Albacete cuenta con un colorido tesoro que da la bienvenida a quienes visitan la Catedral de San Juan Bautista de la capital. En concreto, las pinturas que alberga en su interior están consideradas como una de las pinturas sobre lienzo más grande del mundo pintadas por una única persona.
Albacete atesora la pintura sobre lienzo más grande del mundo pintado por una única persona
Su autoría corresponde a Don Casimiro Escribá, quien dio vida a este lienzo considerado el más grande del mundo en ser pintado por una única persona sin ayuda de oficiales o discípulos. En concreto, Don Casimiro Escribá invirtió cuatro años en realizar este inmenso lienzo en una habitación de su casa de Ayora.
La Capilla Sixtina de Albacete
Se trata de un lienzo único de un gran interés histórico y artístico que incluye originales pinturas en las que se entrelazan diferentes pasajes bíblicos con temas de la actualidad de la época. Una joya patrimonial que muchas veces pasa desapercibida y que finalizó Don Casimiro Escribá a principios de los años 60.
Decora las paredes de la Catedral de Albacete
En concreto, el lienzo que cubre las paredes de la Catedral de Albacete tiene unas dimensiones cercanas a los 975 metros cuadrados. Así, cabe destacar que la obra pictórica no es al fresco, es decir sobre los propios muros de la Catedral, sino que el autor dio vida a esta serie de pinturas sobre lienzos, adaptándolos a cada una de las formas de los arcos y ventanas del templo.
La Catedral de Albacete fue construida a principios del siglo XVI sobre otra iglesia anterior de estilo mudéjar de finales del siglo XIII. En concreto, tal y como se extrae del Catálogo de de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha los trabajos de construcción de la Catedral de San Juan Bautista se iniciaron en 1515 en estilo renacentista y se terminaron bien avanzado el siglo XX, coincidiendo su finalización con la declaración en 1949 de su rango como catedral, al ser creada la Diócesis de Albacete.
Un lienzo único en la Catedral de Albacete
La Catedral de Albacete cuenta con tres ábsides en línea con sus naves y diversas capillas laterales. Pero sin duda, lo que hace única a la Catedral albaceteña es la decoración de los muros del templo cuyos lienzos fueron encargados por monseñor Arturo Tabera Araoz al mencionado Casimiro Escribá.
Las pinturas hacen referencia al pecado, la redención o el juicio final, entre otros temas de carácter religioso. Así, se suceden en las paredes de la Catedral de Albacete la representación de la liberación de Egipto, la Creación, el Bautismo, la Crucifixión de Jesús, una gran variedad de Santos, o la resurrección de Lázaro.
La Virgen de Los Llanos, cuenta con un lugar especial en esta obra artística. En concreto, en las pinturas que decoran las paredes de la Catedral Casimiro Escribá optó por dar vida a temas marianos, como la Anunciación o la Virgen Inmaculada. Pero además albaceteños y visitantes también pueden contemplar pinturas relacionadas con la Asunción, la Santísima Trinidad, o el Sagrado Corazón.
Casimiro Escribá también encontró un espacio en su creación para dejar en los lienzos de decoran las paredes de la Catedral de Albacete un globo terráqueo en el que se pueden contemplar diversos lugares como rascacielos e incluso las pirámides de Egipto, así como banderas de diversos países. Pinturas de los libros del Antiguo Testamento como el Génesis o el Éxodo también decoran las paredes de la Catedral, así como episodios religiosos como la Última Cena, el sacramento de la Eucaristía y una misa.
El Apocalipsis, la Natividad, escenas de la infancia de Jesús, o el florecimiento de las artes y las ciencias, son algunos de los muchos detalles que se pueden descubrir en estos inmensos lienzos. Un patrimonio único que merece la pena ser contemplado con detenimiento para continuar descubriendo cada uno de los detalles que forman parte de esta inmensa obra considerada el lienzo más grande del mundo.
