Estaba claro lo que sucedería con la moción de censura. Se cumplieron las previsiones: Vox criticó al Gobierno y el Gobierno criticó al PP. Surgieron otras críticas, de distinto calado e incluso hubo quien no vio bien que una persona con casi 90 años interviniese en el Parlamento. Se le ha llamado de todo a la moción de censura, pero sigo pensando lo mismo, no veo ningún problema para que se debata, se confronten ideas y se discuta lo que sea menester. No veo que sea una pérdida de tiempo que un partido político en uso a las normas establecidas haga uso de la mismas, a sabiendas de la derrota que se produciría a la hora de votar. Cada grupo político fija la posición que considera y hasta ahí nada que objetar. Tan legitima es una moción de Vox como de cualquier otro grupo político, tan legitimo es presentar a Ramón Tamames como candidato, como a cualquier otra persona. La edad no debe ser motivo de guasa ni de chirigota. Si Tamames fue dirigente comunista, después del CDS o lo que haya querido, tampoco le hace perder ni un ápice de su solvencia, ni el interés por escuchar lo que pueda decir. Escuchar a una persona o leer su pensamiento no quiere decir que te tenga que encandilar a la fuerza o que eso suponga que a partir de ese momento haya que seguirlo al pie de la letra. Dirán ahora lo que quieran, la expectación fue máxima, el que más y el que menos se empapó de todo, no sé si le habrá servido o perjudicado a alguien en sus intereses electorales. El propio presidente del Gobierno se la tomó muy en serio y al menos le dedicó tiempo a su respuesta; Feijóo no acudió, hizo bien, no era su guerra y el resto grupos se manifestaron en la línea de lo previsible. Al Congreso de los Diputados se va a lo que se va y dos días de plena actividad emplearlos de la forma que se hizo la semana pasada no debe escandalizar a nadie.
Otra cuestión bien distinta es que después de la moción ¿qué? Los problemas que nos toca padecer siguen ahí como antes de la moción, una moción de censura no es el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura.
Prefiero escuchar a los políticos debatir sobre modelos de convivencia o sobre medidas sociales o sobre pensiones, pero me aburre muchísimo tener que leer sandeces como cuando Echenique dice: “vivo en Madrid. La Comunidad Autónoma más rica de España. Llevo dos semanas con un virus respiratorio. Pedí cita con mi médica de familia. Me dieron para 10 días. El gobierno de Ayuso es un gobierno criminal. O la mandamos al vertedero de la historia el 28 de mayo o acaba con todo”. Estas son las formas de un señor diputado, que debe pensar que está por encima del bien y del mal, además cuando habla es fácil comprobar que de formación anda justito por ser benevolente. Otro diputado le ha tenido que recordar que si no ha ido al médico es porque no ha querido. Como diputado tiene el privilegio de tener tres médicos a su entera disposición en el Congreso. “O eres muy tonto o muy sinvergüenza. O las dos cosas a la vez”, le ha dicho el diputado Rafael Hernando.
Lo traigo aquí para que vean las impertinencias de algunos políticos y creo que con acierto le han tenido que responder, para que todo el mundo sepa que a lo mejor otras personas tendrán algún problema para recibir atención sanitaria, pero Echenique no. La demagogia y la mentira la llevan en el generoso sueldo que le pagamos entre todos.
Otra descalificación fuera de lugar porque seguramente el señor Tamames no baila al son que le gustaría a Pablo iglesias: “Tamames podría estar tomando un carajillo con el presidente de Castilla-La Mancha y Aragón y estaría a gusto”. Así lo manifestó en El Ágora de la SER.
Es verdad que el presidente Page les recuerda cuando surge, a los miembros de Podemos en el Gobierno que no tienen en el diccionario la palabra dimitir. Cuando se refiere a la coalición de Gobierno dice que: “es un incordio y sale caro. Tenemos que tener un ministro de consumo que en las comunidades autónomas que tenemos las competencias, no ocupa ni siquiera, una jefatura de servicio”. Será sin duda una de las claves de las próximas elecciones, tanto locales, como regionales. El gasto en la administración, la posibilidad de suprimir partidas que, aunque puedan parecer el chocolate del loro, no lo son, el ejemplo del Ministerio de Consumo es muy claro al respecto. Esto no quiere decir que los políticos tengan que cobrar menos, no es eso, esto quiere decir que es necesario reorganizar de otra manera para que determinadas cuestiones no sean un escándalo para la ciudadanía. Y esto además en todos los ámbitos. El PP no puede esperar la llegada de VOX a los ayuntamientos o comunidades autónomas para que en los acuerdos de gobierno que tengan que hacerse, el primer punto sea el del gasto, del tipo que sea. Otro ejemplo podría ser la campaña que actualmente ha lanzado el Ministerio de Igualdad, la ministra de Podemos, Irene Montero. Reivindican la educación sexual para una sociedad más igualitaria. ¿No podrían hacer campañas más baratas, sin gastar esas millonadas? Deberían saber que hay mucha gente, que no llega a final de mes, incluso podrían ser sus potenciales votantes. Primero hay que atender las necesidades básicas, después lo que quede para chucherías.
COSAS QUE PASAN
Tampoco pasan tantas cosas, en la política local digo. Sí hay actividad, pero la lógica a dos meses vista de las elecciones. Reuniones, contactos discretos, cuadre de listas, primeras piedras y la vista puesta en el 28 de mayo. En esto de la primeras piedras o inauguraciones pasa, en ocasiones, como en las corridas de toros cuando se producen sustituciones de matadores: unos las firman y otros las torean.
Le acaban de hacer recientemente una encerrona periodística brutal, de ignominiosa podríamos calificarla, al líder y candidato del PP a la presidencia de la Junta, Paco Núñez. Respetando líneas editoriales, que la verdad es que tampoco hay líneas algunas veces, pero intentar desacreditar a un político con postulados viejos, que si Cospedal que si VOX, es darle alas a un candidato que si sabe revolverse, como fue el caso, el resultado puede ser de prueba superada y encontrar la misericordia de quienes ven que ese no es camino. Claro que si después bajo manga, el califato de turno intenta acercarse a otros interlocutores del mismo partido, para ir diseñando el futuro, por si acaso, la cosa adquiere tintes deplorables. Esto va de otra cosa, si lo mezclamos con la pasta pasa lo que pasa.
A Ayuso le sucedió algo similar, con mayor intensidad, lo que ahora llaman la izquierda mediática se empleó a fondo, ya saben que el término no me gusta nada, el de derecha mediática tampoco, digo que le dieron tantas bofetadas, quizás algunas justas, pero al pasarse de frenada el efecto es el contrario. Una casi mayoría absoluta fue su resultado de la candidata torpedeada.
Se anuncia en el Ayuntamiento capitalino algo sobre toros. Sobre esta materia algunos apuntes en titulares. Desde la concejalía correspondiente no deben acelerar nada, ni ponerlo todo a 100, como una oferta más de última hora, mejor dejarlo todo como está y que sea la próxima corporación, la que los ciudadanos quieran, la que enderece todos los despropósitos cometidos que no son pocos. Confío bastante en los próximos equipos, sean de izquierdas, de derechas o de cualquiera de los extremos. Lo más positivo es que el toro en Albacete no corre peligro, ni con unos ni con otros. Lo demás, a la vista está el resultado. Se han retrocedido años en este terreno y los partidos que tienen que saberlo lo saben. Mejor cerrar la puerta por fuera al salir y dejar apagada la luz.
Ojo con los asuntos de casos de corrupción o presunta corrupción. Son demasiados, demasiada tiniebla con lo público. Ahora se ha marchado con urgencia la directora general de la guardia civil y hay quien piensa que, por un asunto de investigación o lo que sea del marido, presentar la dimisión puede resultar excesiva. Pienso que no, sinceramente y cada caso es distinto. Leo el siguiente titular y a lo mejor dimitir ha sido lo más oportuno: “La exdirectora de la Guardia Civil puso el piso de Málaga a nombre de su hijo para evitar que aflorara que lo había pagado al contado”. A día de hoy cuenta “El Debate” que la UDEF de la Policía Nacional analiza facturas por importes de más de 3 millones de euros que ingresó su marido a través de una consultora. Lo de los EREs de Andalucía también aparece en la noticia. Lo recordaba Page, la conjugación del verbo dimitir, deben tenerla muy presente todos. Es muy sano ese ejercicio democrático. Y lo del Ministerio de Interior con el PP que espió a periodistas en busca de filtraciones (titular de El País) es ya el colmo de la desvergüenza. Basta con leer los wasaps del secretario de Estado de seguridad durante el último gobierno, Francisco Martínez. Mucho asquito, la verdad.
Prefiero escuchar a Tamames, aunque diga poco, antes que a estos individuos dedicados a darle bajonazos y sablazos a todo lo que se mueve.
“He aprendido a no intentar convencer a nadie, el trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”. (José Saramago).
Ángel Calamardo
Twitter: @AFCalamardo
