“Creo que soy positivo, alegre, empático, generoso y todo lo demás está por descubrir”, así se definía Javier, un vecino de Castilla-La Mancha que llegaba a ‘First Dates’ para darle una nueva oportunidad al amor.
En este camino, este hombre de Guadalajara coincidía con Irene, una madrileña capaz de “sacar de cualquier problema una solución con positividad”. De este modo, confesaba que “soy de las que no cree en el flechazo”, añadiendo que “siempre he pensado que el amor era para toda la vida, pero voy a tener que quitarme eso de la cabeza. Voy a dejar de ser monja y dedicarme a buscar amor”.
Ambos están divorciados y tienen hijos e Irene compartía que “el amor me ha tratado bien porque he estado 20 años con la misma persona”. Sin embargo, explicaba que “mi exmarido me dijo de un día para otro que se quería separar y a mí casi me da un infarto, pero superado el infarto he empezado una nueva vida”.
El nombre de este castellano-manchego aparecía en los registros akáshicos de su cita de ‘First Dates’
Por todo ello, esperaba conocer “a una persona como yo, alegre, empática y positiva”. Antes de conocer a su cita le desvelaban que su nombre, algo que sorprendía a Irene: “¿Se llama Javi? En mis registros akáshicos me hablaron de la aparición de un Javier”.
Registros Akáshicos, según la antroposofía es el ‘Libro de la Vida’ que contiene conocimientos el presente, el pasado y el futuro. Ante esta situación Irene manifestaba que “estoy empezando a creer en la magia y en los flechazos”. Así, tras un positivo primer encuentro el castellano-manchego y la madrileña comenzaban a conocerse más en profundidad.
Durante la cita encontraban muchos aspectos en común y “las cosas en común al final terminan uniendo”, consideraba Irene. De este modo, confesaba Irene que “me gustaría conocer a una persona con la que tener afinidad, pero tampoco busco atarme a nadie”, ante lo que Javi concretaba que está en un punto vital en el que “no buscas atarte a nadie, pero si surge ha surgido”.
“Después de 20 años sin ninguna cita, me ha encantado esta cita a ciegas”, confesaba Irene. Por tanto, ambos apostaban por mantener una segunda cita para continuar conociéndose.