El pasado 24 de febrero desde El Digital de Albacete les contábamos la historia de Sergio Fernández y su padre biológico, tras haberse reencontrado 31 años después tras haber sido dado en adopción cuando tan solo tenía 7 meses.
En aquel momento, Sergio, además de relatar al micrófono de El Digital de Albacete cual fue su historia y la de sus padres biológicos, afirmaba que soñaba con que llegara el día 5 de marzo, ya que esa era la fecha elegida para ir junto a su padre al Carlos Belmonte a ver en directo un partido del Albacete Balompié, ya que su pasión por el club blanco fue lo que de una manera u otra hizo de nexo de unión entre Sergio y su padre biológico.
Y el pasado domingo, 5 de marzo, llegó ese momento. Y padre e hijo fueron juntos al Carlos Belmonte a ver el partido ante el Sporting, que terminó con victoria local por 2-1 y que tuvo además otra victoria: la del amor entre un padre y un hijo que 31 años después volvían a juntarse.
En un vídeo de tal cita hecho público por el Albacete Balompié, Sergio reconoce que “para mí es muy importante estar aquí con mi padre en el Carlos Belmonte porque al Alba siempre lo he seguido como ese nexo de unión biológico que yo tenía y que no conocía, es muy emocionante y muy gratificante para mí estar en el Carlos Belmonte y ver a mi padre emocionado”.
Sergio añadía que “después de 31 años he podido reencontrarme con él tras haber nacido yo en Albacete y haberme marchado a Talavera de la Reina adoptado cuando yo tenía 7 meses. Tras 31 años y después de haber podido encontrar a mi padre y a mis hermanos, nos dimos cuenta que teníamos un nexo de unión: el Albacete Balompié; y ahora podemos disfrutar de nuestra pasión por el Alba juntos”.
Sergio recuerda emocionado como tras el ‘Riazorazo’ pensaba entre sollozos si su padre estaría vivo y podría estar disfrutando con el ascenso del Alba, “subimos a Segunda a pesar de todo y en contra de todo, y en Talavera, llorando, pensaba en si mi padre también estaría disfrutando y viviendo el ascenso como yo. Pensaba en él y me emociono de recordarlo ahora”.
Sergio cierra su alocución enumerando un sueño, porque el más que nadie sabe que los sueños se cumplen. “Ojalá y podamos ascender a Primera División, y si es de manera directa mucho mejor”.
Pueden ver el vídeo de Sergio y su padre en el Carlos Belmonte a continuación:
La historia de Sergio
A sus 31 años, Sergio Fernández se ha reencontrado con su familia biológica en la provincia de Albacete. Una historia repleta de emociones y en la que ha jugado un importante papel el Albacete Balompié.
“Nací en Hellín y fui adoptado con 7 meses”, relataba Sergio a El Digital de Albacete. De este modo, indicaba que “he vivido toda mi vida en Talavera de la Reina (Toledo) junto a mi familia”, y añadía que “a mis 31 años me puse en contacto con un programa de televisión para poder encontrar a mis padres biológicos y pude conocer a mi padre biológico y a mi hermano”.
Relataba que tras este primer encuentro “mi padre me regaló un llavero del Albacete Balompié, equipo que sigo con sus penas y sus glorias”, reconociendo que el equipo manchego “era lo que me mantenía unido a mis raíces y a mis orígenes”. “Yo desconocía todo, no sabía si tenía hermanos o si mis padres biológicos estaban vivos”, señalaba Sergio, por lo que “el Albacete Balompié era lo único que tenía de mi parte biológica”.
Compartía con en El Digital de Albacete que su familia adoptiva nunca le ha ocultado sus orígenes ya que “desde pequeño me lo contaban con un cuento, diciéndome que había un niño que se llamaba Sergio que era de Albacete y no tenía padres, y entonces llegaron dos personas y se convirtieron en sus padres”. Así fue creciendo en Talavera de la Reina “hasta que fui mayor y me di cuenta de que el protagonista del cuento era yo”, puntualizando que todo este proceso de descubrimiento “fue muy normal y siempre he llevado bastante bien esta historia”.
Puntualizaba que el proceso de poder encontrar a su familia biológica “al principio fue un poco difícil y duro porque tenía miedo a lo que me iba a enfrentar”, al respeto especificaba que “no había la historia que había detrás o de los problemas que pudieron tener mis padres”. De este modo, confesaba que “tenía un poco de miedo de abrir esa puerta porque me podía trastocar psicológicamente”.
Sin embargo, reconocía que todo este proceso “ha sido muy emocionante”, porque “he podido conocer las historias personales de mi padre y de mi madre”. Aseguraba Sergio que “los he comprendido y no les guardo ningún tipo de rencor porque son buena gente”.
Del mismo modo compartía que “mi familia adoptiva también me ha apoyado en este proceso, sobre todo mi madre”. En concreto, manifestaba que “mi madre va conmigo hasta el fin del mundo y ella entiende que si estuviera en mi posición también querría saber de dónde viene y conocer su historia”.
“Ahora ya conozco y acepto mi historia”, expresaba Sergio, asegurando que “estoy encantando de haber dado este paso”. A sus 31 años la vida le ha dado la oportunidad a este albaceteño de nacimiento de conocer a su familia biológica: “Sé que mis padres son los que me han criado, pero no puedo negar que mis padres biológicos tienen también su sitio y yo se lo quiero dar”
Explicaba que “yo tengo un carácter un poco explosivo o hay veces que me dan bajones y a raíz de conocer a mi familia biológica he comenzado a encontrar respuestas a ciertos aspectos de mi vida”, reconociendo que “al final la genética tiene algo que ver en todo”. De este modo, confesaba que “siempre he estado presente en la vida de mis padres biológicos, porque mi padre me ha dicho que él tenía dos hijos aunque yo no estuviera”.
“Cuando eres adoptado sientes como que te han robado una parte de tu vida”, manifestaba Sergio. Sin embargo, se mostraba totalmente agradecido a su familia adoptiva porque “he sido feliz y he tenido una vida estupenda”.
Ahora Sergio podrá comenzar a escribir un nuevo capítulo en su vida, en el que confesaba que quiere descubrir sus raíces la gastronomía albaceteña y “también quiero ir a la Feria de Albacete”. Sergio asegura que “el 2023 me ha regalado una nueva familia”.
