José María, padre coraje albaceteño, consigue ver a su hija más de 9 años después de que se la llevara su madre

José María y su hija mantenían una conversación a través de una videoconferencia 9 años después de que su madre se la llevara a Kirguistán

Desde junio de 2012 el albaceteño José María López no había podido ver ni hablar con su hija Lucía, fruto del matrimonio que mantuvo con una mujer de Kirguistán. En concreto fue el 15 de junio de 2012 el último día en el que la madre la entregó en cumplimiento del régimen de visitas establecido por el Juzgado de Instrucción nº1 de Albacete, ciudad en la que residían. Días después este albaceteño regresó para recoger a Lucía, pero no supo más ni de la pequeña ni de su madre. Un complejo y delicado proceso que ha durado algo más de 9 años, tras el que padre e hija han podido reencontrarse y charlar mediante una videoconferencia.

Dos años sin saber el paradero de su hija

Fue en 2013, un año después de la desaparición de ambas cuando José María conseguía la custodia de su hija, aún sin saber su paradero, solicitando por aquel entonces la emisión de “una orden de búsqueda y captura internacional”, para lograr localizar a la pequeña. De este modo explicaba entonces a El Digital de Albacete que en su caso “hay una vulneración del principio de igualdad entre todos los españoles”, al recordar que existía otro caso igual que el suyo en Barcelona y sobre el que “automáticamente el juez dictó la orden de búsqueda y captura internacional y en mi caso no”.

El Código Penal establece en el artículo 225 bis “la pena de prisión para el progenitor que sin causa justificada para ello sustrajere a su hijo menor” considerando sustracción, entre otras cuestiones, “cuando el menor sea trasladado fuera de España”, por ello, reclamaba José María a la Justicia que actuara y dictara una orden internacional pero “viendo la falta de ayuda en este sentido por las partes emprendí la búsqueda por mi cuenta y la investigación. Así fue que en 2014 después de dos años buscando por varios países y siguiendo un rastro que ya estaba bastante definido las encuentro a las dos en Kirguistán”.

Un arduo trabajo de búsqueda que realizaba este albaceteño por su cuenta intentando de recabar pistas sobre el paradero de su hija viajando por diversos países. Ahora después de más de 9 años de lucha este albaceteño lograba reencontrarse con su hija.

Volvían a encontrarse tras más de 9 años

Reencuentro que aseguraba “ha sido posible a través de un proceso legal muy largo, con muchas trabas, zancadillas y trampas que han ido poniendo en el camino”. Subrayaba José María López a El Digital de Albacete que “hemos trabajado mucho en contra de la corrupción que existe allí para hacer cumplir determinadas sentencias y para que me permitieran ver a mi hija”.

Este domingo el albaceteño pudo hablar por primera vez a través de una videoconferencia con su hija Lucía que actualmente tiene 11 años. Así confesaba a El Digital de Albacete que tras este encuentro después de 9 años “estoy en una montaña rusa de sensaciones y emociones”, añadiendo que “estoy feliz y muy nervioso a la vez”.

“Finalmente se ha conseguido con mucha constancia hacer que se presentasen en los juzgados”, relataba José María. De este modo explicaba que en un primer lugar “se produjo una videoconferencia donde hubo un careo previo y al día siguiente se produjo la visita con mi hija”. Confesaba que con este encuentro “se ha abierto la puerta y se ha derribado la muralla más grande que existía que era el primer contacto”.

Señalaba el albaceteño que “a partir de ahora esperamos que todo siga del mismo modo”, y añadía que este lunes estaba programada una nueva videoconferencia con la niña. Encuentros que se continuarán produciendo “cuando acordemos”. Además indicaba José María que “en breve iniciaré un viaje a Kirguistán (donde actualmente vive su hija junto a su madre) para reunirme con ella en persona”.

“Lo prioritario es que retomemos el contacto”

Sobre la posibilidad de un cambio de residencia de la niña a Albacete reconocía José María que “sería mi deseo, pero la realidad es que ahora mismo mi hija tiene 11 años y tiene toda una vida en Kirguistán”. De este modo reflexionaba que “no sé si este cambio supondría más un trastorno que una ventaja para ella”, y pensando siempre en el bienestar de Lucía reconocía que “lo prioritario es que retomemos de nuevo el contacto y el tiempo irá diciendo cómo evolucionamos”.

Sobre el esperado reencuentro detallaba que “mi hija estaba un poco cohibida al principio, algo entendible porque de repente después de más de 9 años te presentan a tu padre y además habla otro idioma”. Aseguraba que “la noté condicionada con las respuestas que le habían dicho que dijera, pero en el fondo reconocí que tenía una necesidad de reírse conmigo”, y es que “de vez en cuando con alguna pregunta espontánea conseguía sacarle alguna reacción positiva”, expresaba.

Reconocía que “me esperaba mucho peor este primer contacto”, y es que “esperaba encontrarme con una niña completamente alienada, y aunque se le notaba que estaba influenciada, no ha sido tan catastrófico como pensaba”. Pese a todo manifestaba que “es triste ver que tu hija esta condicionada, pero espero que cuando me conozca realmente esto se vaya desmontando”.

Ha descubierto que comparte aficiones con su hija

En este especial encuentro a través de una videoconferencia José María pudo descubrir que comparte ciertas aficiones con su hija. “Debe ser cuestión de genética porque a mí se me ha dado muy bien la pintura desde siempre y casualmente cuando le pregunté qué le gustaba hacer y cuáles eran sus hobbies me dijo que le gustaba pintar”, relataba a El Digital de Albacete. Así no dudó en enseñarle a su hija “varios cuadros que había pintado yo cuando era niño y parecieron gustarle”, detallaba.

Tras este primer encuentro entre padre e hija esperaba el albaceteño que “todo siga así hasta que podamos reunirnos en persona”. De este modo confesaba que le gustaría que su hija pueda conocer algún día de primera mano Albacete nuestras tradiciones, nuestra cultura y, sobre todo, nuestra gastronomía.

Luchar, aguantar y tener paciencia

A quienes se encuentren luchando contra una situación similar como a la que continúa haciendo frente aconsejaba que “no tiren la toalla”. “Cuando a una persona le sucede un tipo de injusticia de este calibre se te viene el mundo encima y nunca tienes los suficientes apoyos para salir adelante”, exponía.

De este modo consideraba que “mucha gente no sabe el nivel del daño que se ha hecho, entonces los que van caminando solos hacia una posible solución que nunca saben si llegará necesitan mucho apoyo y saber que aunque el camino parezca infinito, siempre, en algún momento lo conseguirán”. Pero aclaraba que “si se paran no lo van a conseguir, porque son ellos los únicos que tienen en su mano aguantar hasta el final”.

Reconocía que “muchas veces he pensado en tirar la toalla, pero al final me daba cuenta de que no debía ser yo mismo el que me cerrara la puerta a la esperanza o la posibilidad de conseguirlo”. Todo esto “es lo que quisiera transmitirles a estas personas, que luchen, aguanten y tengan mucha paciencia”.

Marta Lopez

Periodista natural de Albacete. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Murcia con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación.
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