El abono taurino de la ‘No Feria’ de Albacete 2021 va agotando sus citas y este martes la Plaza de Toros de Albacete albergaba la penúltima tarde de festejos, haciéndolo con la cita torista del serial al estar anunciado un encierro de Victorino Martín al que dieron lidia y muerte dos toreros locales como Rubén Pinar y Sergio Serrano.
Regresaban los astados de la ‘A’ coronada al ruedo albaceteño y lo hacían envueltos en la expectación que siempre rodea a los cárdenos de Albaserrada, pero también es cierto que dicha expectación era compartida con la de ver a un Rubén Pinar que es un auténtico especialista del hierro al llevar ya 17 corridas de Victorino y que, además y no es algo baladí, ha sido el rotundo triunfador de las últimas cuatro ferias de Albacete tras salir 8 veces consecutivas por la Puerta Grande. A su lado Sergio Serrano, que está en un buen momento de su carrera a pesar de la pandemia y que ya ha tocado pelo con los Victorinos en citas tan importantes como por ejemplo la de Las Ventas.
Abrió plaza Herreriano, un negro entrepelado de 489 kilos de peso, herrado con el 49 en los costados, nacido en enero de 2016 y al que Rubén Pinar recibió a portagayola. Antes y tras el paseíllo y el himno de España, los tendidos hicieron salir a saludar desde el tercio a los dos espadas tras rendirles una sonora ovación.
Volviendo a la lidia de Herreriano, apretó bien en el caballo y no dio facilidades en banderillas, brindando Pinar su muerte al público antes de comenzar la faena de muleta.
Muy complicado y con más de alimaña que de toro bravo, Herreriano estaba poniendo en serios peligros a un Rubén Pinar que al mínimo error que cometió voló por los aires y pudo resultar herido por el pitón, dándole, eso sí, una paliza tremenda.
Tiró de casta y valor el de Tobarra y con el traje hecho unos zorros, ensangrentado y herido en el orgullo se fue de nuevo a por su oponente a intentar torearlo como si fuera bueno y de nuevo comenzó la pelea por la supervivencia. Cuando ya no había más que sacar y había más que perder que que ganar, Rubén cambió el estoque simulado por el de acero y se tiró en todo lo alto.
Y de nuevo los afilados pitones del Victorino casi hicieron presa, rompiendo de arriba abajo la taleguilla del torero en su pierna derecha, pero dejando Rubén Pinar una buena estocada que mandó al astado al desolladero.
El público reconoció la labor del torero y lo premió con una merecida oreja que Rubén Pinar paseó con orgullo sabedor de lo que tuvo que sufrir para conseguirla.
El segundo de la tarde fue Garañuelo, un ejemplar nacido en febrero de 2016, herrado con el 65 en los costados, cárdeno bragado de capa, de 534 kilos de peso y al que Sergio Serrano, igual que hizo Pinar en el primero de la tarde, también recibió a portagayola.
Anduvo Serrano muy elegante con el capote y dejó lances de gran belleza, cuajando después su cuadrilla dos grandes tercios de varas y banderillas; donde demostraron un gran conocimiento del encaste que tenían enfrente y donde hicieron todo bien. Antes, con el capote, Sergio Serrano se llevó también un susto y rodó por los suelos.
Brindó el albaceteño a su público y lo que hizo con la muleta fue para enmarcar, cuajando una faena de poderío, temple, valor y muy buen hacer, pidiéndole siempre a su oponente y dejando muletazos que fueron auténticos carteles de toros.
El público estaba entregado y en varias ocasiones se puso en pie para ovacionar a un Sergio Serrano que acababa de cuajar la mejor faena del abono albaceteño.
Entró a matar con decisión y echándose encima del de Victorino, dejando una estocada hasta la bola que aunque tardó en serlo ya que el toro todavía estaba muy entero, fue efectiva y mandó al de Albaserrada al desolladero.
El público pidió con fuerza los trofeos y Genoveva Armero concedió 2 orejas ganadas a pulso y sin paliativos tras la fantástica faena de Sergio Serrano ante Garañuelo.
Alevia fue el tercero de la tarde y de nuevo llegaba el turno de Rubén Pinar al tratarse de un mano a mano. Negro entrepelado, herrado con el 62 en los costados y nacido en noviembre de 2015, el de Victorino dejó un peso de 498 kilos a su paso por la báscula.
De embestida brusca, tuvo que bajarle las manos Pinar al astado desde los primeros lances con el capote para ir dándole horma, recibiendo después una buena dosis de vara que terminó de hacerlo algo más dócil a la hora de tomar los engaños.
No hubo brindis en esta ocasión por parte de Rubén Pinar, quien tras el destrozo en su vestimenta sufrido en el primero de su lote tuvo que tirar de los pantalones de los jirones para tapar los desperfectos.
Siguió Alevia con su brusca embestida también con la franela y además empezó a quedarse cada vez más y más corto cuando tomaba los engaños de Rubén Pinar, obligando al torero a pisar terrenos muy complicados y a pegarse un buen arrimón.
Mató el de Tobarra de un estoconazo que hizo rodar al toro casi sin puntilla y cortó con justicia una oreja ganada a pulso y a base de tragar saliva y derrochar valor.
Hechicero fue el cuarto de la tarde, un cinqueño chorreao de capa negra entrepelada, nacido en noviembre de 2015, herrado con el 47 en los costados y de 490 kilos de peso al que Sergio Serrano recibió en una accidentada portagayola.
Un tanto abanto, el de la ‘A’ coronada mostró defectos desde que asomó por los toriles y Sergio Serrano le presentó el capote, rebrincando en exceso y protestando cada pase que se tragaba.
Brindó Sergio Serrano el toro a López Galiacho y se fue a los terrenos del tendido 1 a comenzar la faena, llevándose luego poco a poco al toro a terrenos más abiertos para evitar querencias del animal.
Fue pudiéndole poco a poco Serrano a su oponente y lo fue metiendo en harina, pasando mejor el de Victorino cuando lo hacía por la izquierda que cuando tomaba la muleta por la derecha. Mientras, Sergio Serrano se mantenía firme y obligaba al del encaste Albaserrada a tragarse los lances con la franela.
Estuvo el torero siempre por encima de su oponente y a pesar de las bruscas condiciones del toro rayó a buen nivel Sergio Serrano, que se tiró entre los pitones a la hora de entrar a matar y que dejó una gran estocada.
Dobló el toro casi sin puntilla y Sergio Serrano paseó una oreja ganada, de nuevo, a pulso; tercera en su cuenta particular.
El último del lote de Rubén Pinar fue Portezuelo, un ejemplar de 535 kilos de peso, nacido en diciembre de 2015, herrado con el 44 en los costados y negro entrepelado de capa.
Presentó el de Victorino dificultades desde que asomó por el portón de chiqueros y derrumbó la cabalgadura de Juan Francisco Peña en el tercio de varas, poniendo además en apuros a más de un subalterno a la hora de poner las banderillas.
Realizó Rubén Pinar un emotivo brindis a Juan Antonio Chapresto y señora, amistades del matador presentes en el tendido 1, y se fue a por la alimaña de Victorino, que de todo lo que tenía dentro nada era bueno y que buscaba hacer presa cada vez que se tragaba un muletazo.
Derrochó valor Rubén Pinar para estar delante de la cara de Portezuelo y como donde no hay harina no hay semolina, solo había peligro innecesario, el de Tobarra desistió y lo mandó al desolladero de una certera estocada.
Hubo pitos para el toro en el arrastre y ovación para Pinar, que saludó desde el tercio.
Cerró plaza Plantista, un negro entrepelado de capa y de 474 kilos de peso que estaba herrado con el 78 en los costados y que había nacido en noviembre de 2015.
Hubo poco lucimiento en el capote y entrega en varas, poniendo en apuros el astado a más de uno en el tercio de banderillas debido a su manera de recortar metros a la hora de ir al encuentro.
Brindó Serrano a Antonio Rojas el toro a través de las cámaras de televisión y recordó en el brindis su época como alumno de la Escuela Taurina de Albacete y las enseñanzas que le ofreció Rojas, y sin titubeos se fue a por el de Victorino prácticamente al centro del ruedo.
Allí, trató Serrano de hacerle embestir a las primeras de cambio, pero por el pitón derecho se mostró reticente el de Victorino y enseguida tuvo que montar el matador los trastos en la mano izquierda, por donde demostró el de encaste Albaserrada que todavía iba peor.
Volvió Serrano a la mano derecha y era imposible dejar las manoletinas pegadas al albero, recortando terreno el astado girando el cuello y buscando hacer presa cada vez que pasaba a regañadientes por la muleta.
Se mostró valiente Sergio Serrano e intentó sacarle lo poquísimo que tenía al de Victorino, fallando con los aceros y llevándose un buen susto en el segundo intento al fallarle las manos al toro en el momento del arranque e ir todo torcido desde ese instante. A la tercera fue la vencida y Plantista se fue entre pitos al desolladero; Sergio Serrano recibió desde el tercio el calor de su público antes de salir a hombros junto a Rubén Pinar tras las dos grandes actuaciones precedentes de ambos.
/Nacho López/Fotos: Ángel Chacón/
