A su llegada desde Valencia a ‘First Dates’ en busca del amor, Vicente se definía como una persona “bastante extrovertida y muy cariñosa, pero no pesado”. Además, entraba en el programa con detalle para su cita, que resultaba ser Fina una vecina de Albacete.
Esta albaceteña lleva por bandera y con orgullo el refranero español, asegurando que “mujer refranera, mujer puñetera”. Desvelaba Fina su predilección por el parchís, porque es un juego que “es como la vida misma”, ya que “puedes llevar una etapa de tu vida genial, pero te vienen dos tiradas malas y has perdido la partida”, reflexionaba.

La primera impresión de la cita de este albaceteña
La primera impresión de su cita no era la esperada, ya que Fina dejaba escapar un “buf, con gorra”, en relación al estilismo escogido por Vicente para su encuentro. Sobre este aspecto, la albaceteña consideraba que “si uno va al campo va con ropa de campo, si uno va a la playa va con ropa de playa, y para ir a un programa de televisión uno se debe de arreglar un poco con una camisa y una chaqueta, esa es mi opinión”.
Vicente se lanzaba y en este primer encuentro hacía entrega a Fina del detalle que tenía preparado para ella, una taza con unas flores. “¡Qué monada!”, exclamaba la albaceteña por el detalle de su cita, y Vicente no dudaba en confesar que encontraba a Fina “atractiva y guapa”.
Sin embargo y pese al detalle, la albaceteña no podía sacarse de la cabeza la vestimenta de Vicente. “Me gustan los hombres elegantes, y que sepan estar en cada momento en el lugar en el que están”, confesaba Fina.

La albaceteña no podía dejar de pensar en el complemento de su cita
En el transcurso de la cita, Vicente confesaba a Fina que nunca ha visitado Albacete, aclarando que ella sí había ido a la ciudad del Turia muchas veces porque es el lugar de residencia de su hermano. Así, descubrían que el hermano de Fina y una hija de Vicente viven en zonas muy próximas.
Pese a las buenas palabras del valenciano y los continuos halagos hacia su cita, Fina no podía dejar de pensar en ese complemento que no le había gustado desde el momento de su encuentro: Su gorra. Además, la albaceteña le confesaba que tampoco soporta la música alta ni las faltas de ortografía y que se sentía muy cómoda con él. Vicente estaba encantado con su cita y no paraba de lanzarle piropos, asegurando que “tiene hasta las arrugas atractivas”.
Cuando llegaba el momento de la decisión final Vicente confesaba la atracción que sentía hacia Fina, asegurando que se había sentido cautivado por los valores de la albaceteña. Sin embargo, no era lo que pensaba Fina, quien consideraba que no podrían tener una relación de pareja, algo que Vicente comprendía.