Ya están aquí los hombres de negro, todo normal, no como allá en el 2012 cuando daban mucho, mucho miedo y cuando toda la sociedad, a una, cargaba contra Europa, cuando la intervención directa sobre nuestros designios se abría ante nuestros ojos como el peor de los infortunios, peor que el Duque de Alba, -sustituto de la bruja, para los niños de los Países Bajos. No quiero que seamos Grecia.
En la mitología griega, Pandora fue la primera mujer sobre la tierra, nada es lo que parece, no sé si estaremos en una nueva era pero los Pandora papers, no son nada nuevo bajo el sol, no vienen a contarnos que los mega ricos quieren guardar su dinero donde hacienda no alcanza, no. Me pregunto si lo que vienen es a anticiparnos un nuevo orden financiero para nosotros, los mortales, los que compartimos espacio con los Dioses, pero no eternidad, inteligencia o fuerza. Guardémonos de la mirada del Basilisco y recordemos que El Consorcio Internacional de Periodistas para la Investigación, es un proyecto del Centro para la Integridad Pública con sede en Washington. Tiren del hilo.
A lo que vamos, la caja no la destapan los papers, se acaba de abrir con Polonia, se pone de actualidad otra vez el Tratado de Lisboa, derivado del fallido proyecto de la Constitución Europea. Von Der Leyen declara que el Derecho de la UE prima sobre el nacional de los Estados miembros y ese es un nudo gordiano que puede que acabe con la espada, como cuando Alejandro Magno resolvió el suyo de un tajo. Polonia venía de una embestida histórica y no se subió al caballo sin ensillarlo primero. Aquí nadie cabalga a pelo y la presidenta, elegida a dedo, interesadamente cuestiona el Ordenamiento jurídico entre la UE y los Estados miembros. Pretende imponer condiciones sobre las que no tienen competencia los tratados y sobre las que, en particular, el Tribunal Constitucional alemán, en diversas situaciones, ha resuelto que la máxima instancia a la hora de proteger los derechos recogidos en su Constitución es él y no la UE.
¿Por qué se hace tanto ruido?, ¿habrá también muchas nueces ?, poco podía figurarse Shakespeare que su comedia romántica iba a dar tanto juego.
Europa sí, pero sin equilibrios al borde del abismo
Que la esperanza es lo último que se pierde, deja de ser una frase hecha para convertirse en regla. Cerremos la caja de Pandora, porque si en la Grecia clásica la esperanza era un mal, para la teología cristiana, la esperanza es la virtud que capacita al hombre para tener confianza de alcanzar la vida eterna. No hubiera podido el Olimpo librarse de la furia de Zeus y no podemos, tampoco nosotros, librarnos de las dos caras en la misma moneda
La frase, tengan todavía un poco de paciencia, ha sido atribuida a Eduardo Galeano (XX) y a San Juan Bautista de La salle (XVIII), como tantas cosas perdidas en el tiempo no se concreta y en mi opinión, como recién estrenada articulista, también debería atribuírsele al Dr. D. Antonio Cepillo, como ejecutor e iniciador de una gran empresa.
Me acuerdo de él en muchas ocasiones y solo nos vimos una vez, muy poco rato, aunque eso sí, intercambiamos varios “wasap” porque cuando estaba al frente de la Tertulia, le invité como ponente con el fin de hacernos embajadoras de su proyecto y de su forma de entender la vida. No pudo venir, pero quiso.
El Dr. Cepillo será siempre un referente social, no solo en la ciudad de Albacete, en toda la profesión médica y en todo el país por su responsabilidad, valor y empatía, a él no hacía falta llegarle con la palabrita de moda, resiliencia, que ahora se emplea como si nunca hubiera estado en el diccionario y que, ya que estamos, diré que es bien fea, fonéticamente no conceptualmente hablando.
Feda le otorgó un premio San Juan en vida, de cuyas palabras quiero acordarme porque él lo hizo, era un hacedor de proyectos y un facilitador de caminos, así que díganme: ¿puede gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, cambiar el mundo?
Amelia F Fernández-Pacheco
