El valor de Sergio Serrano abre la Puerta Grande de Albacete en una mansada de Jandilla

El albaceteño cortó una oreja en cada toro de su lote

Tras el llenazo de ayer jueves, hoy de nuevo se ha vuelto en la Plaza de Toros a la realidad de lo planteado por Casas y Amador en los despachos y el cemento ha vuelto a aflorar en el coso de la calle Feria.

Y es que la corrida de dos artes no termina de cuajar en esta plaza, ya que el público de los rejones y el del toreo a pie son muy distintos y en muchas ocasiones el que les gusta a unos no les gusta a otros fieles y viceversa.

Así pues, con tres cuartos del aforo cubiertos, la penúltima de Feria contó con el paseíllo y los regresos de Diego Ventura y Alejandro Talavante y la primera comparecencia de las dos que tiene contratadas el albaceteño Sergio Serrano; apoderado por Manuel Amador.

Abrió plaza Bienplantao, un toro de 556 kilos de peso de Los Espartales, herrado con el número 30 y nacido en marzo de 2018.

Un tanto abanto, el toro no ayudó nada a Ventura, que con los lusitanos tordos de 11 y 6 años respectivamente ‘Lío’ y ‘Guadiana’ trató de hacer las delicias del respetable en el tercio de banderillas. Antes, nada hubo digno de reseñar.

Por si fuera poco, falló el caballista portugués con el rejón de muerte y hubo de descabalgarse para poner pie a tierra y descabellar, fallando también con el verduguillo y terminando resumido todo en pitos para el toro durante el arrastre y silencio para Diego Ventura.

‘Traicionero’ fue el segundo de la tarde, primero del lote de un Alejandro Talavante que volvía a Albacete después de estar varias Ferias ausente entre su retirada y la pandemia. Concretamente, su última comparecencia en esta plaza había sido el 17 de septiembre de 2018 junto a El Juli y Perera con toros de Parladé.

De 496 kilos de peso, capa negra meana, herrado con el número 25 en los costados y nacido en noviembre de 2017, al de Jandilla le costó entrar al capote y protestó en varas y banderillas,  no mostrando en los compases iniciales signos de poder favorecer el triunfo.

Sin embargo, algo debió verle Talavante, que se fue a los medios y brindó el astado al público en un acto de reencuentro después de casi 4 años sin poder disfrutarse mutuamente.

Con torería y clase, no tardó Talavante en meterlo en la muleta y dejó dos buenas tandas por el pitón derecho, pasando luego a montar los trastos en la zocata y no dejando que el de Jandilla le tocara los engaños.

Aunque el toro pasaba no lo hacía con transmisión y tampoco Talavante supo dársela, por lo que la faena del extremeño en el primero de su lote estuvo más cercana al ni fu ni fa que a otra cosa. Tampoco hubo una conexión especial con los tendidos, salvo con los cuatro de siempre que parece que vienen a la plaza a escuchar música más que a velar por mantener el rigor que cada día está más perdido en el coso de la calle Feria.

Tras una faena inconexa e incompleta falló además con el estoque, por lo que el reencuentro de Albacete y Talavante fue soso, insulso y falto de chicha. 

Vestido de catafalco y oro, o de tristeza y oro que dirían los antiguos, Talavante parece que presagió que su regreso a Albacete estaría teñido de oscuro en el primero de su lote.

Hubo pitos durante el arrastre para Traicionero y silencio para el torero nacido en Badajoz.

Imperial fue el toro que precedió al intermedio, un astado de Jandilla de 489 kilos de peso, herrado con el 136 en los costados y nacido en marzo de 2017.

Premió el público a Sergio Serrano con una ovación antes de la salida del morlaco por aquello del paisanaje y el torero, de marino y oro, recibió al astado con una larga cambiada de rodillas con el capote en los terrenos del tendido 1.

En el tercio de varas la pelea del de Jandilla con el del castoreño fue la mínima, recibiendo poca dosis de puya, al igual que en banderillas, que con 4 palitroques en los lomos se cambió el tercio.

Brindó Serrano el toro a Pascual Martínez Masegosa, cirujano jefe de la Plaza de Toros de Albacete y que tantas y tantas veces ha velado por la salud de los diestros en el coso y fuera de él.

Tras el brindis se fue el torero a la boca de riego y empezó de manera vibrante la faena de muleta, ya que clavó las rodillas en el suelo y se pasó muy cerca al astifino ‘Imperial’.

Metió enseguida Sergio Serrano al toro en su capa, pero todo era más fácil por el pitón derecho ya que por el izquierdo el toro tenía lo justito. 

A pesar de lo que pudiera parecer, el Jandilla no era fácil y hubo que saber entenderlo y tirar de valor, ya que obligó a pisar terrenos complicados y a llevarle siempre la cara muy tapada, pues al mínimo hueco que veía buscaba salirse del recorrido de los engaños.

Con el estoque de acero ya montado tiró Sergio Serrano de alardes para poner fin a su faena antes de la suerte suprema, arrancando nuevamente los aplausos de los tendidos.

Dejó el de Albacete una estocada entera y algo desprendida, cayendo la espada al rincón de Ordóñez y haciendo doblar al de Jandilla con relativa prontitud, lo que propició que los pañuelos blancos inundaran los tendidos para conceder una oreja. Hasta ahí todo normal, lo preocupante vino después, cuando toda la plaza siguió reclamando una segunda oreja que ni muchísimo menos era merecida. ¡Quién te ha visto y quién te ve, Albacete!. Por muy paisano que sea, la faena de Sergio Serrano no fue de dos orejas y él, como buen torero y aficionado que es, también lo sabe.

A lomos de ‘Guadalquivir’, un luso-árabe de 9 años alazán de capa y de su propio hierro, Diego Ventura recibió a ‘Refranero’, un toro de Los Espartales de 517 kilos de peso, negro de capa, nacido en febrero de 2018 y herrado con el 34 en los costillares.

Correoso de salida, el toro no estuvo por la labor de fijarse en el caballo hasta que Ventura casi se metió en su morro y le puso dos rejones de castigo, pero ni aún así el morlaco mostró especial interés por la grupa.

Para la primera parte del tercio de banderillas optó Diego Ventura por cabalgar sobre Velásquez, un caballo luso-árabe tordo vinoso de capa de 6 años y también del hierro del rejoneador portugués afincado en Sevilla.

A base de pases y pases ante su cara pudo meter en celo Ventura al de Los Espartales, que seguía mostrando más interés en cualquier cosa que pasase en el callejón que centrarse en la doma y monta del caballista.

A lomos de Nómada y Bronce discurrió la segunda parte del tercio de banderillas, siendo el primero un lusitano alazán de 5 años del hierro de Diego Ventura y el segundo, un lusitano bayo de 9 años del hierro de Manuel Braga, con los que el portugués trató de ir de poder a poder a por el toro para ensalzar lo que parecía imposible y lo consiguió, llegando los mejores momentos sobre el ágil bronce, lanzando incluso el corcel algún que otro bocado a la testuz del toro.

Para las banderillas cortas y la suerte suprema, Ventura optó de nuevo por el tordo lusitano de 6 años ‘Guadiana’, clavando en buen sitio y haciendo rodar sin paliativos al soso oponente.

El público tiñó de blanco los tendidos y tras conceder Genoveva Armero una oreja reclamó con fuerza la segunda en lo que se ha convertido el deporte nacional de esta Feria, regalar orejas. Por suerte, Armero se mantuvo firme y sólo concedió una oreja a Diego Ventura. Suficiente. Más de eso hubiera sido un exceso.

‘Ocurrente’ fue el quinto de la tarde, de la ganadería de Jandilla, herrado con el número 1 en los costados, nacido en diciembre de 2017, negro mulato y de 524 kilos de peso.

Nada digno de reseña pasó con el capote, el tercio de varas o el de banderillas, salvo que todo fue muy desordenado en la lidia, comenzando con la capa Talavante sin hacer brindis alguno e intentando bajar la cara de un ‘Ocurrente’ que llegó al último tercio con el morro por los cielos.

Talavante fue incapaz de hacerle humillar ni de darle temple, por lo que todo lo que pasó sobre el albero estuvo alejado de la belleza y de los buenos derroteros de la tauromaquia.

Con esos ingredientes, el torero de Badajoz decidió tirar por la calle de enmedio y emulando más o menos a Morante quitarse al bicho de en medio sin probar a hacer muchas cosas más.

Anduvo horrible Talavante con los aceros y tuvo que entrar hasta en 6 ocasiones a matar hasta poder clavar algo que le permitiera poder hacer doblar las manos al de Jandilla. 

El público, crítico con el de Badajoz por su escaso despliegue de medios en este quinto de la tarde, le mostró su descontento con una sonora, justa y merecida pitada.

Para cerrar plaza saltó al albero ‘Maltrecho’, de Jandilla, que dejó 543 kilos al pasar por la báscula, herrado con el número 62 en los costados y nacido en octubre de 2017.

Lo recibió Sergio Serrano rodillas en tierra a portagayola y quiso gustar después con el percal, consiguiéndolo y cuajando la que hasta el momento ha sido una de las mejores faenas con el capote de toda la Feria aunque todo sea dicho, el listón no estaba muy alto ya que en la tauromaquia moderna eso de las Verónicas, la Tafalleras, las Chicuelinas y las Gaoneras se está perdiendo cada vez más.

En banderillas, los subalternos de Serrano anduvieron eficaces y aunque no hubo lucimiento no restaron pases al de Jandilla.

Brindó Sergio Serrano al público y era evidente que el de Albacete quería agradar en su plaza y a sus paisanos, poniéndose el listón del valor muy alto y yendo a por todas desde que cogió la franela para dirigirse a los medios.

Se arrimó Sergio Serrano al de Jandilla y pisó terrenos de tragar saliva, viéndose en más de una ocasión en peligro porque el toro, a la mínima que tenía, hacía por ir a por él.

No se amilanó Serrano y su profesionalidad y ganas de abrir la puerta grande estuvieron por encima del miedo a terminar en la enfermería y perderse la corrida de mañana con el encierro de Victorino.

Entró a matar con todo, dejó una buena estocada, el toro rodó casi sin puntilla, cortó una merecida oreja por el derroche de valor y las ganas de hacerlo todo bien, y salió a hombros entre los vítores de sus paisanos.

Mañana, nueva cita de Sergio Serrano con la Plaza de Toros de Albacete. Mano a mano con Rubén Pinar y frente a un encierro de los toros de la ‘A’ coronada.

/Fotos: Ángel Chacón/

Nacho Lopez

Nacido en Albacete. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
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