Un testigo de un presunto asesinato ocurrido en Castilla-La Mancha afirma haber visto a este acusado clavándole las tijeras al fallecido

"Con la sangre que había, era imposible que estuviera con vida"

Uno de los testigos directos del presunto asesinato del barrio de Los Rosales de Ciudad Real, producido el 29 de enero de 2020, asegura haber visto al acusado, clavándole las tijeras al fallecido.

Así lo ha detallado el segundo testigo llamado a la sala, vecino de la víctima y del acusado, durante la segunda sesión del juicio que ha comenzado este lunes y que finalizará este viernes.

El testigo ha relatado que llegó al lugar de los hechos, la calle Arrayanes, con su coche cuando se quedó “despavorido”. “Cuando vi la escena entré en pánico, frené y fui corriendo a preguntarle al acusado qué había hecho”, ha dicho, añadiendo que el acusado le contestó que “la víctima empezó a pegarle”.

Asimismo, ha continuado su declaración diciendo que, seguidamente, el acusado se retiró y se metió en su casa.

“IMPOSIBLE QUE ESTUVIERA CON VIDA”

Los testigos llamados a la sala, 9 policías y 3 vecinos del fallecido y el acusado, han coincidido en que en el lugar de los hechos “había mucha sangre”.

Este segundo testigo ha asegurado que “con la sangre que había, era imposible que estuviera con vida” y que vio al fallecido desplomarse tras el ataque. “Creo que en ese momento no tenía vida, lo vi con las manos agarrotadas, era un cuerpo sin vida, en mi vida he visto algo parecido, algo así te deja marcado”, ha concluido.

La primera testigo en declarar ha asegurado que paseaba a su perro cuando vio al acusado “acercarse muy despacio” hacia el fallecido, les vio discutir y al acusado “propinándole un golpe por la espalda a la víctima”.

“LES DIJE QUE NO PODÍAN SEGUIR ASÍ”

Según ha contado, la testigo entró en su casa, en el garaje a cepillar al perro, y escuchó “tres gritos desgarradores de la víctima”, seguidos de un golpe seco, momento en el que salió a la calle y vio a la víctima tumbada y con los ojos abiertos”.

Seguidamente, el tercer testigo ha declarado que cuando llegó, la víctima estaba tumbada en el suelo y que no tenía pulso. “Miré al acusado y le pregunté qué había hecho”, ha dicho añadiendo que vio cómo llamaba a su madre para decirle que había matado a su vecino y que llamara a la notaria.

La Fiscalía pide 20 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato, las dos acusaciones particulares solicitan, también por asesinato, entre 20 y 30 años de cárcel, mientras que la defensa pide la libre absolución de su cliente.

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