Las lágrimas han sido las protagonistas de los dos últimos finales de temporada del Albacete Balompié, la pasada de tristeza tras el descenso y la presente de alegría después del ‘Riazorazo’ ante el Deportivo de La Coruña.
Un año y 18 días después el Albacete Balompié ha regresado a Segunda División, 386 días que empezaron con lloros y que han terminado del mismo modo. Eso sí, por dos motivos bien distintos.
Corría el 21 de mayo de 2021 y tras empatar en el Carlos Belmonte a uno ante el Lugo y las victorias de Alcorcón y Logroñés, el Albacete Balompié se convertía en el primer equipo que descendía a Primera RFEF; algo que ocurría tras una temporada nefasta y en la que el cuadro blanco tuvo hasta 4 entrenadores después de pasar por el banquillo Lucas Alcaraz, López Garai, Alejandro Menéndez y Fran Noguerol.
Tras el pitido final, las lágrimas inundaron los rostros de unos jugadores y una afición que no por esperado sintió menos dolor por un descenso de categoría que teñía de negro el futuro deportivo más inmediato del Albacete Balompié.
Y se volvió a sembrar, como tituló el club blanco su campaña de abonos, y nuevos jugadores, entrenador y otros mimbres llegaron al club para renovar ilusiones, algo que se consiguió en mayor o menor medida pero que consiguieron devolver al club a la categoría de plata del fútbol español después de una temporada que ha tenido muchas alegrías, varios sin sabores y más de un disgusto después del aciago final de la temporada regular. Sin embargo, no ha podido tener mejor final; aunque eso sí, los corazones de muchos habrían agradecido que la victoria ante el Dépor hubiera sido un poquito menos épica y más tranquila. Pero lo que cuenta es que el objetivo se ha conseguido.
Así pues, tras el pitido final en Riazor y con el ‘Albacetazo’ ante el Deportivo de La Coruña en la sede neutral menos neutral del mundo, las lágrimas volvieron a cubrir los rostros de todos aquellos que amamos al Albacete Balompié y sentimos como nuestro el escudo del murciélago, pero eso sí, esta vez de alegría y con tintes de añoranza al recordar a aquellos que ya no están entre nosotros y que desde pequeñitos nos inculcaron el amor por los colores del Alba.