¿Está muriendo más gente de lo normal?; este prestigioso médico de Albacete le dio a Iker Jiménez la respuesta

La reflexión del jefe de Neurología del Hospital de Albacete sobre esta situación

El jefe de Neurología del Hospital de Albacete, Tomás Segura, participaba en el programa ‘Horizonte’ dirigido por Iker Jiménez para abordar la delicada cuestión de por qué se está produciendo en nuestro país un exceso de mortalidad.

Definía Iker Jiménez al doctor Segura como “una eminencia en toda la Neurología”, y añadía que “ha demostrado ser un valiente, un gran profesional y nos ha dado muchas lecciones en esta época de pandemia”. Así, preguntaba al doctor Segura sus personales teorías sobre lo que puede estar pasando en relación al exceso de mortalidad en nuestro país.

Tomás Segura, jefe de Neurología del Hospital de Albacete / Foto: ‘Horizonte’ CUATRO

Un “colapso de la medicina”, la primera hipótesis de este doctor del Hospital de Albacete

“Me planteaba como ciudadano y como médico tres grandes posibilidades”, exponía el jefe de Neurología del Hospital de Albacete. De este modo, desgranaba que la primera “sería que se ha producido un colapso de la medicina”, y explicaba que “la medicina es controlar a los pacientes, tomarles la tensión, ver que el azúcar está bien, que se hacen las revisiones oncológicas necesarias, pero todo esto ya no pasa”.

Manifestaba el neurólogo que “en España la medicina pública de urgencia funciona muy bien, pero la programada no tan bien”. Al respecto, ponía de manifiesto los problemas con las listas de espera, indicando que “pueden influir mucho en que los cuidados se vengan abajo”. Detallaba que “la sanidad pública de nuestro país era extraordinaria, el problema es que después del COVID-19 ha colapsado”, por lo que “si de repente ya no hay esa sanidad que mantenía a la población más envejecida de Europa, que es la de nuestro país, ha podido aumentar la mortalidad”.

¿Están las vacunas del COVID-19 detrás de esta elevada mortalidad?

La segunda de las posibles causas al exceso de mortalidad que trasladaba el doctor Segura era “quizá la más polémica”, confesaba. De este modo, reflexionaba que “esta situación ha pasado en un contiene en el que prácticamente todo el mundo se ha vacunado frente al COVID-19”, y puede deberse a lo que “los antivacunas llaman ‘repentinits’”, puntualizaba. 

“Le he dado muchas vueltas a esto”, exponía. Además, desvelaba que “de hecho, tenemos la increíble fortuna en mi hospital de que el Servicio de Medicina Interna y el de Inmunología han sacado sangre a muchos médicos y enfermeras antes de vacunarlos, el día después de vacunarlos, la semana después, un mes y tres meses después”. 

Gracias a este procedimiento “tengo sueros de todas esas personas, los he analizado y he ido a mirar si la sangre se ha hecho más protrombótica después de ponerle la vacuna”, indicaba. De este modo, confirmaba que “no hay variaciones en estos biomarcadores, es decir, no parece que la sangre cambie después de la vacuna”.

En relación a los posibles efectos generados por algunas de las vacunas contra el COVID-19, como fue el caso de la de AstraZeneca, comentaba que “cuando una persona tiene una infección o se le provoca una infección en teoría controlada con una vacuna, es una reacción normal del organismo que cuando se dicta esta infección se produce un estado protombótico”. Por tanto, subraya que “es una reacción normal que la sangre intente ir más lenta, que se produzca un estado coagulatorio en cualquier infección”.

Tomás Segura, jefe de Neurología del Hospital de Albacete / Foto: ‘Horizonte’ CUATRO

Las posibles secuelas del COVID-19 y el exceso de la mortalidad

Sobre la tercera posibilidad exponía que “prácticamente todos hemos pasado el COVID-19”, y se preguntada: “¿Está detrás de este incremento de la mortal un efecto retardado de esta infección?”. Así, ponía el doctor Tomás Segura como ejemplo la gripe, detallando que “todos los años, cuando hay una epidemia de gripe, hay gente que se muere de las complicaciones de la gripe, muchas de ellas vasculares”.

Por tanto, consideraba que “la pregunta que hay que hacerse es ¿de qué se muere la gente en España normalmente?”. En relación a este asunto señalaba que las tres principales causas de muerte en nuestro país son “el cáncer, el infarto de miocardio y el infarto cerebral”. Por este motivo, ponía de manifiesto que “si se está muriendo un 10% más de gente de la que debería morirse, yo iría a mirar una de estas tres causas”.

La importancia del certificado médico de defunción para determinar las causas del fallecimiento

En relación a ello indicaba que “no tenemos datos, no tenemos un registro nacional del número de ictus”, sino que “los datos que tenemos son los que da el Instituto Nacional de Estadística, normalmente con dos años de retraso porque tiene que analizar el certificado médico de defunción”. Sobre este documento, aclaraba el doctor Tomás Segura en ‘Horizonte’ que “no se rellena siempre con el rigor que hay que hacerlo, entre otras cosas, porque cuando alguien muere en su domicilio el médico tiene que ir a firmar el certificado y tiene que constatar que se trata de una muerte instantánea”.

Sobre esta problemática desarrollaba que “cuando un médico se enfrenta a una persona que se ha muerto súbitamente se encuentra ante tres grandes posibilidades”. La primera de ellas es que “haya tenido una arritmia maligna y que el corazón haya dejado de latir”, la segunda es que “haya tenido una embolia de pulmón masiva que tapone la salida de la sangre”, y la tercera “es que se rompa una arteria de la cabeza”. En este último caso explicaba Tomás Segura que “la sangre sale a presión de la arteria aumentando mucho la presión intracraneal, esto desplaza el cerebro, se produce la parada respiratoria y el paciente muere de golpe”.

“Cuando una persona se muere de golpe lo que ha pasado tiene que ver con su corazón y con sus arterias, ya sea del pulmón, del cerebro o del corazón”, aclaraba. Por tanto, consideraba el jefe de Neurología del Hospital de Albacete que “si ha aumentado inesperadamente la mortalidad, pueden ser muertes de origen vascular y hay que determinar con qué puede tener que ver”.

Por tanto, remarcaba que “el problema es que de lo que nos nutrimos para saber el origen de la muerte es el certificado médico”, por lo que consideraba que “es muy importante entretenerse en ver cuál puede ser la causa del fallecimiento, y si el médico no está seguro de la causa lo que debe de hacer es pedir una autopsia judicial”.

De este modo, recordaba que “el COVID-19 es malísimo para los vasos y puede facilitar que la sangre sea un poquito más coagulante”, algo que puede complicar las dolencias de pacientes con edades más avanzadas. “Mi teoría, que es una teoría hasta que tenemos los datos oficiales, es que el exceso de mortalidad tiene que ver con el aumento de este tipo de patologías”, subrayaba.

“La ciencia es lenta pero es segura”, recordaba este neurólogo del Hospital de Albacete

En relación a la alarma social generada por la pandemia y por las vacunas consideraba que “ha habido una gran falta de información que ha dado pie a la especulación en un contexto de miedo y en una situación tan complicada como la que teníamos”, por tanto, confesaba que “entiendo que la gente esté nerviosa y reclame información”. Sin embargo, ponía de relieve que “modestamente realizo la investigación que puedo desde mi hospital y creo que tendré publicados unos 250 artículos, pero en los dos últimos años me he encontrado con gente que no trabaja en medicina y que jamás ha publicado en una revista médica me está explicando a mí lo que pasó en lo hospitales durante el COVID-19, o me trasladan el por qué están comprados todos los científicos del mundo para tapar una confabulación”.

“La ciencia es lenta pero es segura”, reflexionaba el jefe de Neurología del Hospital de Albacete. Por todo ello, se mostraba por dar tiempo a los profesionales científicos porque de este modo “finalmente sabremos lo que pasa”.

Marta Lopez

Periodista natural de Albacete. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Murcia con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación.
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