De la euforia a recobrar modo electoral en horas. El PP se fue a dormir con una victoria inapelable y prácticamente se ha levantado en campaña, con una convocatoria sorpresiva de elecciones generales con la que Pedro Sánchez busca cambiarles el paso y vincular a Alberto Núñez Feijóo con Vox.
Los populares necesitan alianzas con Vox en seis autonomías y en varios consistorios y la campaña coincidirá con el plazo en el que se constituyen los Ayuntamientos, el próximo 17 de junio, y los Parlamentos autonómicos, a partir del 13 de junio.
Aunque en algunos casos la formación de los gobiernos regionales puede retrasarse, la constitución de las Mesas de los Parlamentos dará ya una pista de las negociaciones del PP, que solo ha logrado mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid, La Rioja y Melilla.
Tanta importancia le da Sánchez a este contexto que al anunciar la convocatoria electoral ha destacado que tras el 28M numerosas instituciones pasarán a ser administradas por nuevas mayorías conformadas por el PP y Vox.
De esta suma dependen la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Cantabria, Baleares y, en menor medida, pues basta con la abstención, la Región de Murcia. La coincidencia de la campaña con el escenario postelectoral entraña riesgo para el PP, aunque con matices.
Por el momento, el órdago de Sánchez ha evitado que la victoria del PP este 28M protagonice el debate político, tal y como admiten en Génova. Los populares pierden además una baza para desgastar durante seis meses a Sánchez y tienen que aparcar la euforia para configurar listas y fijar prioridades.
La comparecencia este lunes de Alberto Núñez Feijóo ante los periodistas ha dejado varias claves.
Respecto a los pactos, mantiene su oferta al PSOE de un acuerdo recíproco para que gobierne la lista más votada, pero respetará las alianzas que puedan producirse en aquellas autonomías donde sus candidatos han desbancado al PSOE.
En el escenario probable de que los socialistas rechacen esta propuesta, el PP no se ha cerrado hasta ahora a pactar con Vox. En la cúpula del partido entienden que «el suicidio político» no es una alternativa. La oferta de Feijóo da al PP la baza de responsabilizar a loo socialistas de sus acuerdos con Santiago Abascal.
Los populares también han apuntado al dilema al que se enfrenta Vox, que ha avisado de que no regalará sus votos antes de las generales pero que no puede apuntalar a la izquierda a días de los comicios. El PP no deja de llamar a concentrar el voto y este domingo ha hecho una demostración de fuerza pese a no librarse de los de Abascal.
En la dirección nacional del PP minimizan el impacto del adelanto. Ven a Sánchez a la desesperada y creen que pretende tanto acallar la victoria popular como las críticas en el seno del PSOE. Esperan que pierda su apuesta y ponen en duda su capacidad de movilizar al PSOE y a sus votantes tras el descalabro.
Lo mismo piensan otros dirigentes del PP que, consultados por EFE, apuntan a que Sánchez se equivoca si cree que les pilla con el pie cambiado, enmarcan el movimiento en un interés personal y subrayan que el cambio es «imparable». El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha hablado de «huida hacia delante», Isabel Díaz Ayuso, de «rendición».
Génova resta peso a las críticas ante posibles alianzas con Vox, dado que a Sánchez le lastran sus propios pactos con EH Bildu o con los independentistas catalanes.
Hace meses que en el partido se ha impuesto la visión de que los pactos con Abascal no les perjudican, aunque sí se veía el peligro de tener que tragar con más «Gallardos», en alusión al polémico perfil del vicepresidente de Castilla y León, el único territorio donde PP y Vox comparten coalición de Gobierno.
Sin embargo, los nuevos tiempos les permitirán posponer algunos acuerdos, no así la negociación.
En los ayuntamientos solo estaría en riesgo el bastón de mando donde el PP ha quedado segundo, en concreto en Burgos, Valladolid, Toledo y Guadalajara. En el resto de consistorios del centroderecha el PP tiene mayoría absoluta o ha quedado primero, por lo que la alcaldía está asegurada en segunda vuelta.
Otro factor clave es Ciudadanos. El PP no quiere que los votos naranjas que se han quedado sin representación les resten opciones en el reparto de escaños y por eso Feijóo ha instado a este partido la decidir si son útiles para el cambio político o lo perjudican. La formación decidirá mañana si concurre a las generales.
La participación en unas elecciones celebradas en periodo vacacional o el efecto que pueda tener una hipotética unión de las candidaturas de izquierda son otras de las claves que en el PP deben estudiar con detenimiento.
Feijóo reunirá mañana a todos sus barones en la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos. Buscarán la fórmula para que se haga realidad el vaticinio que el líder del PP ha hecho una hora antes de que Sánchez convocase: celebrar «pronto» una nueva victoria electoral en el balcón de Génova.