Cuando llega la festividad de Halloween se despierta, en algunos seres humanos, un misterioso deseo de vivir sensaciones escalofriantes. Es el caso de los vecinos del número 8 de la calle Acuario de Albacete, que han convertido su edificio en una auténtica casa del terror, por quinto año consecutivo.
Y es que, discreto y oculto en una aparente normalidad, en pleno barrio San Pedro, se encuentra el edificio más terrorífico de la ciudad, donde brujas, espíritus y criaturas de la noche deambulan estas noches, a sus anchas, hasta el amanecer. Los vecinos de este singular edificio son los culpables de la terrorífica idea. Miguel Ángel Sánchez Donate, vecino de la comunidad y parte activa de la decoración, recuerda que “la idea surgió en 2018 cuando Raquel, la vecina del bajo, decoró la puerta de su casa y el rellano de su planta al llegar Halloween. A mí, que me gusta mucho todo lo relacionado con el terror, me dio mucha envidia y comencé a decorar mi rellano también. Los vecinos al verlo se fueron animando, hasta que lo hablamos, y decidimos montarlo entre todos”.
Por su parte, Raquel García Sánchez, vecina y artífice de la idea, nos cuenta que “la aventura empezó al poner una bruja y unas arañas hechas con manualidades en la puerta de casa. Parece ser que gustó la idea, porque poco a poco los demás vecinos se fueron animando, y empezaron a decorar sus puertas y rellanos. A partir de entonces, decidimos ir a por todas y decorar todos juntos el edificio, hasta convertirlo en un ritual. Se podría decir que ya es nuestro acontecimiento anual. Además, nos lo pasamos genial decorándolo y pretendemos ir haciendo cosas más vistosas para superarnos cada año”.
La finca la componen 11 viviendas de vecinos, una comunidad que se mantiene muy unida, y en la que, normalmente, reina la concordia, una pieza clave para que algo así salga adelante. De esta forma, los vecinos del misterioso bloque se han puesto de acuerdo para convertirlo en una casa del terror digna de cualquier parque temático. Sánchez Donate explica que “cada vecino decora su rellano, y luego entre todos decoramos las zonas comunes. Se van aportando ideas, y las cosas que cada uno tiene en casa, y luego hacemos un pozo para ir a comprar, y que así sea un gasto equitativo. Más o menos nos solemos gastar unos 25 euros por vivienda. La verdad es que nos llevamos todos los vecinos muy bien. Además, con la decoración de Halloween estamos siempre todos de acuerdo, y tenemos claro que cada año va a ser más terrorífico. Los ratos que pasamos decorando son muy buenos, y unen mucho a la comunidad. De hecho, después de la decoración siempre nos salimos un rato al fresco”.
Con telas de araña, calaveras, fantasmas, payasos terroríficos, el Demogordon de Stranger Things, el asesino de Scary Movie, luces siniestras, música ambiental, brujas, manos cortadas, muertos vivientes recorriendo los pasillos, humo y hasta efectos especiales, el ascenso hasta la tercera planta de este edificio está lleno de sorpresas. Pero sin duda, la estrella de este año, y novedad con respecto a otros, es ‘La Llorona’, una aparición tenebrosa, atrapada entre el cielo y el infierno. “Hice esta muñeca con cosas que tenía de reciclaje, sábanas y retales, y la verdad es que ha quedado terroríficamente bien”, asegura Raquel García Sánchez, vecina y autora de la espeluznante muñeca.
Recrear un edificio que parece sacado de alguna de las mejores joyas del cine de terror, no es tarea fácil, así que dos semanas antes de llegar Halloween, los vecinos se ponen manos a la obra con los preparativos. García Sánchez pone de relieve que “hay que empezar pronto para que luego no nos pille el toro. Este año, un mes antes, ya estaba liada creando a la llorona. Siempre suelo ser la primera que empiezo a decorar, y unos 15 días antes de que llegue la fecha señalada, empiezan a mover ficha los demás vecinos. Aprovechamos y reciclamos cosas de años anteriores, tales como la zona zombi, pero siempre intentamos actualizar la decoración con sorpresas nuevas. Este año, además de ‘La Llorona’, tenemos un cementerio con lápidas en el pasillo, unas piernas que salen de la tierra, el rellano de la tortura con la guillotina, y calabazas decoradas en su interior”.
En el edificio viven muchos niños que “han participado activamente con mucha ilusión, y han sido el principal motivo para llevar a cabo esta loca idea”, apunta el vecino, añadiendo que “todo esfuerzo merece la pena con tal de arrancarles una sonrisa, o un susto. Pero, en realidad, aunque lo hacemos por ellos, al final los mayores también nos lo pasamos en grande. Además, no todo es decoración, ya que, tanto niños como mayores, nos ponemos nuestros disfraces más terroríficos, y una vecina hace de maquilladora oficial”.
Gracias a esta aterradora decoración, a lo largo de estos años, los habitantes de esta siniestra morada han vivido cientos de anécdotas. “Este año, al día siguiente de terminar la decoración, me levanté por la mañana para ir a trabajar temprano, y entre que iba medio dormido y pensando en otras cosas, no me acordé de la decoración, y yo mismo me pegué un susto de muerte al salir del ascensor. Eso sí, me fui bien despejado a trabajar”, asegura Sánchez Donate.
Son muchas las personas curiosas que, atraídos por las escalofriantes historias y misterios que esconde esta casa del terror, ya se han acercado a verla. “Los vecinos del barrio están encantados, y nos preguntan cada año por el montaje cuando se van acercando las fechas. De momento, los que la han visto se han ido atemorizados y encantados a la vez. Seguro que luego repiten con sus amigos y familiares como ha pasado en años anteriores. Viene gente de todo Albacete a verlo, incluso de pueblos cercanos. A todos nos gusta que venga gente a ver como ha quedado el edificio, y a mí personalmente me gusta mirar por la mirilla para ver los sustos”, concluye la vecina.
Las puertas de la casa del terror de Albacete están abiertas, un bloque de vecinos muy peculiar, que dejará aterrorizado a cualquier curioso que intente merodear estos días por el barrio San Pedro.
