El Pasaje de Lodares en una de las mayores joyas arquitectónicas que alberga Albacete capital y son cientos de vecinos y visitantes los que cada día pasan por esta preciosa galería comercial de Albacete, pero quizá muchos sean los que desconocen la leyenda del clavo mágico, que relaciona al pasaje con la masonería y las fuerzas telúricas.
Dicho clavo es un vetusto y dorado vestigio metálico que está ubicado en la fachada del Pasaje de Lodares de la calle Mayor, junto a una de las columnatas de la entrada a la galería existente en esta calle, al que el paso del tiempo le ha pasado factura y que está aparentemente pulido debido a todas las personas que en él frotan sus pertenencias personales para que la buena suerte impregne las mismas y la fortuna acompañe a sus dueños; especialmente los décimos de la lotería y otros tipos de apuestas que se pueden comprar o hacer en la administración que existe en el interior del propio pasaje.
El origen de este clavo es a ciencia cierta desconocido, al igual que los motivos que le llevaron a ser puesto ahí, ya que su presencia es única y no hay más elementos similares en todo el Pasaje de Lodares de Albacete. Solo está ese y, como decimos, está en la fachada de la calle Mayor.
Mikel Barriola, arquitecto y profundo conocedor de la historia del Pasaje Lodares, comentaba fechas atrás a El Digital de Albacete la leyenda que versa sobre dicho clavo y lo encuadraba dentro de la masonería, y apuntaba a la superstición cuando se estaba construyendo este mítico edificio de Albacete el motivo de su origen.
Así pues, Barriola argumentaba que “todo el mundo lo conoce por el ‘Clavo Mágico’ y hay gente que apunta a que puede ser un punto de medición entre ciudad y ciudad, o que puede ser un punto de medición entre este emblemático Pasaje de Lodares y otro edificio… pero en realidad hay una leyenda urbana que carcome la imaginación de los albaceteños y que relaciona a este clavo con los masones”.
Barriola añade que “la leyenda dice que fue un hermano masón, un maestro, el que cuando comenzó la construcción del edificio lo clavó ahí para conectar las obras con las fuerzas telúricas de la naturaleza, con las fuerzas del subsuelo, para que emanara la energía y que irrigara a todo el edificio de buena suerte y todo saliera bien; como así fue”.
El propio Barriola reconoce que son muchas las personas que frotan cada día en él objetos personales, décimos de lotería o apuestas en juegos de azar buscando la fortuna, un gesto que cuesta muy poco y que ¿quién sabe?, a lo mejor alguna vez puede ser efectivo. “Las fuerzas telúricas del maestro masón aquí, en el Pasaje de Lodares, pueden ser muy poderosas”, concluye al respecto Mikel Barriola.