La albaceteña Ana Céspedes: “Que mi tierra reconozca mi carrera internacional es el mejor regalo profesional”

El Gobierno de Castilla-La Mancha le ha otorgado una de las dos Medallas de Oro de la región por su trabajo para acelerar el desarrollo de vacunas, por su contribución a la ciencia, a la investigación y a la salud pública mundial en condiciones de equidad

Ana Céspedes (Barrax, Albacete, 1973), farmacéutica y directora general mundial de Operaciones de IAVI (International AIDS Vaccine Initiative), recogerá este miércoles la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha que, dice, ha sido “una sorpresa maravillosa” y el “mejor regalo profesional” al reconocer su carrera internacional en el ámbito de la salud, y que viene precisamente de su tierra.

El Gobierno de Castilla-La Mancha le ha otorgado una de las dos Medallas de Oro de la región por su trabajo para acelerar el desarrollo de vacunas, por su contribución a la ciencia, a la investigación y a la salud pública mundial en condiciones de equidad, un reconocimiento que le traerá desde Estados Unidos, donde trabaja, hasta Manzanares (Ciudad Real), lugar donde este año se celebrará el acto institucional del Día de la Región.

En una entrevista con la Agencia Efe, Céspedes asegura que La Mancha no solo es el lugar donde nació, sino donde siempre ha mantenido unas raíces muy fuertes, personales y profesionales.

“Inicié mi carrera profesional con un doctorado en Farmacia gracias a una beca de Castilla-La Mancha. El hecho de que casi 3 décadas más tarde mi tierra reconozca mi carrera internacional en el ámbito de la salud, educación en salud y salud pública mundial es el mejor regalo profesional que podría haber recibido en el año que cumplo 50 años”, confiesa.

Céspedes se refiere a su labor profesional en el organismo que dirige, en el que están trabajando en proyectos relacionados con el sida, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas emergentes como Ébola Sudan, Marburg y Fiebre de Lassa.

El proyecto más avanzado es el de una vacuna para la tuberculosis en colaboración con Biofabri, una compañía española, y destaca que este es un proyecto muy importante porque cada año se infectan 10 millones de personas en el mundo de tuberculosis, y mueren 1,5 millones.

Siendo la enfermedad infecciosa más antigua, no existe una vacuna todavía para adultos (que son los que mueren), y eso es “algo inaceptable” que desde “Biofabri, IAVI, TBVI (Tuberculosis Vaccine Iniciative) y la Universidad de Zaragoza estamos decididos a cambiarlo”.

En este momento, por tanto, están trabajando para conseguir financiación suficiente para el estudio de eficacia, pues los resultados previos son muy positivos.

Respecto a la pasada la emergencia sanitaria por el coronavirus, afirma que la vacunación es clave en el abordaje de enfermedades infecciosas, incluyendo la covid-19, y como muestran los datos, las vacunas ejercieron un papel fundamental en la resolución de la pandemia: “las muertes comenzaron a reducirse de manera exponencial en enero de 2021, una vez que se aprobaron las primeras vacunas”.

Dado que en materia de salud la clave es prevenir, ve muy importante mantener el nivel de atención y monitorización de la evolución de SARS-CoV-2 (así como de otras potenciales amenazas) para evitar sorpresas, lo que, aclara, “no significa vivir en estado de alarma, pero tampoco desentendernos por completo”.

A fecha de hoy, existe oferta suficiente de vacunas de covid-19 y unas condiciones de acceso a nivel mundial aceptables, y es importante que esto no cambie, no solo para la esa enfermedad.

“Las enfermedades infecciosas son problemas de salud global y requieren un abordaje coordinado a nivel mundial”, asegura.

Ha recordado que en los últimos 20 años “hemos tenido un brote epidémico cada 3 años aproximadamente: SARS (2002-03), Gripe A, MERS (2012), Ébola (2014-16), Zika (2016) y SARS-CoV-2 (2020)”, y puesto que hasta la pandemia de covid-19 “habíamos sido capaces de resolverlos antes de que se convirtieran en una pandemia”, confía en que “nuestros sistemas de vigilancia epidemiológica, inversión en I+D y colaboración internacional se refuercen para disminuir la probabilidad de que esto se vuelva a producir”.

Además, el fin de una emergencia no significa que no sigan siendo necesarias las innovaciones que ayudaron a salir de ella, precisa Ana Céspedes.

“La inversión más rentable en materia de salud pública es la prevención”, por tanto, “es importante tener diversidad de vacunas, con distintas características, porque no todas las poblaciones tienen las mismas necesidades” y destaca que “hay que sentirse orgullosos de que España también haya desarrollado una vacuna”.

Para la directora de IAVI, en el ámbito de enfermedades infecciosas, el sida es “el reto más difícil que tenemos por delante”.

Casi cuarenta millones de personas viven con sida y, aunque existen tratamientos muy eficaces y que permiten que las personas infectadas puedan llevar una vida casi normal, “no nos podemos conformar, es necesario prevenirlo”.

Y en el área de enfermedades no infecciosas, resalta que se están dando pasos importantes en la vacunación para el cáncer, y aunque todavía requerirían la combinación con tratamientos y su estudio se limita a un número reducido de tumores, podría ser una “revolución médica”.

Ana Céspedes considera que la colaboración internacional es clave en el ámbito de la salud, de hecho, ella lleva 11 años trabajando en Estados Unidos y durante todo este tiempo, comenta, siempre ha mantenido su vinculación profesional con España.

“No es tan importante donde vivas, sino las conexiones que seas capaz de hacer para aportar valor también en tu país. Seguiré haciéndolo mientras pueda aportar valor”, aunque también reconoce que echa mucho de menos a su familia y “sería muy bonito poder liderar un proyecto de impacto global desde España”

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