Se cumplen 20 años del trágico accidente ferroviario que dejó 19 muertos y marcó a Albacete y a toda España

Chocaron dos trenes y la tragedia sacudió a Albacete

Mañana, sábado 3 de junio, se cumplen 20 años del accidente ferroviario de Chinchilla de Montearagón (Albacete). Una colisión de trenes en este municipio de cercano a Albacete que acababa con la vida de 19 personas y dejaba cerca de medio centenar de heridos.

Todo ocurrió pasadas las 21:30 horas del 3 de junio de 2003 cuando un tren de pasajeros (Talgo) entraba en la estación de Chinchilla procedente de Madrid-Chamartín. Minutos más tarde el tren ponía rumbo hacia Murcia con la mala fortuna de que en la misma vía pero en sentido contrario circulaba un cercanías procedente de la provincia murciana.

El choque frontal de ambos trenes se produjo a escasos 3 kilómetros de la estación de Chinchilla. Así, el fuerte impacto originó un incendio que se extendió hacia los primeros coches del Talgo quedando calcinadas varias unidades del tren de pasajeros.

A consecuencia de este accidente y tras realizar las labores de rescate se contabilizaron un total de 19 víctimas mortales y otras 65 personas resultaron heridas de diversa consideración. Según la investigación judicial el choque de estos trenes se debió a que el factor de circulación de la estación de Chinchilla dejó la señal de salida en la vía en la que se encontraba el Talgo, dando orden de marcha al tren de pasajeros sin recordar que por ese mismo tramo de vía única circulaba el tren de mercancías en sentido contrario.

El acusado de este accidente ferroviario fue declarado culpable a causa de un despiste. El ministerio fiscal de Castilla-La Mancha solicitó una pena de más de 2 años de prisión, y una sentencia de 2006 confirmaba esta pena en tanto a que establecía la causa del accidente como “un error o negligencia del jefe de estación”.

Uno de los heridos en Chinchilla asegura que el factor de circulación no hizo ningún gesto cuando salió de la estación

Durante el juicio Edgardo Gustavo Ávila, uno de los heridos del accidente ferroviario de Chinchilla (Albacete) ocurrido el 3 de junio de 2003, declaró que el día de los hechos vio al factor de circulación andando normalmente y sin hacer gesto alguno cuando el tren salía de la estación.

También relató que desde que se produjo la colisión hasta que se detuvo transcurrieron unos segundos. “Cuando me di cuenta del desastre allá adentro salgo y no puedo agarrar a nadie”, aseguró recordando el momento de los hechos.

Este viajero del Talgo siniestrado afirmó que la gasolina le salpicó en la cara, dedos y piernas y que permaneció hospitalizado hasta que “esa gente desalmada de la Renfe me dieron el alta porque vieron que podía mover las piernas y las manos”. El viajero manifestó que cogía habitualmente ese tren pero que en estos momentos “ni estando loco me montaría en un tren de la Renfe”.

Según relató a los medios el abogado de la familia del maquinista del Talgo fallecido en el accidente ferroviario de Chinchilla del 3 de junio de 2003, Julio Santos, Edgardo Gustavo Ávila explicó que el “recorrido que realizó el jefe de Circulación de la estación (José Luis D.C.) es absolutamente diferente al que éste había declarado en las vistas anteriores”.

Según manifestó Santos, el primer testigo de la jornada de hoy explicó a la sala que “vio salir al jefe de Circulación del gabinete, circuló por el andén hasta el final del mismo, cruzó en línea recta hasta la cabecera del tren y posteriormente oyó sonar el pito del tren, vio volver con la gorra puesta al jefe de Circulación hacia el final del tren sin inmutarse”. El abogado añadió que “simplemente había dado la orden de marcha al tren, no hay ninguna duda”.

Otra de las viajeras del TALGO, Josefa González, cuyo asiento era el primero del sexto vagón y que fue la primera en llegar por su propio pie hasta la estación de Chinchilla tras el accidente, aseguró que en el tren tras la colisión no encontraron ni extintores ni martillos para romper los cristales o las puertas y poder salir.

Vías de tren – PIXABAY – Imagen de archivo

“Creía que era un atentado”

González, que ha estado prácticamente un año en tratamiento psiquiátrico, según reconoció hoy en su declaración, manifestó que salió del tren tras lograr “reventar” el cristal de la puerta del vagón con la ayuda de otros viajeros.

La pasajera explicó que salió hacia un terraplén y que su idea “era que nos alejásemos de allí porque el tren para mí iba a explotar, creía que era un atentado”. González continuó caminando por las vías hacia la estación convencida de que algunos viajeros más iban con ella aunque fue la única que llegó hasta el edificio.

Al llegar a la estación, según dijo, “salió un señor cuando llegué al andén y me gritó ¿qué hace usted por las vías?”. “Le dije: ha habido un accidente muy grande, una explosión”, continuó relatando la pasajera ante la sala, y añadió que cuando el factor de la estación de Chinchilla le preguntó si había más supervivientes ella respondió que sólo “los de mi vagón, que todos los demás habían muerto”.

Acto seguido, según su declaración ante la sala, ambos “pasamos dentro y me preguntó si estaba bien, le pregunté sí había botiquín y me dijo que no”. González afirmó además que José Luis D.C. le indicó que no hablase por el móvil, ni dijese nada aunque ella le aseguró que tenía que llamar a su familia para que supiesen que se encontraba bien y no se preocupasen.

La mujer no supo hasta que su novio fue a recogerla a la estación que habían chocado contra un tren de mercancías. Durante el tiempo que permaneció en la estación estuvo sentada, porque así se lo indicó el factor. “Estuve mucho tiempo allí sola”, expresó esta viajera que no supo precisar qué otras personas fueron llegando hasta allí “porque tampoco me hacían caso”.

Escenas de por vida

Francisco Benayas López, otro de los heridos en el accidente y que se encontraba en el Talgo en calidad del trabajador del servicio de cafetería, tiene reconocida la incapacidad laboral permanente desde marzo de 2005 como consecuencia del siniestro y además sigue aún en tratamiento psiquiátrico. “Las escenas esas las tengo de por vida”, subrayó asegurando que “hay días que me levanto e igual que me levanto me vuelvo a acostar”.

Benayas indicó que la pensión que cobra actualmente por su incapacidad es del 55% de la base reguladora del salario que percibía y recordó que llevaba 30 años trabajando. Tras el accidente “no cojo ni el tren ni el metro”, dijo señalando que para asistir a la sesión del juicio había realizado el viaje desde Madrid en autobús ya que ni siquiera puede conducir el coche.

La sesión de la mañana, tras la declaración de tres viajeros más que también resultaron heridos en el accidente, fue suspendida a las 11.30 horas para acudir los abogados, el acusado y el juez a la reconstrucción parcial de los hechos en Chinchilla que se realizó a las 12.30 horas. A las 17.00 horas la sesión se reanudó con la declaración de más pasajeros del Talgo.

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