El barrio de San Pablo celebraba este Viernes Santo el Via Crucis viviente.
Decenas de personas en el silencio de la meditación y la contemplación acompañaron los misterios de la pasión y muerte de Cristo. Un silencio roto por el sonido del tambor de miembros de la Cofradía de la Magdalena.
Realismo, oración y contemplación en las calles del barrio de San Pablo en la mañana del Viernes Santo. Un via crucis que tenía como temática de fondo la celebración del Sínodo en la Iglesia, una llamada a caminar juntos como creyente y como Iglesia.