Fue el primer reducto cinéfilo que abrió en Albacete a comienzos de la década de los 80. Ha sobrevivido el cambio de formatos, la aparición de la televisión privada, varias crisis económicas, la piratería, las plataformas digitales y hasta una pandemia mundial. Ahora, 41 años después, el último gran videoclub de la ciudad cierra sus puertas definitivamente.
Cuatro décadas dedicándose al alquiler y venta de películas en Albacete
Su artífice, Sebastián Jiménez, nació en Minaya (Albacete) en un ambiente cinematográfico, ya que sus padres tenían una sala de cine en el pueblo. Ahora, con 65 años, se jubila tras cuatro décadas dedicándose al alquiler y venta de películas en sus diferentes formatos. Su aventura comenzó en el año 1981, cuando montó, junto a su hermano José Luis, la ‘Cineteca Manchega’. Estaba situada en una entreplanta de la calle Mayor, y trabajaban con películas de ‘Super 8’, llevando el cine a colegios, asociaciones, e instituciones a los que, según cuenta Sebastián, “se les hacía una programación trimestral, mensual o anual”.

Ya en 1982 apareció el video VHS, un boom a nivel comercial. “El local se nos quedó pequeño, y, aunque lo seguimos manteniendo, abrimos otro en la calle Periodista Antonio Andújar. Un local de más de 80 metros cuadrados, muy grande para este tipo de negocio en esa época. Más tarde llegó el sistema ‘Beta’ y el ‘2000’, y llegamos a tener títulos en los tres formatos, para que los clientes encontraran la película en el sistema que tuvieran. Poco a poco fueron desapareciendo, primero cayó el ‘2000’, y luego el ‘Beta’, imponiéndose por muchos años el VHS”, indica.
¿Por qué ‘Cinetecas’?
El nombre ‘Cinetecas’ surgió del propio Sebastián Jiménez, un enamorado del cine europeo, en especial del cine francés y de la ‘Cinémathèque française’. “Cuando comenzamos con el negocio quise hacer un guiño a la ‘Cinemateca Francesa’ que tanto me gusta. Jugando con las palabras me hizo gracia lo de ‘Cineteca Manchega’, y así se quedó. Más tarde, cuando llegó el video y empecé a abrir más locales, acorté el nombre y lo puse en plural. Una dato curioso es que el logotipo se ha mantenido desde el principio”, aclara.

Llegó a contar con cuatro tiendas en Albacete
En los años 80 se pusieron de moda los videoclubs. Sebastián Jiménez aprovechando ese tirón llegó a tener cuatro establecimientos de ‘Cinetecas’ funcionando al mismo tiempo. “Intentamos que cada zona de Albacete tuviera el suyo, hasta que ya por necesidades del mercado, se fueron cerrando hasta que solo quedó uno”, lamenta.
Aunque ahora solamente quedaba el establecimiento de la Plaza de la Constitución, ‘Cinetecas’ llegó a contar con cuatro tiendas en Albacete y un número importante de trabajadores. “Como estaba funcionando muy bien, abrí otra tienda en la calle Pedro Coca, a la altura de donde estaba el antiguo ambulatorio, y más tarde otra en Antonio Machado. Luego la de la entreplanta de la calle Mayor la bajé a la calle Tinte. Después fusioné las tiendas de Antonio Machado y Pedro Coca, en un local mayor en una zona intermedia, la calle María Marín. Posteriormente, cuando abrió el pasaje ‘Unikos’, que comunicaba la calle Concepción con la calle Mayor, trasladé la tienda de la calle Tinte a ese pasaje”, detalla.

A principios de la década de los 90 se construyó, en la céntrica plaza de la Constitución, el edificio ‘Toscana’, una zona, según el empresario, “con muchas posibilidades. Llevaba muchos años de alquileres, y decidí comprar un local en obra. Una vez construido, quité la tienda del pasaje ‘Unikos’ para montarla en el nuevo local”.
La llegada del DVD
En el año 2000, con la llegada del DVD, trasladó el videoclub de la calle Antonio Andújar a un local más grande en la calle San Sebastián, donde había mucho espacio. Jiménez recuerda que “aunque era minoritario, el DVD empezó a surgir poco a poco, llegando a convivir con el VHS, que además ocupaba mucho más espacio. También teníamos los videojuegos de las tres o cuatro consolas que había por aquel entonces”. Ya en 2010, desapareció el de María Marín, porque “el trabajo me absorbía demasiado como para poder llevar tantos locales. De este modo, entre 2010 y 2016 estuvieron funcionando, el de la calle San Sebastián, que cerró en 2016 tras la jubilación de mi hermano Julián, y el de la plaza de la Constitución, que es donde he empleado todas mis fuerzas hasta ahora”, subraya.

El último videoclub de Albacete
Al final solo quedó el de la plaza de la Constitución, un rincón especial, como si de una pieza de museo se tratase. Jiménez hace hincapié en que “además de ser el último videoclub que queda en Albacete, también es uno de los últimos de España. Como estamos en pleno centro, la gente que viene de fuera se extraña y pasa a verlo. También se sorprenden de ver tanto material. No hay que olvidar que en este establecimiento se ha quedado el material de los cuatro videoclubs”.
Y es que, entre tienda y almacén, en estos momentos ‘Cinetecas’ cuenta con más de 23.000 títulos. El propietario destaca que “es imposible contabilizar todo lo que hay en stock, porque existen varias copias de cada título. Eso únicamente contando el material en alquiler, porque luego en venta hay más”.

El primero en abrir, el último en cerrar
Aunque no ha sido fácil, tras más de cuatro décadas rodeado de cintas y adaptándose a las circunstancias, Sebastián Jiménez puede estar orgulloso de haber cumplido su deseo de aguantar hasta el final. El empresario admite que “era una espinita que tenía clavada. Si fui el primero en abrir, tenía que ser el último en cerrar, y finalmente lo he conseguido. Hubo un tiempo en el que llegó a haber más de 60 videoclubs en Albacete, ya que era un negocio que funcionaba, pero hace un par de años cerró el último videoclub que había además de nosotros, y ya nos quedamos solos”.
A lo largo de su andadura, muchas han sido las películas de éxito que han pasado por el mítico videoclub. “Como venta multitudinaria, siempre recordaré tres lanzamientos fundamentales: ‘La Bella y la Bestia’, ‘El Rey León’, y ‘Titanic’. En la sección de alquiler, uno de los títulos que supuso un auténtico bombazo en VHS fue ‘Acorralado’, el inicio de la saga de ‘Rambo’. Había como mucho un par de copias por película, y llegué a tener reservas para tres meses”, señala.

Un final de película
Un final de película cuyo adiós entristece sobre todo a los que fueron adolescentes entre los años 80 y primeros 2000. Aquellos que en su día deseaban que llegara el fin de semana para ir a un lugar llamado videoclub, escoger el último lanzamiento cinematográfico, llegar a casa y poner el reproductor de video en marcha para ver una película cenando pizza. Jiménez resalta que “hay una clientela fija que nunca se ha perdido, y a los que les ha dado mucha pena que cerremos. Por eso, hasta último día voy a estar alquilando películas, para que la gente devuelva la película por última vez en el buzón de su videoclub”.
A partir de 2012, con la llegada de la era digital, los videoclubs fueron bajando paulatinamente. “Si lo he mantenido es porque siempre me ha gustado. He pasado por distintas épocas, buenas y malas, pero siempre he salido a flote. En la época dorada del video llegué a estar los sábados hasta las 2 am trabajando, y el domingo por la mañana ahí estaba de nuevo. Un horario que podía llevar cuando era más joven, pero ahora sería imposible. Me llevo un montón de recuerdos, y aunque lo voy a echar de menos, no me arrepiento de la decisión porque ya estoy cansado. He llegado hasta donde podía llegar con un negocio al que le he dado mi vida”, concluye.

El sábado 30 de abril, la trayectoria de este icono de la ciudad llega a su fin. No obstante, no está todo perdido. Todos aquellos románticos, cinéfilos que disfrutaban del ritual de pasear entre las cintas de vídeo para elegir un título, están de enhorabuena. Aunque físicamente ‘Cinetecas’ ya no existirá, a partir de ahora el stock seguirá disponible a través de una web, repleta de clásicos y títulos descatalogados: Cinetecas.es











