo”. Por tanto, “si las vamos reduciendo porque se produce este problema de fusión neuronal, lógicamente le estamos restando capacidad al cerebro”.
Concretaba que este estudio “demuestra que las células se funden en una única célula y demuestra que esta fusión tiene una repercusión eléctrica”, es decir, “la neurona fusionada en vez de tener una doble una doble capacidad pasa a tener una única capacidad, limitándose”. Además, apostaba por “poner todo en su contexto”, añadiendo que “es posible que esto también lo hagan otros virus”.
Sobre este aspecto, ponía como ejemplo el virus respiratorio sincitial porque “lo que provoca en tejido pulmonar es la fusión de las células, pero que esto se produjese en el cerebro no se había demostrado”. Por tanto, adelantaba que “podemos intuir que los virus capaces de afectar al cerebro también lo hagan”. “Mucha gente después de tener este tipo de virus desarrolla enfermedades neurológicas”, recordaba Tomás Segura, ante lo que se preguntaba: “¿puede ser que esto tenga que ver con la capacidad de estos virus para generar fusión y por tanto limitación de la capacidad cerebral? Bueno, pues aquí se abre un nuevo campo”.
