El Teatro Circo ha acogido el acto institucional de conmemoración del 646 aniversario de la Firma del Privilegio de Villazgo de Albacete, que ha dado comienzo con un minuto de silencio que el público asistente ha guardado en pie, un instante emotivo que ha dado paso al reconocimiento a todas las personas que durante el Estado de Alarma trabajaron formando parte de los servicios esenciales, dando así cumplimiento a una declaración institucional aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de Albacete el 3 de julio de 2020.
“No nos despedimos, se fue con las zapatillas de estar por casa, porque jamás pensó que se iba para siempre”
Antes de este reconocimiento, ha subido al escenario Josefa Martínez García, que perdió a Antonio Alonso Díaz, su marido en abril de 2020, víctima de la Covid-19, “no nos despedimos, se fue con las zapatillas de estar por casa, porque jamás pensó que se iba para siempre”, ha relatado Josefa, que ha querido con su testimonio transmitir fuerza, entereza y cariño a todas las personas que han pasado, y siguen pasando, por una situación similar. Josefa ha finalizado su intervención recitando unos versos, Si un día muero, escritos por ella misma, un canto a la ciudad de Albacete.
Dando voz a quienes han enfermado de Covid-19, ha intervenido Jesús Fernández Osa, músico que se quedó sin voz, pero que gracias a la Sanidad y a los cuidados recibidos, pudo recuperarla, componiendo la canción Ganarás, de cuya interpretación se ha proyectado un vídeo.
Tras ese instante, se ha pasado a dar cumplimiento a la Declaración Institucional de 3 de julio, en la que la Corporación Municipal, reconoció el trabajo de los servicios esenciales. Con una proyección audiovisual, se ha puesto en valor el esfuerzo, las horas de trabajo y el sacrificio de distintos profesionales, a los que el Ayuntamiento de Albacete ha reconocido su labor, dedicación y riesgo asumido por el bien común.
Cuatro personas han puesto voz a todos y todas ellas. Emilia García López, enfermera que en los momentos más duros de la pandemia trabajó en la UCI, ha identificado en cuatro palabras los sentimientos de aquellos instantes: la impotencia, que sentían al atender a las personas enfermas; el miedo, por ejemplo, al contagio o el que sentían los pacientes; la soledad, como la que sufrieron nuestros mayores a los que no podíamos visitar y, por último, la solidaridad, manifestada en gestos como las máquinas de coser que cosían mascarillas cuando escaseaban. Con todo, Emilia ha finalizado su intervención con un mensaje de esperanza, convencida de que recuperaremos nuestras vidas.
Amada Tercero Núñez, persona que viste con orgullo su uniforme de voluntaria de Protección Civil, también ha subido al escenario, relatando como fue el día a día de quienes se dedicaron aquellos días a proveer, cuidar y proteger, acudiendo en ayuda de los más vulnerables, con tareas tan diversas como llevar alimentos y medicamentos a hogares o vigilando el cumplimiento de las normas dictadas por la autoridad sanitaria.
Amada ha destacado la corriente de empatía que surgió en la sociedad para con las Fuerzas de Seguridad y ha recordado a las que personas que “con su vocación de servicio y amor al uniforme, incluso pagaron el más alto precio, su propia vida”. “Albacete -ha dicho esta voluntaria de la Agrupación Municipal de Protección Civil- resistió gracias a la entereza de sus habitantes y al durísimo trabajo de tantos profesionales, que no se dejaron vencer por el miedo y no permitieron la parálisis del temor. Todos -ha sentenciado- volveríamos a hacer lo que hicimos”.
A su voz, le ha seguido la de Miguel Sevilla, que durante el Estado de Alarma trabajaba en un supermercado. En su intervención ha dado las gracias a la ciudad de Albacete por reconocer a las miles de mujeres y hombres que en aquellos momentos tan duros trabajaron para que a los demás no nos faltara lo más básico, “íbamos a trabajar por calles desiertas, escuchando sirenas y aplausos, con el miedo de contagiar a los nuestros”, ha relatado Miguel, convencido de que gracias a la investigación y las vacunas, superaremos la pandemia.
En representación de todos los trabajadores y trabajadoras municipales, en cuyo expediente de trabajo figura una mención honorífica, ha intervenido Javier Alemañy, que desempeña su tarea en uno de los servicios que más trabajó en las primeras olas de la pandemia, el de Cementerio. Javier ha relatado cómo fue el trabajo de los empleados y empleadas municipales en esos días, la atención a la ciudadanía en el Registro Municipal que se mantuvo abierto, el personal voluntario que respondía a los teléfonos de información ciudadana que se habilitaron, las personas que trabajan en la casa de acogida a mujeres víctimas de violencia de género, servicios sociales, limpiadoras, mercados o el personal que atendió los pabellones abiertos para personas sin hogar. “Albacete ha demostrado que lo da todo, en los buenos momentos, por supuesto, pero también en los malos”, ha aseverado.
La actuación de la Banda Sinfónica Municipal ha puesto fin a este acto de reconocimiento a los trabajadores y trabajadoras de servicios esenciales, dando paso a continuación a la intervención del alcalde, Emilio Sáez Cruz, que ha clausurado el acto, al que ha asistido también el vicealcalde, Vicente Casañ, y representantes de todos los grupos políticos municipales con representación en el Ayuntamiento de Albacete, así como autoridades civiles y militares de la ciudad.