El Albacete Balompié conseguía sumar un meritorio punto ante el C.D. Tenerife (1-1) en un encuentro marcado por la expulsión pueril de Maikel Mesa en el minuto 42, que lejos de encerrar al Alba atrás, supuso una demostración de coraje y valentía del conjunto dirigido por Rubén Albés.
Afrontaba el Albacete Balompié con optimismo el choque ante el C.D. Tenerife tras las victoria de la jornada anterior en Leganés que fue todo un espaldarazo para los blancos. Los de Albés querían refrendar las buenas sensaciones en casa y conseguir, al fin, una victoria en su estadio tras los últimos tropiezos en el coliseum de la Avenida de España.
Y con la máxima de que lo que funciona no hay que tocarlo, el técnico blanco no modificó el once que consiguiera la victoria en Butarque. Así pues, Barnabé formó bajo palos, con Álvaro, Djetei, Boyomo y Julio Alonso en defensa; Maikel Mesa, Olaetxea, Riki y Manu Fuster en la media; y Juanma y el pingüino Dubasin en punta de lanza. La afición respondió y fueron 9.344 espectadores los que se dieron cita en el Carlos Belmonte en una plácida tarde en lo meteorológico.
EL TENERIFE COMIENZA DOMINANDO
Comenzó el partido con el balón controlado por parte del C.D. Tenerife. Los de Ramis tenían bien estudiado al Alba y salieron con la consigna clara de presión en la creación de juego de los blancos, algo que propició varios robos e imprecisiones que llevaron a los visitantes a crear un ambiente incómodo para los de Albés durante los primeros compases del partido.
EL ALBA SE SACUDE LA PRESIÓN E INTENTA GENERAR PELIGRO
Hubo que esperar hasta el minuto 12 para que llegara la primera ocasión para el Albacete Balompié. Disparo de Juamna escorado en el perfil derecho del interior del área que repelió Juan Soriano. Dos minutos después el guardameta del Tenerife fue también protagonista con una fea acción con Dubasín.
Ambos jugadores saltaron a por un balón aéreo y el meta canario, tras despejar de puños, arrolló al delantero blanco. Lejos de interesarse por su estado tras el fuerte golpe, el portero visitante se dedicó a recriminar a Dubasin, quien se encontraba tendido en el suelo por un golpe que evidentemente se produjo. El Carlos Belmonte, desde ese momento, recordaría al meta del Tenerife, cada vez que el cuero pasaba por él, lo inapropiado de su comportamiento.
VUELTA AL DOMINIO TINERFEÑO
Fue en el 22 cuando un error en la salida del balón del Alba propició una jugada de peligro para el C.D. Tenerife. Romero y Enric Gallego aprovecharon el desconcierto defensivo para que el último llevara el ¡uy! a las gargantas de los aficionados canarios desplazados hasta Albacete con un disparo que se marchó cerca del palo izquierdo de Bernabé. La jugada sirvió para sacudirse el dominio local para el Tenerife, que tras ésta disfrutaría de dos saques de esquina consecutivos e improductivos para los de Ramis. El partido había entrado en una fase de tú a tú entre dos conjuntos que no especulaban.
CLASE MAGISTRAL DE AITOR SANZ Y OLAETXEA SE VISTE DE HÉROE
El Tenerife había recuperado el pulso del partido, tanto que tuvo una extraordinaria ocasión para adelantarse en el vetusto luminoso del Carlos Belmonte tras una jugada soberbia de Aitor Sanz, que comenzó con un autopase en su campo lleno para enseñar en las escuelas y que llegó con el balón hasta el área, donde cedió el balón para un remate de gol claro de Waldo que sacó acrobáticamente bajo palos Ander Olaetxea tras tocar el cuero en Djetei. El vasco salvó al Albacete en el 29 de un gol más que cantado.
MAIKEL MESA COMETE UN ERROR INFANTIL Y SE VA A LA DUCHA ANTES DE TIEMPO
Cuando el partido transitaba hacia el descanso se produjo una jugada que marcó tremendamente el choque. Maikel Mesa realizó una entrada por detrás, y sin posibilidad de tocar el balón, a Appiah. El jugador del Alba quería frenar el contraataque tinerfeño pero se pasó claramente de frenada con una entrada en propio campo del Tenerife que le valió su expulsión, tan justa como pueril, que condicionaría el partido desde ese momento, el 42 de la primera parte.
Antes de la finalización de la primera mitad Bernabé realizó una excelente intervención para sacar un balón aéreo que se colaba en su portería. El meta del Alba voló para despejar a córner el balón envenenado de Aitor Sanz, que volvía a sacar su clase a pasear.
ALBÉS NO QUISO HACER CAMBIOS EN EL DESCANSO, RAMIS SÍ
Tras el paso por los vestuarios y a pesar de la expulsión de Maikel Mesa como condicionante, Rubén Albés no movía el banquillo y prefería pasar a Juanma a banda para presentar un 4-4-1.
Por su parte, Luis Miguel Ramis, consciente de la oportunidad que le daba la superioridad numérica, dio entrada a José Ángel por Javi Alonso.
UN ALBACETE BALOMPIÉ LLENO DE PERSONALIDAD Y VALENTÍA
Comenzaba la segunda mitad con un Albacete Balompié dispuesto a demostrar que un empate no era botín suficiente, a pesar de jugar con diez, por lo que los blancos buscaban tener el balón y alcanzar la meta del Tenerife, asumiendo unos riesgos evidentes pero seña de identidad en un equipo que esta temporada, a diferencia de la anterior, cuenta con una propuesta y personalidad futbolística vistosa y atractiva para el espectador.
Al Albacete Balompié parecía que la expulsión no le había afectado y era el protagonista del primer tramo de la reanudación y dispuso de ocasiones, sobre todo desde la esquina, y con la polémica de una caída en el área de Juanma tras error en la zaga canaria. El colegiado mostró cartulina al jugador local por simular penalti y la repetición no dejaba lugar a la duda de que no hubo contacto entre el portero visitante y el jugador blanco, como tampoco reclamó penalti Juanma.
Con el paso de los minutos la lógica se iba imponiendo y poco a poco el C.D. Tenerife hacía valer su superioridad para gozar de más tiempo de posesión y generar cierto peligro por banda derecha, aunque si ocasiones manifiestas.
PREMIO A LA VALENTÍA DEL ALBACETE CON UN GOLAZO DE MANU FUSTER
Pero el Alba no estaba dispuesto a bajar los brazos y resignarse a la lógica inferioridad. La dupla Dubasin y Manu Fuster llevó el delirio a la grada cuando este último lograba el gol tras un disparo perfecto y ajustado a la cepa del palo izquierdo que besaba las mallas a pesar de la estirada de Juan Soriano y el agarrón de Aitor Sanz. El Albacete obtenía así una merecida recompensa momentánea a la propuesta valiente de Albés tras la expulsión.
Precisamente Albés volvía a lanzar un mensaje al equipo con su primer cambio en el minuto 68, introduciendo a Higinio por Juanma, nada de más defensas o jugadores de contención, un delantero que desplazaría en banda a Dubasin pero que mantendría el dibujo de un conjunto con personalidad, para algunos temerario, para otros valiente.
JARRO DE AGUA FRÍA DEL TENERIFE
Llegó un jarro de agua fría para el Alba en el 70. Borja Garcés remataba en plancha al fondo de las mallas un balón colgado desde banda izquierda. Los tinerfeños empataban el choque y el escenario parecía propicio para el conjunto visitante, que disponía de 20 minutos por delante para consumar la remontada, pero el Alba no iba a renunciar fácilmente a la búsqueda de la meta rival.
Fue en el 74 cuando Bernabé sacó con el pecho una ocasión clarísima para el C.D. Tenerife, de nuevo en las botas de Borja Garcés, al que Ramis había dado entrada minutos antes y el jugador la razón al técnico con un gol.
Los minutos pasaban y el esfuerzo generoso de los jugadores del Albacete Balompié comenzaba a pasar factura. Cada vez eran más evidentes los huecos y el Tenerife los aprovechaba para acercarse a la meta de Bernabé. Este hecho fue leído por Rubén Albés que decidió terminar con los riesgos e intentar aguantar el punto que en esos momentos estaba consiguiendo su equipo. Movió el banquillo y entraron Glaudier y Javi Martínez por Dubasin y Riki.
De nuevo tuvo que sacar Bernabé su clase para evitar el tanto del Tenerife. Fue tras un gran golpeo de falta al borde del área de José Ángel que el meta manchego despejó tras una vistosa palomita. Era el minuto 83 y el Alba comenzaba a achicar agua frente a un Tenerife que había metido una marcha más en busca de la remontada. Albés seguía moviendo sus piezas y daba estrada a Maestre y Fran Álvarez por Manu Fuster y Olaetxea.
Pero el Albacete Balompié resistió con coraje los últimos minutos y conseguía sumar un punto más que merecido ante un C.D. Tenerife que no pudo sacar partido a la superioridad numérica, más por mérito de los locales que por demérito de los visitantes.
/Fotos: Ángel Chacón/